Pombo, Papunashvili, Álex Muñoz, Guti, Soro y Eguaras... los goleadores de Víctor Fernández

Seis jugadores distintos, ninguno de ellos delantero, han anotado los goles del Real Zaragoza en las 4 jornadas bajo la batuta del técnico aragonés.

Soro, en el momento de golpear con la zurda para anotar el primer gol del Real Zaragoza este sábado en Majadahonda, que encaró el empate a dos final.
Pombo, Papunashvili, Álex Muñoz, Guti, Soro y Eguaras... los goleadores de Víctor Fernández
Enrique Cidoncha

Pombo, Papunashvili, Álex Muñoz, Guti, Soro y Eguaras... son los goleadores de Víctor Fernández por ahora. Seis jugadores distintos, ninguno de ellos delantero, que han anotado los goles del Real Zaragoza en las 4 jornadas bajo la batuta del técnico aragonés tras su llegada a finales de diciembre para relevar a Lucas Alcaraz con el equipo metido de lleno en la zona letal de la clasificación.

Víctor ha sido el patrón de una sensible mejoría en la adición de puntos, con dos victorias nada más aterrizar (2-1 al Extremadura, 1-2 en Gijón), el empate de este sábado en Majadahonda (2-2) y una sola derrota (0-2 en casa contra el Málaga). Fernández ha logrado mejorar prestaciones, insuflar oxígeno en las neuronas de la plantilla, inocular fe y optimismo en un ambiente depresivo, como era el que heredó en la antesala de la Navidad.

El equipo, con su nuevo patrón y sus nuevos aires de recuperación global, ha sido capaz de marcar 2 goles en tres de estos cuatro partidos de la nueva 'era Fernández'. Una marca interesante, un termómetro de que existen indicios de restauración dentro de un grupo que, hasta diciembre, dio muchas muestras de debilidad ofensiva al quedarse sin anotar gol -o haciéndolo solo por una vez- en la mayoría de sus duelos ligueros.

Pero a Víctor le están fallando los delanteros. Los seis goleadores son un claro índice de lo que está sufriendo el Real Zaragoza en su tarea atacante y de definición ante las porterías rivales. Nadie repite. Los tantos llegan por goteo entre líneas, cada día con unos protagonistas distintos y dispares, sin un rigor ni pauta legible con cierta lógica táctica.

Álex Muñoz, goleador en Gijón, es un defensa central. Eguaras, artillero en Majadahonda, el pivote retrasado, el 'stopper' creativo desde la altura de los centrales. Guti, un 'todocampista' multifuncional de largos recorridos que el día de su gol, en El Molinón, partió siempre como 'extremo' derecho pegado a la cal. Papunashvili, un extremo zurdo (este sí, puro), que gusta de jugar a banda cambiada en busca de diagonales y disparos a puerta, que anotó ante el Extremadura. Pombo y Soro, dos mediapuntas con buenas bisagras para adaptarse a posiciones de área puntualmente e, incluso, caer a banda, pusieron su grano anotador ante Extremadura y Majadahonda. Pero, en puridad, ninguno de ellos es delantero nato. Ni a martillazos se puede forzar semejante catalogación.

Los delanteros de esta plantilla del Real Zaragoza 2018-19 son tres: Álvaro Vázquez, Marc Gual y Jeison Medina. Uno, prestado por el Espanyol. El otro, a préstamo del Sevilla. Y el último, también en condición de cedido desde el Leones Itagüí de Colombia.

Víctor Fernández, desde su misma llegada, ya advirtió de que este Real Zaragoza de dificultades ante la portería rival ha de intentar ganar los partidos desde la posesión, la combinación acertada y el tino en el remate final, a base de insistencia y solidaridad entre todas las líneas porque... el plantel carece de referencias rotundas en el arte del gol.

Y los hechos están dando la razón al técnico del barrio Oliver a todas luces. Los tres delanteros fichados el pasado verano, los tres cedidos (circunstancia que aporta singularidades en cada caso particular), no se han estrenado con Víctor. Medina, porque no lo ha hecho con nadie ni lo hará, pues su participación ha sido casi nula y su futuro inmediato está fuera del club. Vázquez porque ha sufrido una lesión (otra) y ha estado parado hasta Majadahonda durante un mes. Y Gual... porque vive en fase de estrés los últimos tiempos en el equipo blanquillo por su falta de réditos como '9' del equipo.

En los 4 partidos anteriores a la llegada de Víctor Fernández, los últimos de Alcaraz, el Real Zaragoza se quedó sin ver portería en 3 de ellos: frente al Alcorcón, Cádiz y Córdoba. Y en el restante, el autor del gol inútil en La Coruña fue... Javi Ros, de penalti. O sea, un séptimo goleador distinto en los siete últimos tantos del equipo, acontecidos en más de dos meses de arco temporal. Un centrocampista de pelea, corte y trabajo a destajo, pero no un llegador con gol en sus genes.

Esta mirada al microscopio emite una evidencia. Algo que Víctor Fernández, con buen ojo clínico, tiene previsualizado desde antes de su llegada al timón del equipo. A él no le extraña este curioso efecto de disgregación de goleadores. Ni tampoco que los delanteros puros, los cedidos llegados para ser el alma máter del gol este año, no estén en los números mínimos que a estas alturas de la liga (recién atravesado el ecuador) cabría exigirles por su responsabilidad dentro del proyecto.

De momento, el plan de búsqueda de soluciones le está dando resultado al técnico aragonés en un modo notable. Marcar 2 goles en la mayor parte de los partidos debería ser sinónimo de victoria, como sucedió ante Extremadura y Sporting. Como lo hubiese sido este sábado en Majadahonda de no haber mediado una doble disfunción perniciosa en la defensa zaragocista que costó ponerse 2-0 abajo de mala manera.

Si no hay una mutación drástica de aquí a junio en la morfología de la delantera, este amplio abanico de anotadores ante las porterías contrarias que está mostrando el Real Zaragoza de Víctor Fernández tiende a ser el método paliativo a las taras en la matriz de la plantilla que los resultados y las hechuras futbolísticas del equipo han sacado a la luz durante 5 largos meses. Porque el fútbol habla claro siempre en cuestiones mayores.

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