El Real Zaragoza-Deportivo de La Coruña de este sábado (18.00, La Romareda) tiene un amarre especial de atención para Víctor Fernández y la plantilla aragonesa. Además de ser un duelo de gran valor estratégico en pos de certificar cuanto antes la permanencia en Segunda División, pelea en la que el cuadro blanquillo anda metido todo el año mal que le pese a quien habló de ascenso en verano, el perfil del rival necesita de mayor precisión en la preparación táctica del mismo.

Por eso, Víctor ha recuperado, bastantes semanas después de la última vez, el apoyo del vídeo en las horas previas al encuentro con los coruñeses. No es Fernández demasiado amigo de este método. Al menos, en la mayor parte de las semanas en las que él ha estado al frente del actual Real Zaragoza, no ha estado en su repertorio. El veterano preparador zaragocista ha sido más de hablar él en primera persona, de intentar meter en vena ideales y tesis futbolísticas a través de la oratoria y el contacto directo con su vestuario que de abundar en matices teóricos basándose en recortes de imágenes de partidos anteriores. 

Este sábado, 3 de mayo, algo ha hecho distintas las cosas. El Dépor y, sobre todo, la situación del Real Zaragoza en la clasificación, bastante aliviado después de haber sumado los últimos 6 puntos dirimidos (sin jugar ante el Reus y tras vencer 0-3 en casa del colista Córdoba el otro día), permiten cierta distensión en la caseta. La visita de los gallegos no es tan 'final' como lo fue la última del Alcorcón (saldada con un estrepitoso fracaso que llevó al desasosiego), o como lo fueron las anteriores del Nástic de Tarragona o el Elche, estas sí ganadas en días sin margen para el error. 

Quizá por ello, Víctor sí que ha querido variar su costumbre recuperando 25 minutos de vídeo, un rato de relación con sus muchachos con el fútbol y la pizarra como eje de conversación, dejando esta vez un tanto al margen los asuntos mentales, los anímicos, los emotivos. Sin tanta presión, gracias a la ampliación del colchón de seguridad sobre el descenso de nuevo hasta alcanzar los 7 puntos con el abismo, era una buena mañana para ver un vídeo y relajar la presión previa de otros viernes recientes ante lo que se viene encima.

Entrenamiento del Real Zaragoza

El Dépor asusta, porque es uno de los gallos de la categoría que, además, viene descarrilado del ascenso directo y con seria zozobra en su ubicación incluso para jugar dentro de un mes la Promoción. Será un gigante herido y hambriento como nunca. Y ganarle requerirá máxima atención en determinados aspectos tácticos, tanto en defensa como en ataque. Al Zaragoza ya no le urge tanto ganar como en los 50 días precedentes cada vez que se ha presentado en La Romareda, aunque sí que sería bueno cerrar la salvación matemática cuanto antes para eludir nervios y dudas finales. 

Este es el detalle ambiental que hace diferente estas horas de antesala de partido ante la visita del Deportivo de La Coruña respecto de los duelos que se han jugado en La Romareda últimamente desde febrero. Con 44 puntos, se ve cerca la orilla. No falta oxígeno porque hay varios por detrás tan apurados o más. Y solo restan ya 6 jornadas, apenas 18 puntos que litigar. 

Se trata de saber manejar los tiempos. Si han de faltar 3 o 4 puntos para certificar la calma y la continuidad, un año más, en Segunda (triste aspiración, pero es la que es), que lleguen lo antes posible y no haya que ir a buscarlos en las dos últimas jornadas. Ahora, aspirar a sumarlos ante rivales de la enjundia del Dépor ya no tiene la misma histeria de fines de semana cercanos en el tiempo, porque los últimos 6 puntos logrados y los tropiezos de terceros han sido mano de santo. A Víctor Fernández le ha dado de sí hasta para recuperar los vídeos y aparcar las homilias y los ejercicios espirituales. En este inicio de mayo, todo era más 'normal' en la fría matinal del viernes.