Víctor Fernández ansía jugar este sábado ante el Albacete con el viento de cola, a favor de velas en el marcador. Víctor y la afición zaragocista. Víctor y, con seguridad, todos sus pupilos del vestuario. Después de 7 partidos gobernando al equipo blanquillo, el entrenador aragonés aún no ha conseguido que sus jugadores sean capaces de marcar pronto, en una de las primeras ocasiones que suele generar siempre su equipo, y poder modelar el guión del encuentro desde el 1-0 (o 0-1, si es fuera de casa) favorable que tantas ventajas otorga en una categoría como la Segunda División española.

En 6 de esos 7 partidos, el Real Zaragoza siempre encajó primero el gol que estrenaba el marcador: ante Extremadura, Sporting, Málaga, Majadahonda, Las Palmas y Lugo. En 3 de esos 6 días de malos pasos iniciales, eso sí, tuvo la solvencia de remontar para ganar, ante los extremeños, gijoneses y el último día en el Anxo Carro lucense. En Canarias y Madrid, recuperó el gol adverso (en el Cerro del Espino habían sido hasta dos) para acabar empatando. Y solo el Málaga tumbó a los de Fernández tras el 0-1 noqueante. No es mal balance para tan malos comienzos de partidos. Más bien al contrario: está de maravilla, mucho más con los antecedentes que existen en el Zaragoza de los últimos tiempos, siempre de moral frágil, sencillo de aturdir si se le marcaba en primera instancia.

Pero es que, incluso el día del Oviedo, el único en el que el corajudo Real Zaragoza de las remontadas con Víctor Fernández se puso por delante en el tanteador, hubo que esperar al minuto 75 del choque para ver el 1-0. Es decir, cuando todo encaraba ya la recta final y aquello olía a chamusquina, pues los ovetenses habían fallado hasta un penalti, felizmente parado por el ángel custodio Cristian Álvarez. Ese día excepcional, a efectos de mutaciones positivas en el manejo del timón del juego, el Real Zaragoza tampoco pudo aplicarlas en la mayor parte del tiempo, pues el 0-0 campeó en el partido hasta el último cuarto de hora.

A Víctor Fernández se le recordó este viernes, en la previa al partido ante el Albacete (líder) en La Romareda, que el año pasado, la reacción experimentada por el Real Zaragoza de Natxo González en la segunda vuelta vino marcada por un dato elocuente: el equipo comenzó a enlazar, en sus partidos como local, secuencias goleadoras en las que el 1-0 (y a veces el 2-0) llegaban en el primer cuarto de hora o 20 minutos de cada partido. Y eso devaluaba cualquier planteamiento original de los adversarios, rompía esquemas de los rivales. Es lo que Víctor añora, espera y sueña.

"Sería muy importante. Porque marcar pronto el 1-0 te permite manejar mejor los tiempos del partido, no te obliga a tomar decisiones desesperadas, no te entra tanta urgencia, inclusive, a la hora de mover la pelota... son muchas cosas", reconoció el veterano entrenador zaragozano 24 horas antes de recibir al Albacete.

Fernández lamenta, hace ya unas semanas, la falta de tino de sus muchachos para sacar provecho de las oportunidades de gol que, siempre, generan en los primeros minutos de cada choque. "Nosotros, la verdad, estamos saliendo muy bien al campo todos los días, intentamos adelantarnos en el marcador, generamos ocasiones para lograrlo, pero lamentablemente no lo hemos conseguido más que contra el Oviedo (y muy al final). Esto no quiere decir que, cualquier día, suceda por fin. Ante el Albacete, nos vendría muy bien, sin duda", pidió al destino en voz alta.

Víctor Fernández hizo una declaración de intenciones: "La propuesta de mi equipo es esa: ir a por el partido y ser dominantes y valientes en La Romareda, que es un campo que pesa a todos los rivales. Como entrenador, tengo mis preocupaciones. No inseguridades, porque este equipo me transmite certezas y lo veo con convicción", remarcó.