Giorgi Papunashvili está en Georgia. El extremo zurdo del Real Zaragoza, que está llevando a cabo una temporada repleta de días de baja por lesión y que está sumido de nuevo en los efectos de la extraña dolencia en un tobillo (el izquierdo) que se generó en septiembre durante el partido de Albacete, ha solicitado al club permiso para viajar a su país para ser tratado allí por el  médico de la selección georgiana, el doctor Merab Vardudzkashvili.

El Real Zaragoza ha dado el visto bueno a tal solicitud del jugador y el proceso ya está en marcha. Papunashvili ya no ha comenzado la semana de entrenamientos en la Ciudad Deportiva este lunes. Su viaje a Tbilisi, la capital de Georgia, se espera que sea de corta duración, de una semana o 10 días a lo sumo.

En este periodo, el internacional georgiano será sometido a una revisión por parte del galeno de su selección nacional, siempre de forma coordinada con los servicios médicos del Real Zaragoza. El problema mayor detectado en estos largos meses de dificultades, que ya son 5 sin que el jugador haya vuelto a la normalidad física, es un edema óseo en el tobillo afectado. Todo ello fruto de aquella extraña jugada en la que el albacetense Acuña le dio un balonazo en la pierna contraria, la derecha, que acabó concluyendo con esta lesión en el tobillo de la extremidad izquierda, tal vez en el apoyo posterior con el césped del Carlos Belmonte. Era el 28 de septiembre, viernes por la noche.

Papunashvili, que ese día, en la 7ª jornada, reaparecía en liga después de pasarse toda la pretemporada en blanco, pues cayó lesionado con una rotura de fibras en mitad de julio, justo el día anterior a subir al Pirineo a la concentración de Boltaña (Huesca) y ya no pudo volver al equipo durante las semanas de amistosos de verano ni en el arranque liguero, ha tenido una larga convalecencia de ese problema y, después, al menos un par de recaídas. 

Esta última, en concreto, deriva de un golpe que le dio Zapater en un rondo ordinario al inicio de un entrenamiento hace un mes (el 1 de febrero, antes del viaje a Las Palmas). Nada extraordinario, nada que hiciera pensar en este nuevo periodo largo sin que Papunashvili alcance su estado de forma óptimo por este problema en un tobillo que ni es rotura de hueso, ni rotura de ligamento alguno, ni algo relativo a desinserciones en una articulación. 

Este viaje de Papunashvili a Georgia, a principios de marzo, es un nuevo capítulo de lo que ya se ha convertido en un culebrón desde el mismo día en el que el equipo volvió a los entrenamientos en julio para arrancar la temporada 2018-19.