Real Zaragoza-Oviedo, un partido entre algodones

El Zaragoza recibe a un Oviedo enrachado, con la baja de última hora de Benito y varios jugadores con mermas físicas

Los futbolistas del Real Zaragoza, durante el entrenamiento de este jueves.
Los futbolistas del Real Zaragoza, durante el entrenamiento de este jueves.
Raquel Labodía

Ahora, justo antes del partido contra el Oviedo en La Romareda (21.00/Gol), al Real Zaragoza le duele Alberto Benito. No hay semana, no hay partido, no hay momento en esta temporada, en el que al equipo aragonés no le zarandee una lesión o percance físico. La última baja sobrevenida es la del lateral derecho, aquejado de unas molestias musculares que le impidieron trabajar ayer. Su ausencia trastoca los planes de Víctor Fernández, en lo que se ha convertido ya en una azarosa manera de vivir y entrenar a este equipo. El problema es preocupante porque parece inagotable. El Zaragoza saldrá a jugarle al Real Oviedo con medio equipo entre algodones. Faltará Benito, pero muchos otros estarán con el físico lastrado. Es el caso de Guti, baja hace una jornada y con los aductores al rojo vivo durante esta semana. También el de Soro, con el tobillo magullado aunque no lo suficiente para dejarlo fuera del partido en su momento más dulce y mágico desde que saltó al primer equipo. Ya se sabe que falta Javi Ros, por mucho que se esfuerce en recortarle tiempos a su peroné dañado. Y hay un puñado de futbolistas aún escasos de piernas y pulmones, de ritmo, después de salir recientemente de diferentes contrariedades: Álvaro Vázquez, quien podría aparecer en el once, Giorgi Papunashvili, otro con opciones pese a todo de irrumpir en la titularidad…

Con estas dificultades, deberá lidiar Víctor Fernández, quien citó 19 hombres por si Soro no está apto, en la confección de un once que, aun con todo, tendrá buenas hechuras. Al menos, las hechuras del equipo que ha sacado la cabeza en el último mes, recuperado sus prestaciones competitiva y restaurados sus valores futbolísticos y su identidad. Hay muchas imperfecciones por subsanar, la eficacia en sendas áreas por ejemplo, pero el Zaragoza ahora está mucho más cerca de las victorias que hace cinco partidos.

El equipo de Víctor necesita una victoria que le libere de tensiones en la clasificación y lo instale en una zona media. Tendrá delante un ejemplo clásico de Segunda División del efecto que tiene un fulminante cambio de dinámica: el Oviedo miraba abajo hace nada, pero sus últimos resultados le han disparado en la tabla. Suma tres victorias seguidas y se presenta en La Romareda con una de esas propruestas de las que se le atragantan al equipo aragonés. Es una roca con el rostro de Anquela: repliegue intenso, piernas duras y musculadas, acumulación de hombres tras la línea del balón, y salidas rápidas, afiladas y vertiginosas a la contra. El Zaragoza tendrá la pelota, pero deberá tener el acierto. Adelantarse, sería clave para desmadejar a un Oviedo que recupera a Christian Fernández en el lateral izquierdo y que será duro como un hueso.

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