Cristian: "Queda tiempo para todo"

El portero del Real Zaragoza vuelve a ser decisivo, justo en el momento en el que el equipo recupera su fútbol y su dinámica coge buenos números

Cristian Álvarez, durante un entrenamiento del Real Zaragoza
Cristian Álvarez, durante un entrenamiento del Real Zaragoza
Toni Galán

Cristian Álvarez ha parado cuatro de los siete penaltis que le han lanzado en el Zaragoza. Un dato que, por sí solo, habla de su peso, su influencia y su capacidad dentro del equipo. Cristian tiene todo eso, como posee un liderazgo especial, una personalidad singular, domina su oficio… Es buen portero, para mucho y bien… Pero, por encima de todo eso, de sus acciones y de los datos, sobresale su incidencia en el juego. Cristian tiene muchas de las cosas que tienen otros porteros, pero algo que tienen pocos: para cuando una parada más valor tiene. Cristian cambia los partidos. El Zaragoza lo disfruta desde el año pasado, cuando retirado, viviendo en la montaña, olvidado del fútbol, se decantó por la propuesta presentada por el club aragonés, y lo disfruta este año. Su penalti detenido a Alanís contra el Oviedo solo es la punta del iceberg de un portero que lleva 18 meses fabricando milagros. “Al final, detener un penalti es una circunstancia del juego. Son situaciones en la que sabemos que los porteros somos los máximos protagonistas”, indicó el arquero argentino este miércoles en la Ciudad Deportiva. “Por suerte, por trabajo, pude lograr esa parada en el último partido”, añadió.

Esa acción cambó el rumbo del encuentro. Lo condujo a un nuevo escenario. Sujetado a Cristian, el Zaragoza pudo mirarle de cara a la victoria. Esta dependencia no es nueva: el año pasado, sus manoplas moldearon varios de los puntos sumados en la segunda vuelta. En los últimos encuentros, su inspiración se ha vuelto a desbocar. Pudo verse en Gijón, frente al Rayo Majadahonda o contra el Oviedo. Por eso, la Liga lo ha propuesto en la terna candidata al mejor futbolista del mes de enero. Cristian tiene sus secretos a la hora de parar los penalti. Tiene, como todo portero, su liturgia y su pulso emocional con el lanzador. Pero también hay técnica y análisis: Mikel Insausti, preparador, elabora informes sobre los ejecutores rivales posibles, los lados frecuentes, la mecánica habitual… Nada por, otro lado, exclusivo del Zaragoza: casi todos los equipos lo hacen. Pero otros equipos no tienen a Cristian. Ahí está la diferencia: su capacidad mental en los penaltis es superior, digna de especialista. “Es un cara o cruz, y a mí se me han dado bien los últimos. Estoy en una buena racha y espero que pueda seguir”, apuntó el argentino, a quien Víctor Fernández le exige algo más que paradas y le ha convertido en protagonista en la fase de iniciación del juego, como ya hiciera Natxo González. “Es otro tipo de fútbol el que proponemos ahora. Me gusta jugarla desde abajo cuando se puede, tampoco arriesgando ni haciendo locuras. A Víctor le gusta sacar el balón de atrás, los futbolistas de buen pie. Hacerlo así, por abajo, es bueno para superar líneas y atacar mejor. Siempre que se pueda lo seguiremos haciendo porque mejora las posibilidades de ataque”, explicó.

Con 10 puntos de los últimos 15 posibles, el Zaragoza va construyéndose una dinámica expansiva. Poco a poco, el equipo crece en fútbol y números. “Queda mucho todavía. Los últimos resultados son un respiro, pero tenemos que despegarnos aún más de los puestos de abajo”, apuntó. “Matemáticamente, hay tiempo para todo. Aún hay muchos puntos en juego. Pero primero hay que centrarse en la realidad y tomar más tranquilidad respecto la zona baja. A partir de ahí, ya veremos si soñamos con objetivos más elevado”, recalcó.

Frente al Oviedo, el Zaragoza volvió a dejar la portería a cero. Una conquista básica para lograr otras. “Ojalá sigamos manteniéndola así más partidos. Debemos seguir en esta línea de trabajar bien en defensa porque nos dará mucha tranquilidad”, afirmó Cristian.

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