La Romareda, una asignatura pendiente

El Real Zaragoza, a falta de dos citas en casa para el cierre liguero, es el tercer peor local de la categoría.

Los jugadores del Zaragoza trasladan una portería en el entrenamiento de ayer.
Los jugadores del Zaragoza trasladan una portería en el entrenamiento de ayer.
Guillermo Mestre

Nadie imaginó tras el primer partido de Liga que los números del Real Zaragoza en su estadio iban a ser letales para el devenir de los hechos en la actual temporada. Con alrededor de 27.000 abonados y más de 20.000 espectadores de media en La Romareda desde finales de agosto, la máxima expresión del zaragocismo arrancó la temporada con una victoria en la jornada inicial contra el Rayo Majadahonda por 2-1. Desde entonces, el conjunto aragonés deshizo sus expectativas con el paso de la semanas. Imanol Idiakez no volvió a saborear tres puntos como local –tres empates y una derrota más–, algo que tampoco disfrutó Lucas Alcaraz en los cuatro encuentros que se sentó en el banquillo de la vetusta Romareda –dos tablas y otras dos citas en blanco–. Entonces, llegó Víctor Fernández para salvar los muebles y amortiguar la caída libre. El técnico zaragozano se estrenó con triunfo en casa ante el Extremadura (2-1). Desde entonces, cuatro victorias –contando la cita virtual ante el descalificado Reus–, otras cuatro derrotas y un empate en condición de anfitrión. En total, 24 puntos cosechados que colocan al Zaragoza como el tercer peor local de la categoría, con unos números exiguos, desacordes a las exigencias ímplicitas en la hoja de ruta de la entidad.

Por Zaragoza ya han pasado rivales de todo perfil: aspirantes al ascenso, equipos de zona media o condenados a sufrir para salvar la categoría. Antes de despedir la temporada, serán el Sporting de Gijón, este próximo viernes, y el Numancia –oponente directo por la permanencia–, quienes clausuren las puertas de una Romareda más acostumbrada al fracaso que a la celebración.

Los registros son incontestables, hablan por sí solos. Tan solo el casi descendido Córdoba y el Extremadura guardan cifras más precarias que los aragoneses, con 22 y 23 puntos sacados en sus respectivos estadios. La balanza goleadora es otro de los epígrafes que inevitablemente se cuela en el argumentario. 17 dianas a favor y 19 en contra. El Zaragoza es el equipo que menos goles hace como local de Segunda División. El Nástic de Tarragona, otro cuadro sentenciado al descenso, es el siguiente de esta clasificación con solo 18 goles anotados. Las indómitas porterías de La Romareda han sido un lastre durante todo el curso. Hasta en ocho ocasiones ha sido incapaz el Zaragoza de anotar como local esta campaña, partidos que se cuentan por seis derrotas y dos empates. 22 puntos dejados por el camino en aquellos partidos donde no se ha podido perforar las metas del estadio blanquillo. En general, han sido 33 los puntos que se han escapado del Municipal, que particularmente adolece durante este curso de su estado más frágil desde el último descenso a Segunda. Tan solo el primer año (13-14) de la nueva etapa, donde a estas alturas se habían capturado 26 puntos –dos más–, se acerca a la presente. De ahí, para arriba: 37 puntos en la 2014-15, 38 en la 2015-16, 29 en la 2016-17 y 36 en la 2017-18. En este sentido, el varapalo para una afición ilusionada ha sido mayor, puesto que en la temporada anterior el equipo de Natxo González gestó su buena campaña en La Romareda.

A menos de un mes para dar carpetazo a la temporada, la asignatura pendiente, el sacar rendimiento a los partidos de casa, es ya insalvable. Una materia suspensa, independientemente de lo que suceda en los próximos envites, en los que todavía quedan deberes por hacer. Sporting y Numancia, los dos visitantes restantes, se presumen como partidos clave para certificar la permanencia.

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