José Manuel 'Chechu' Dorado vio cumplido su sueño de debutar con el primer equipo del Real Zaragoza el pasado sábado ante el Albacete en La Romareda. Lo hizo con 36 años cuando, este canterano zaragocista de finales de los 90 y principios de los 2000, estuvo cerca de hacerlo hace ya 15 años, pues llegó a formar parte de dos pretemporadas con las primeras plantillas con Lillo y Víctor Muñoz. Ahora, recién fichado hace 20 días procedente del Rayo Vallecano de Primera División, uno de los dos singulares refuerzos invernales del equipo zaragocista (el otro es Linares, también de 36 años y con idéntica historia personal) se dispone a ofrecer sus servicios a una defensa que necesita solvencia, oficio y contundencia en la recta final de una temporada con numerosas máculas en la línea de zagueros.

Dorado, con rotunda sinceridad, explicó su presente, dejando claro que su objetivo es jugar siempre hasta que el torneo concluya en junio. "Espero seguir teniendo la confianza del entrenador y seguir participando en la competición. Eso es lo que me tiene que dar el plus que me falta. He venido con el depósito lleno, pero con el motor parado. Cuando tienes cierta edad, lo que te da la chispa es competir, más que entrenar día a día. El año pasado jugué bastante en el Rayo, pero este año no, y por mis características me puede costar aún algo más. Jugando, poco a poco iré mejorando", describió el cordobés.

El nuevo '4' del Real Zaragoza, que mostró ante el líder albaceteño los primeros detalles de su experiencia en un puesto tan crucial en el centro de la defensa, prosiguió en la exposición de sus primeras sensaciones como blanquillo. "Pensaba que podía tener más problemas después de tanto tiempo de inactividad, pero me respondió bien el cuerpo. ¿Pareja con Guitián? El entrenador tratará de buscar l a mejor solución en una posición tan importante como es la de central. Yo lo que quiero es competir e intentar ayudar cada día. Y ojalá sea estando en el once inicial", remató.