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De la Fuente Ramos: el Zaragoza no gana fuera, el Mallorca gana siempre en casa
El joven árbitro vallisoletano, un factor sobre el que romper las tendencias en el duelo de los zaragocistas el próximo lunes en Son Moix.
Oliver de la Fuente Ramos, joven árbitro vallisoletano de 27 años y con 5 ya de experiencia en la Segunda División, estará al frente del Real Mallorca-Real Zaragoza de la próxima jornada, el lunes día 25 en Son Moix. El que, en años pasados, fuera polémico juez de partidos en los que los zaragocistas salieron fuertemente perjudicados (aquel 0-1 ante el Nástic de Tarragona en La Romareda, o el 1-0 en Getafe ), va a ostentar en esta ocasión un papel singular como eje del choque entre baleares y aragoneses.
Porque, por sus antecedentes con unos y otros, De la Fuente se erige en un factor sobre el que romper las tendencias anteriores: con él al mando del silbato de la justicia, el Real Zaragoza nunca ha ganado fuera de casa y, en contraposición, el Mallorca siempre ha ganado como local.
A saber. Los zaragocistas han jugado 3 veces como visitantes con De la Fuente Ramos como árbitro. Empataron 0-0 en Lugo en la liga 15-16; perdieron 1-0 en Getafe, en la 16-17; y volvieron a caer, por 3-1 en Huesca, en la 17-18.
Y los mallorquinistas han tenido en Son Moix a De la Fuente en otras 3 citas ligueras. Ganaron 1-0 al Sabadell en la 14-15; derrotaron por 2-0 al Albacete en la 15-16; y superaron por 2-1 al Rayo Vallecano en la 16-17. Pleno de victorias bermellonas.
O sea, que para que el Real Zaragoza vuelva esta vez con el éxito mayor bajo el brazo de las Islas Baleares habrá de romper con estas dos dinámicas estadísticas: la de que él no ha ganado nunca con este colegiado castellano y la de que el Mallorca siempre sale triunfante de su estadio cuando De la Fuente es el árbitro.
Este año, el que fuera llamado 'Mozart' del arbitraje español por su precocidad en subir a Segunda y debutar en el ámbito profesional (tenía 21 años) ya ha dirigido un partido al Real Zaragoza: fue el 1-1 ante el Tenerife en la jornada 10ª, que supuso el despido de Imanol Idiakez como entrenador blanquillo. En ese choque, De la Fuente pitó un penalti a favor de los aragoneses (a instancias de su linier) por un pueril empujón del portero Dani Hernández a Medina (un chico colombiano que ya no está y cuyo fichaje por el Zaragoza resulta una entelequia a día de hoy todavía), en la salida de un córner, a falta de solo 3 minutos para el final. Pese a que lo marcó Javi Ros, no sirvió para ganar porque los canarios igualaron en el minuto 95, al final del enorme alargue que decidió aplicar el de Valladolid esa noche de octubre.
En su día, estuvo en el foco de la ira zaragocista tras el áspero envite contra el Nástic en el final de la liga 15-16. Los tarraconenses ganaron 0-1 en La Romareda, con un gol de penalti de Naranjo ya en la segunda mitad... por un balón que dio en el pecho de Guitián y que De la Fuente vio en el brazo sin sentido alguno. Ese día, tras el follón mayúsculo, acabó pitando otro penalti a favor del Zaragoza en el tiempo de aumento, aquel que falló Lanzarote tras el lío morrocotudo vivido en el área catalana, con los defensores granas y su portero, Manolo Reina, pisoteando el punto de penalti para mellarlo antes del lanzamiento del punta zaragocista, al que el guardameta del Nástic provocó antideportivamente con el consentimiento del superado colegiado pucelano.
No le fue a la zaga su reiteración meses después, en la temporada siguiente, en el perjuicio al Zaragoza en el Coliseo Alfonso Pérez de Getafe. La derrota, por 1-0, vino a través de un penalti de Bagnack a Jorge Molina en el minuto 87 que se discutió sobremanera por ser una jugada sin peligro, al borde del área, con el delantero azulón de espaldas, sin tener el balón en sus pies, y en un lance poco claro del defensor zaragocista.
Siempre resulta sugerente ver a De la Fuente Ramos en los partidos del Real Zaragoza en esta etapa en Segunda. Primero, porque desde el principio da la sensación de estar ante un fenómeno sin precedentes de lo suyo, el arbitraje, que va para larga figura del silbato en la máxima división durante las próximas muchas temporadas. Y, segundo, porque nunca pasa desapercibido cuando tiene a los zaragocistas de por medio.