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El Granada, el último gran puerto

El Real Zaragoza cierra el domingo una exigente serie de cuatro jornadas seguidas en las que se va a medir al primero, al segundo, al tercero y al octavo clasificado. Los andaluces llegan lanzados después de tres partidos consecutivos ganando.

Jorge Pombo junto a Diego Aguirre, ayer, en el entrenamiento del Real Zaragoza en La Romareda.
Jorge Pombo junto a Diego Aguirre, ayer, en el entrenamiento del Real Zaragoza en La Romareda.
Toni Galán

Al Real Zaragoza le ha tocado vivir un final de febrero y un principio de marzo áspero. De difícil digestión. En apenas cuatro semanas, el equipo aragonés se ha tenido que medir con el primero (Osasuna), el tercero (Albacete) y el octavo (Almería), para rematar su serie de comprometidos encuentros frente al segundo, el Granada. Un mes con un calendario durísimo, de máxima exigencia, al que se le ha unido el mal endémico de todo el curso: las constantes lesiones en todas las líneas del equipo (Lasure, Guitián, Guti, Papunashvili...).

El Real Zaragoza, de momento, no ha alcanzado en esta especie de Tourmalet los resultados deseados y, coincidiendo con el aumento del nivel de sus adversarios, ha frenado en seco su puntuación y la escalada hacia la zona noble que había iniciado desde la llegada al banquillo de Víctor Fernández a finales del año pasado. Apenas ha sumado un punto sobre los nueve en juego, el empate sin goles ante el Albacete en La Romareda. De observar la zona del ‘play off’ a 9 puntos, ha pasado a verla a 16. Cada punto que no ha sumado, le ha penalizado al máximo en este sentido. La zona de descenso, eso sí, sigue a los mismos 7 puntos de distancia que tenía hace tres semanas después de que el Extremadura, el equipo que marca la línea roja de la 2ªB, haya calcado su rendimiento –un punto sobre nueve–.

En el tríptico ante el Albacete, el Osasuna y el Almería, el Real Zaragoza ha competido de tú a tú en la mayor parte de los tramos de los partidos. Ha generado ocasiones y un fútbol competitivo durante muchos minutos. Por ejemplo, el duelo ante el Albacete ha sido, pese al empate, una de sus mejores actuaciones del campeonato. Sin embargo, su falta de pegada (solo un gol, el de Álvaro Vázquez al Almería) y las dificultades para defender los balones laterales (los tres goles encajados son un centro desde el costado en Pamplona y dos pelotas paradas del Almería) han lastrado sobremanera al equipo frente a tres adversarios de entidad, llamados a pelear por ascender a Primera División en el mes de junio.

Un respiro tras Los Cármenes

De semejante calibre es el conjunto con el que cerrará pasado mañana este desfile de rivales de primer nivel. El Granada de Diego Martínez es el segundo clasificado a tan solo un punto del líder Osasuna. Los andaluces, además, llegan lanzados al encuentro después de sumar los tres puntos de forma consecutiva en las últimas tres semanas. Vencieron 1-2 en el derbi regional ante el Córdoba, sumaron la victoria automáticamente ante el Reus (1-0) y el pasado fin de semana golearon con suficiencia 0-3 al Rayo Majadahonda.

Cuando el Real Zaragoza regrese de la visita al Nuevo Los Cármenes, su hoja de ruta se suavizará sensiblemente. Al menos sobre el papel. Si en estos cuatro partidos se ha enfrenado a cuatro candidatos al ascenso, en los cuatro siguientes lo hará ante uno de la zona media (el Elche), dos de la parte noble (el Mallorca y el Cádiz) y ante el penúltimo (el Nástic de Tarragona). Un necesario respiro en el que los de Víctor Fernández deberán dar un paso al frente para sumar una cantidad de puntos importante que le permita vivir con más tranquilidad el tramo final del curso. Antes, eso sí, tendrán la oportunidad ante el Granada de demostrarse que son capaces de superar a uno de los gallos de la competición.

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