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Guitián, crítico: "Cada uno tiene que mirar su ombligo"

El defensa central del Real Zaragoza, en un tono lacónico y sincero, enmarcó la sensación que se vive dentro del vestuario tras haber logrado la permanencia matemática en esta antepenúltima jornada de liga.

Alberto Guitián, este lunes en rueda de prensa antes del entrenamiento del Real Zaragoza.
Alberto Guitián, este lunes en rueda de prensa antes del entrenamiento del Real Zaragoza.
José Vidal

Alberto Guitián, primer portavoz del vestuario del Real Zaragoza en esta semana de bajada de tensión en el sistema nervioso del zaragocismo tras haber logrado matemáticamente la permanencia en la categoría (a través del marcador del Majadahonda y después de haber perdido el cuadro aragonés por 3-1 en Málaga), utilizó su habitual discurso corto, claro y preciso para describir cómo se está viviendo en el colectivo de futbolistas blanquillos esta nueva fase de la campaña.

"El sábado, ya todos tuvimos un desahogo importante. Lo hemos pasado mal. Ha sido una temporada difícil", subrayó el defensa central con alivio (ya había entrado a la sala de prensa espetando a los periodistas "ya tenemos todos otra cara, ¿eh?". El cántabro es un tipo afable, razonable y transmite siempre sinceridad y sentido común. 

Guitián, incorporado a mitad de temporada como repuesto de Grippo, tras la lesión de rodilla de larga duración del suizo, no esconde cuál fue el proyecto que a él se le presentó, ya en diciembre, cuando fue contratado por el área deportiva procedente del Valladolid.

"El objetivo primordial que me encontré cuando vine aquí en Navidad, está conseguido". Obviamente, a estas alturas de curso, no era otro que evitar el descenso a Segunda B, justo en las antípodas del plan inicial. 

Guitián emitió un mensaje con cierta carga de crudeza en su exposición: "Cada uno tiene que mirar su ombligo y ver las cosas que debemos mejorar. No nos ha gustado a nadie la temporada. Espero que nos sirva para aprender de cara al año siguiente", sugirió impersonalmente, una frase y una valoración expansiva hacia diversas direcciones. 

Y no se quedó ahí. "La temporada ha sido mala, mala. No hemos conseguido el objetivo que se marcó el club desde el principio (el ascenso a Primera). Pero, al final, al menos el equipo ha competido y ha podido salvar una situación que se había puesto muy difícil", dijo el de Los Corrales de Buelna.

Del padecimiento personal de los jugadores poco trasciende en los tiempos modernos. En tiempos de crisis, es como si ellos fuesen de cartón-piedra y no leyesen, ni escuchasen, ni vieran nada a través de los medios de comunicación, como si vivieran en una burbuja ajena a sus propios intereses. Y, obviamente, eso no es así. Y casi nadie cabal se lo cree cuando así se afirma. Guitián, a toro pasado, admite este subtefugio: "Hemos estado cerca de la zona de descenso. La verdad es que lo hemos pasado bastante mal, porque siempre estábamos pendientes de resultados de los demás. Estar en esa parte de la tabla no le gusta a nadie. Hemos tenido siempre la preocupación y hemos sido conscientes de que nos jugábamos muchísimo cada día, porque estábamos donde estábamos", reconoció.

De todas estas cuestiones que, relativas al ombligo y a la autocrítica necesaria dentro del núcleo deportivo del Real Zaragoza en el momento en el que, inminentemente, concluya la actual liga, Guitián cree que se deben dar pocas luces al exterior: "Creo que las cosas tienen que quedar dentro del vestuario", considera él.

Por último, en otro detalle de la loable personalidad de Guitián ante los malos ratos y las críticas que, a otro tipo de futbolistas, muchos mal asesorados por su entorno, les generan enfados y reacciones más groseras, el central valoró así su actuación en La Rosaleda en la segunda parte, cuando el Real Zaragoza claudicó ante el Málaga con errores defensivos bastante gruesos, algunos con su firma personal:

"¿Las críticas a la defensa en Málaga? Yo soy una persona muy exigente conmigo mismo. Y tengo claro que mis despejes no fueron buenos (en dos goles, el primero y el tercero encajados). También hay un factor suerte que a veces está contigo y otras no. Esta vez, no la tuve. Hay días que despejas mal, al centro, y la jugada no acaba en gol. Esta vez sí terminaron dentro", asumió sin problema alguno. Y es que, de vez en cuando, hay alguien normal en este mundillo del fútbol profesional contemporáneo.

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