Lío en Barbastro y asunto novedoso por resolver en la preparación del tradicional partido a beneficio de la Federación de Peñas del Real Zaragoza (FPRZ) de este verano de 2019. La cita está programada para el 19 de julio, viernes, aprovechando la estancia del equipo blanquillo en su concentración en la vecina Boltaña (será del 16 al 22 de ese mes). Y, a falta de solo 29 días para el evento, todavía no se sabe quién será el rival del primer equipo aragonés en ese bolo festivo que sirve desde hace 16 años para que la FPRZ obtenga buena parte de su financiación anual y, simultáneamente, tenga lugar una fiesta de exaltación del zaragocismo en el lugar y la comarca en la que cada año se disputa este duelo amistoso.

Porque, a diferencia de todas las ediciones precedentes (Ejea, Tauste, Alcorisa, Utrillas, Grañén, Sabiñánigo, Villanueva de Gállego, Zuera, Brea, Morata de Jalón, Calamocha...), se da la circunstancia de que, esta vez, en la localidad elegida por la organización (la FPRZ), que es la oscense de Barbastro, hay dos equipos que han competido últimamente en la misma categoría: la UD Barbastro y la Peña Ferranca, ambos en Regional Preferente (aunque los primeros han logrado el ascenso a Tercera hace un mes). Y ahí surge la dificultad que se ha enquistado en las últimas semanas.

¿Quién juega ante el Real Zaragoza el partido de las peñas? ¿Uno u otro? ¿Es la solución montar puntualmente un híbrido, un combinado de los dos clubes que juegue junto de manera excepcional? ¿Se puede solucionar el asunto jugando un triangular, en modalidad de 3x1, con tres tramos de partido de 45 minutos en los que se enfrenten los tres equipos de manera encadenada? A 21 de junio aún se busca la manera de arreglar tal disfunción. Y no está siendo sencillo.

Por un lado, el Real Zaragoza ya comunicó a los responsables de las peñas que no jugará un triangular. Que ese evento consistirá, como cada año, en un partido ordinario de 90 minutos contra un rival concreto, el que decida la FPRZ. 

Por otra parte, en Barbastro se palpa hace días la falta de sintonía entre la UD Barbastro y la Peña Ferranca para juntarse y jugar de la mano ante el Real Zaragoza este duelo tan especial. Así que todo podría acabar con un sorteo, moneda al aire, para ver si son unos u otros los protagonistas del envite ante los zaragocistas en el campo municipal de la ciudad del Vero (en el de hierba natural, el de siempre, feudo de la histórica UD Barbastro, no en el anexo, de césped artificial, donde juega la Peña Ferranca). 

Se trata, por lo tanto, de un problema sin precedentes. Nadie valoró en su día, cuando  en el concurso que el colectivo peñista pone en marcha cada año para adjudicar este partido festivo, se decidió que fuese Barbastro la sede, que se iba a montar este batiburrillo de discusiones y posturas refractarias entre los dos clubes locales. Hasta ahora, en cada sitio donde se ha llevado el partido de las peñas, ha sido un acto extraordinario y celebrado por el club local y anfitrión, por poder jugar un día contra el Real Zaragoza en su modesto (más o menos, según los casos) campo de fútbol. En Barbastro hay dos clubes y eso ha revirado las cosas de manera anómala.

Los directivos de la Peña Andoni Cedrún de Barbastro, con su presidente Miguel Ángel Almanzor al frente, intentan casar las piezas del puzle a toda velocidad y sin que surjan más chispazos ni abolladuras en el pueblo. En el Real Zaragoza, tratándose de un tema menor y tangencial, esperan una respuesta y un arreglo que evite cualquier riesgo de eliminar este partido de su plan de inicio de pretemporada. 

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