Real Zaragoza: una cuestión de acierto

El Real Zaragoza es el equipo de Segunda que más remata a la portería rival, pero es el cuarto más ineficaz de cara al gol: necesita más de 12 disparos para marcar

Álvaro Vázquez, durante el RealZaragoza-Albacete de la pasada jornada.
Álvaro Vázquez, durante el RealZaragoza-Albacete de la pasada jornada.
Toni Galán

Los disparos aguados de Álvaro Vázquez en las últimas jornadas, la pelea con el gol de Marc Gual, la escasa aportación en números ofensivos de Jorge Pombo en su papel de mediapunta o segundo delantero, la falta de centímetros, kilos de peso y diseño en la estrategia de las jugadas a balón parado en ataque… El acierto, su ausencia, es la única cuestión que está frenando la reacción del Real Zaragoza y erosionando su capacidad de puntuación. El equipo aragonés juega cada vez mejor. Su personalidad futbolística ha ganado constancia, fiabilidad e identidad. Pero le penalizan sus problemas en la definición: el Zaragoza llega al área rival, pero ni la llena lo suficiente ni la domina con el argumento del gol.

Ya durante la temporada se le había adivinado un equipo con buenos números rematadores, pero inconcluso en la materia. Con Idiakez, el Zaragoza era un equipo que producía ataque, un aspecto que entró en crisis con Lucas Alcaraz. Con el donostiarra en el banquillo, el Zaragoza tiraba 12,2 veces por partido. Con el granadino, bajó a 11,1. La llegada de Víctor Fernández ha reactivado ese latido ofensivo. La pólvora se ha multiplicado: ahora, con el técnico aragonés, el Zaragoza promedia 18 por encuentro, hasta el punto de elevarse como el equipo de la categoría que más remata a la portería rival. Nadie ha disparado tanto en estas 26 jornadas como los aragoneses.

Este volumen de ataque, sin embargo, no se traduce en goles suficientes. El Zaragoza dispara mucho, pero marca poco en relación a esa frecuencia rematadora, aun con sus 29 tantos del curso (11º de la liga). En este sentido, el conjunto aragonés es el cuarto más ineficaz de la categoría. Necesita 12,2 remates para marcar gol. Solo tres equipos presentan una tasa de eficacia más baja: el colista Nástic (16,7), el Rayo Majadahonda (15) y el Tenerife (17). La media de remates por gol de Segunda se sitúa en 10,30. En este aspecto, no se observan grandes diferencias entre equipos, aunque destacan la eficacia del Albacete (marca cada 7 remates), el Deportivo (cada 8,1) o el Cádiz (cada 8,9).

El Zaragoza está lejos de esos índices de acierto, una cuestión agravada, además, si se observa que el conjunto aragonés es el tercero que más balones toca (509) en el área rival, solo mejorado por Osasuna (532) y Elche (520). Es decir, el Zaragoza genera acciones de gol, llega al último tercio, pero no se impone en esos metros decisivos como consecuencia de su falta de acierto, de tino, de definición.

Este problema le está pasando factura, sustancialmente, a la hora de adelantarse en el marcador. Solo contra el Oviedo, desde la llegada de Víctor Fernández, obligó al rival a ir a remolque. Considerando la propuesta de juego del técnico, abrir el resultado doblaría el valor de ese gol, pues condicionaría notablemente rivales y desarrollos de los partidos. Pero al Zaragoza le falta ese punto de puntería, de olfato, de contundencia y determinación.

Un ejemplo de esta ineficacia se personifica en dos individualidades: el Zaragoza tiene dos futbolistas entre los diez que más rematan en la Segunda División. Jorge Pombo es el segundo con más tiros (64), solo superado por Aitor (Rayo Majadahonda/73), y Marc Gual es el octavo (54). Sin embargo, Pombo solo ha marcado 3 goles y Gual únicamente suma 2, aunque él, por ejemplo, con 700 minutos menos que el canterano zaragocista.

El Zaragoza de Víctor

Existe la percepción de que solo este particular, el acierto, separa al Real Zaragoza de Víctor Fernández del estirón definitivo. Desde su llegada, los números rematadores del equipo son imponentes, sobre todo, en La Romareda: 29 veces se le tiró al Extremadura, 13 al Sporting, 17 al Málaga, 16 al Rayo Majadahonda, 19 al Oviedo, 14 a Las Palmas, 11 al Lugo y 25 al Albacete. En cambio, frente a los manchegos o el Málaga (42 remates entre ambos partidos), el Zaragoza se quedó sin anotar. No vio puerta: una cuestión de acierto.

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