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Objetivo Almería: 198 minutos sin marcar del Real Zaragoza de Víctor Fernández

Desde el 1-2 de Guitán en el minuto 72 en Lugo, el equipo no ve puerta, pecado que ha de solucionar este domingo con urgencia. Alcaraz estuvo 299 seguidos sin gol y 211 en otra racha previa.

Celebración del último gol marcado hasta ahora por el Real Zaragoza. Fue en Lugo, en la noche del 9 de febrero, hace 20 días, 3 jornadas atrás. Lo marcó Guitián.
Celebración del último gol marcado hasta ahora por el Real Zaragoza. Fue en Lugo, en la noche del 9 de febrero, hace 20 días, 3 jornadas atrás. Lo marcó Guitián.
Mero Barral

El Real Zaragoza afronta el partido del próximo domingo ante el Almería en La Romareda con un reto que, sin ser el global (ése es la victoria final y los 3 puntos), sí que es condición sine quanon para que lo absoluto tenga razón de ser y se consume: marcar al menos un gol. Y es que los muchachos de Víctor Fernández llegan a la cita ante los almerienses (a las 20.30) bajo los efectos perniciosos de una mala racha anotadora de goles en las porterías contrarias. Y, es de perogrullo, si no consiguen romperla favorablemente, resultará imposible asistir y contar un triunfo contra el rival andaluz de turno en la 28ª jornada de liga. 

El Zaragoza ha juntado en los últimos 20 días 198 minutos sin anotar un gol (no se contemplan en esta estadística los tiempos de aumento en los partidos). Son los 180 de las dos últimas jornadas, ante el Albacete en La Romareda (0-0) y el Osasuna en Pamplona (1-0) y los últimos 18 del duelo anterior, el de Lugo, donde el equipo aragonés marcó su último tanto en el minuto 72, obra del central Guitián, para acabar remontando y ganando esa noche por 1-2. 

Es, por supuesto, la peor racha del equipo bajo el aún breve tiempo de Víctor Fernández como entrenador en esta temporada. Antes, durante el curso, se dieron dos dinámicas concatenadas peores.

La más seria correspondió al bimestre de Lucas Alcaraz al frente del vestuario. Ahí, el Real Zaragoza acumuló 299 minutos sin celebrar un gol. Tres partidos completos seguidos (el 2-0 de Alcorcón, el 0-1 en casa ante el Cádiz y el 0-0, también en La Romareda, con el Córdoba), a los que se añadieron, por delante, los últimos 16 del choque ante el Mallorca -al que le marcó el 2-2 final en el minuto 74 por medio de Pombo- y, como colofón, los 13 iniciales en Riazor, tiempo que tardó el Zaragoza en empatar al Deportivo de La Coruña en un penalti que anotó Javi Ros que sirvió para acabar con el mal fario puntualmente (aunque no dio de sí para nada más, pues el equipo blanquillo perdió 3-1 con claridad).

Todavía se puede hallar otro tramo de ceguera anotadora, justo antes de este último reseñado. Esta duró 241 minutos. Y, salvo en su minúsculo inicio, que se incluye en la fase de Imanol Idiakez, también quedó en el haber negativo de Alcaraz. En este caso, se unieron dos partidos seguidos sin gol, los dos primeros del técnico granadino en su estreno (derrotas por 2-0 en Elche y, en casa, 0-2 ante el Granada). Como antecedente, se hilvanaron con los últimos 3 minutos del partido previo, el 1-1 con el Tenerife en el adiós de Idiakez, en el que Javi Ros marcó en el 87 en La Romareda antes de que los canarios empatasen in extremis. Y, como estrambote final a ese bache, quedaron los 31 primeros del envite en Tarragona, en el que se retomó la senda del gol con una diana en propia puerta del defensor grana Djetei a la salida de un córner de Ros, el 1-1 momentáneo en una cita que el Zaragoza acabó ganando 1-3.

En total, si se suman estas dos rachas sin gol anteriores a la que ahora vive y debe romper el Real Zaragoza este domingo en La Romareda, aparece el tremendo dato de que Lucas Alcaraz capitaneó un equipo que estuvo 510 minutos sin ver puerta con el oasis puntual de Tarragona entremedias. Por esta razón material, al margen de otras muchas de índole filosófica y ambiental, el Zaragoza cayó a descenso durante dos semanas (al 20º puesto, incluso) y las alarmas se encendieron irremediablemente.

Ante el Almería, el remozado Zaragoza de Fernández tiene ante sí este reto, que no es menor. Marcar gol. Romper de cuajo con un aluvión de ocasiones, muchas de ellas nítidas ante el marco contrario, que sus rematadores han echado a perder en las citas recientes. Ganar necesita del gol. Y el gol ha de volver para ganar. No se trata de inventar la pólvora. Ni la noria. Ni la polea. 

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