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Ejemplo de descenso posible: empate a 50 entre Zaragoza, Majadahonda y Numancia

Esa triple igualada se resolvería computando los puntos logrados entre los 3 implicados en sus partidos. Los madrileños tendrían 7, los sorianos 6 y el Real Zaragoza, 4, por lo que bajarían los aragoneses.

Gol del Numancia, marcado por Viguera de penalti en el último minuto, con el que los sorianos ganaron 1-0 al Real Zaragoza en la primera vuelta en Los Pajaritos.
Gol del Numancia, marcado por Viguera de penalti en el último minuto, con el que los sorianos ganaron 1-0 al Real Zaragoza en la primera vuelta en Los Pajaritos.
Daniel Marzo

Anda parte del zaragocismo incrédulo con el hecho de que el Real Zaragoza aún tenga alguna vía de agua por la que pueda acabar hundiéndose en Segunda B dentro de 20 días, cuando la liga acabará. Cuesta ver por dónde podría venir el chasco monumental porque el equipo aragonés, con 50 puntos, está 14º clasificado, y el Rayo Majadahonda, que marca el descenso con 41, tiene 9 menos, justo los que quedan por disputarse (3 jornadas), con la certeza de que el Zaragoza le tiene ganado el 'golaverage' particular a los madrileños, pues ganó 2-1 en La Romareda y empató 2-2 en el Cerro del Espino, estadio de los de Madrid. 

Como ya se ha explicado con anterioridad, el problema surge en los múltiples empates a 50. O sea, que es condición sine quanon que el Real Zaragoza pierda sus 3 partidos (ante Málaga, Numancia y Tenerife), se quede clavado en esa puntuación y que, además del Majadahonda (que debería ganar por lo tanto sus 3 compromisos restantes), haya otro u otros rivales más que acaben exactamente con los mismos 50. 

A estas alturas, eso es posible. Tanto un cuádruple empate como, lo menos enrevesado, un triple empate: con Real Zaragoza, Rayo Majadahonda y... Numancia (en el cuádruple se sumaría en la hipótesis bien el Lugo o bien el Tenerife, que se enfrentan en la penúltima jornada en campo gallego).

En ese empate final a 50 puntos entre zaragocistas, numantinos y majariegos, la solución reglamentaria viene dada por establecer la suma de puntos en sus enfrentamientos directos durante la liga, a modo de figurada liguilla entre los tres.

Y estos guarismos dicen que, por un lado, el Rayo Majadahonda le ganó los 6 puntos al Numancia: vencieron los madrileños 1-2 en Soria y golearon por 4-0 en terreno madrileño. Y, por otro, como se trata de una hipótesis, hay que presuponer que para que esto se dé el Numancia debería ganar en La Romareda dentro de 15 días, por lo que los castellanos habrían ganado asimismo los 6 puntos al Zaragoza (1-0 cayeron los aragoneses en Los Pajaritos y habría que añadir el marcador a su favor que lograsen los numantinos en el estadio zaragozano). El desequilibrio mortal para los zaragocistas en esta combinación llegaría al hacer el cómputo de sus dos partidos con el Rayo Majadahonda. El equipo aragonés solo tiene 4 puntos en esos duelos, por uno los majariegos, dado que en La Romareda ganaron los blanquillos 2-1 en el inicio liguero y en el Cerro del Espino se dio un empate, 2-2. 

Es decir, que la clasificación de ese mini grupo quedaría encabezada por el Rayo Majadahonda, con 7 puntos; seguido del Numancia, con 6; y cerraría el Real Zaragoza, con 4. Obviamente, en ese triple empate, el que bajaría a Segunda B sería el cuadro aragonés. Este es el caso, verbigracia. 

Naturalmente, los demás implicados en la pelea, Extremadura, Lugo y Tenerife, deberían irse por encima de los 50 puntos. Los extremeños, con 48 a falta de 9, lo tienen relativamente sencillo. Los otros (con 44 y 43), que además se enfrentan entre ellos, ya necesitan de orfebrería mayor, pero pueden hacerlo (el Tenerife será precisamente el último rival del Real Zaragoza, por lo que en la hipótesis se contempla su victoria en la jornada final). 

Así que, si al Real Zaragoza, por esas cosas que tiene el fútbol, se le atragantaran las 3 últimas jornadas y no sumara más, es una realidad que existen, larvados, varios factores perniciosos para sus intereses. E, incluso, algunos estarían ya asumidos de antemano, por lo que el puzle maligno no resulta tan inverosímil. Por ejemplo, el hecho de que del Numancia y el Majahonda sepan, ahora mismo, que tienen uno de sus 3 partidos pendientes ganado, respectivamente, y que van a sumar 3 puntos más cada uno por vía directa: les queda aún enfrentarse al Reus, expulsado en enero de la liga y que otorga por turnicidad de calendario la victoria a cada uno de sus adversarios en la segunda vuelta. De este modo, los de Soria saben seguro que, de facto, los 47 los van a tener. Y los de Madrid, igualmente, tienen asumido que los 44 los tienen garantizados. 

La moraleja final para el Real Zaragoza es muy clara: descender a Segunda B, en tales circunstancias, no cabe duda de que sería el cataclismo histórico mayor del reino, sería sentarse en el pajar y clavarse la aguja. Pero no es ninguna locura barajarlo, pues no necesita de barbaridades inverosímiles, en términos futbolísticos, para que ocurra. Solo se trata de un cúmulo de marcadores, para nada irracionales. No hay de por medio la necesidad de goleadas inusuales, ni enfrentamientos descabellados con líderes o equipos inabordables por parte de ninguno de los implicados.  

Lo normal es que el Real Zaragoza saque adelante el asunto por sus propios medios, sacando como mínimo un punto de los 9 que quedan. Y, si no fuera así, cabe pensar que al menos uno de los varios retruques de la carambola a varias bandas tampoco se dará y la ayuda llegará desde el exterior sin implorar a advocaciones divinas. Pero... recelar nunca está de más cuando de la vida de uno se trata. 

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