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La incertidumbre con los centrales, similar a la de los medios centro del año pasado

A 20 días de la liga, Víctor Fernández solo tiene a Atienza para el eje de la zaga. Guitián, Grippo y Clemente están fuera de órbita por motivos físicos. Verdasca y Muñoz (ya se ha ido) no cuentan. Así que Bikoro, Lasure y Jesús Álvarez ejercen de parches.

El central del filial Jesús Álvarez, de azul, jugando como titular en la defensa del Real Zaragoza en el partido del pasado jueves ante el RZD Aragón (victoria por 3-0 del primer equipo).
El central del filial Jesús Álvarez, de azul, jugando como titular en la defensa del Real Zaragoza en el partido del pasado jueves ante el RZD Aragón (victoria por 3-0 del primer equipo).
Daniel Marzo

Víctor Fernández está viviendo en la mitad de la actual pretemporada de 2019 una incertidumbre parecida a la que sufrió Imanol Idiakez por estas mismas fechas el verano pasado. Solo que el técnico aragonés tiene el foco de la afección en el centro de la defensa y el preparador vasco, en su momento, lo tuvo puesto en el centro del campo, en la línea de los pivotes.

El problema actual de Víctor afecta al eje de la zaga pues, pese a haber comenzado la pretemporada el 11 de julio con un ficticio exceso de centrales, en realidad solo dispone de uno apto y en perfecto estado de revista para empezar la liga dentro de tan solo 20 días en La Romareda ante el Tenerife (el día 17 de agosto): el recién llegado Francisco Javier 'Pichu' Atienza.

Los demás centrales con los que ha venido trabajando en las últimas dos semanas no están aún en condiciones físicas -o no cuentan para el proyecto deportivo del presente- para llegar con los mínimos exigibles al inicio liguero.

En esa larga lista de los que están de facto, pero no están realmente, cabe incluir a Guitián, Grippo, Clemente, Verdasca y Álex Muñoz (este acaba de marcharse del club tras completar la primera fase de la pretemporada como uno más, concentración en Boltaña incluida). 

Guitián lleva al margen del grupo desde el primer día porque tuvo que ser operado de urgencia en Palma de Mallorca el pasado día 2 tras sufrir una apendicitis en plenas vacaciones familiares.

Grippo, que se rompió la rodilla derecha en octubre ante el Granada y se perdió el 85 por ciento de la temporada pasada, aún está en la recta final de su rehabilitación, que sufrió un retraso ostensible por un problema leve a mitad de recuperación. Todavía no ha jugado ningún amistoso y apenas ha trabajado con el grupo asuntos tácticos y con balón. 

Clemente, que también se rompió gravemente una rodilla el año pasado al inicio de la liga con el RZD Aragón (tiene ficha del primer equipo pero empezó el curso anterior con el filial), había llegado de manera positiva al inicio de la pretemporada pero, tras los primeros esfuerzos en Boltaña, la articulación se le inflamó repentinamente y los médicos le han mandado parar unos días a la espera de su evolución. Su caso es, por lo tanto, una incógnita a estas alturas de julio. No jugó el bolo con el Aragón el jueves y tampoco participó contra el Ebro este sábado. Y no lo hará en Calahorra el miércoles que viene. Hasta nueva orden, el canterano está en el dique seco.

En otro apartado asoman los casos de Verdasca y Álex Muñoz, dos de los titulares del año pasado que saben desde junio que no cuentan en los planes de Víctor Fernández. Muñoz es el que más prisa se ha dado en buscar una salida, Tenerife, a donde se marchó hace escasas horas. Aún así, Víctor trabajó con él las dos primeras semanas, con la estadía en Boltaña incluida, en donde jugó ante la Peña Ferranca y el equipo local los dos primeros bolos preparatorios. Por su parte, Verdasca está tardando ya más de lo esperado. Este sábado, Fernández lo ha dejado sin vestir y sin utilizar ante el Ebro, una medida anunciada por el técnico al regreso del Pirineo para con los descartados y que es un aviso para el luso. Este jugador ya no va a existir en la planificación de Víctor.

Así que, de 6 centrales en el reparto del primer sector de la precampaña zaragocista, solo uno llega a la antesala de la liga en disposición de rendir al cien por cien: el debutante en Zaragoza Atienza.

El año pasado, a Idiakez le pasó algo gemelo con los medios centro. Se encontró con Eguaras K.O. por una dolorosa pubalgia, sine día. Con Raúl Guti en idénticas circunstancias, en este caso con el agravante de que el canterano pasó por el quirófano en Francia a principios de agosto y tuvo que acometer una larga y tortuosa recuperación que lo tuvo fuera de juego hasta finales de noviembre y sabiendo que su retorno sería lento y sin garantías de rendimiento inmediato (como así fue, pues incluso tuvo que parar más adelante un mes largo). Y, para colmo de males, el primer día de la pretemporada el capitán Zapater se lesionó muscularmente y se pasó en blanco todo el verano. 

Idiakez, con aquella planificación sui géneris del área deportiva, tuvo que improvisar como pivote en la línea medular al central Verdasca (un experimento que nunca dio resultados pese a que se insistió en él hasta bien empezada la liga), toda vez que la opción B, que era el filial Torras (fichado ahora por el Ejea de Segunda B), no acabó de convencer al técnico guipuzcoano pese a las sugerencias que recibió.

En estos momentos del verano de 2019, Víctor Fernández también está en fase de inventos e improvisaciones ad hoc. Ante el Aragón, el jueves, el entrenador echó mano de entrada de un central zurdo del equipo B, Jesús Álvarez, que no había sido elegido para hacer la pretemporada en Boltaña pero al que le ha llovido el papel de parche por lo acontecido. Y, después, durante la segunda parte, se vio actuar como central en la zaga al pivote ecuatoguineano Bikoro. Una figura táctica forzada a martillazos por las circunstancias. Y este sábado, ante el Ebro, además de insistir con el citado Álvarez, fue el lateral Lasure el que ocupó el puesto de central en la última media hora de juego, una vez llegó el carrusel de sustituciones. No hay más cera que la que arde. 

Urge el fichaje de ese jugador polivalente, capaz de jugar como central o medio centro, que aguarda Víctor Fernández como el santo advenimiento: se trata, como opción preferente, del vasco Nolaskoain, del Athletic de Bilbao, que sigue a las órdenes del equipo vizcaíno mientras su entrenador, Gaizka Garitano, decide su salida como cedido a un equipo de Segunda, momento en el que el Real Zaragoza tiene una buena posición para ser el destino elegido por el futbolista guipuzcoano (es de Zumaya) de 20 años.

Por aquí, por esta contratación de Nolaskoain, puede llegar la solución de cara a los primeros capítulos de la inminente liga de cara a tener una pareja de centrales solventes y con garantías físicas al cien por cien. Si no, la grieta podría ser peligrosa e indeseable. Y, en este escenario, por supuesto, hay que cruzar los dedos permanentemente con la figura de Atienza. Este no puede sufrir ningún percance jamás. 

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