Eguaras: "Los últimos triunfos nos han hecho ver lo que somos"

El faro en el centro del campo del Real Zaragoza, Íñigo Eguaras, pone en valor la llegada de Víctor Fernández al equipo y pasa revista a las claves de la situación actual.

Íñigo Eguaras, sobre el césped de la Ciudad Deportiva, junto a su cómplice y mejor amigo: el balón.
Íñigo Eguaras, sobre el césped de la Ciudad Deportiva, junto a su cómplice y mejor amigo: el balón.
Toni Galán

Volvió Eguaras y en Gijón disputó 70 minutos. ¿Cuánto le queda para alcanzar la plenitud física?

Todavía tengo mucho que mejorar. Me falta ritmo competitivo, pero con el paso del tiempo y los entrenamientos espero poner punto y final a la lesión. El dolor, afortunadamente, ya casi ha desaparecido y el otro día me encontré muy bien en El Molinón.

¿Eso quiere decir que podría jugar el próximo partido completo?

Es un asunto que lo decide el míster. Mis sensaciones son buenas. Hago las cosas con más confianza, ya no tengo miedo a recaer.

Viene el Málaga a una cita que podría confirmar el cambio positivo. ¿Cómo la afronta el equipo?

De una manera tranquila, sin olvidarnos que seguimos en una situación complicada y hay que sacar los tres puntos como sea. Los dos triunfos pasados nos han hecho ver lo que somos: un equipo con mucho hambre y con ganas de sacar esto adelante.

Los andaluces llegan heridos...

Está claro que perder en casa por 0-3 ante un Reus en problemas les va a hacer más peligrosos. Nosotros tenemos que centrarnos en lo nuestro y hacer el fútbol que hemos demostrado en las dos últimas jornadas.

Un fútbol alegre desde la llegada de Víctor Fernández. ¿Cuántas teclas tocó?

Desde el primer día nos transmitió que somos muy jóvenes, tenemos muchísimo talento, margen de mejora y lo más importante, confianza. Es un entrenador con las ideas muy claras y un estilo de juego que a cualquier jugador le gusta. La llegada de Víctor ha generado un cambio de chip en todo el mundo.

Este Zaragoza vive del balón.

Es su filosofía, yo la comparto y se está viendo que da resultados. Nos encontramos muy cómodos en ese aspecto. Ahora todo el mundo la quiere, ya no se ven pases largos, y si se hacen, es con criterio.

Con el esférico siempre ha tenido un peso específico en el equipo. ¿Qué le pide Víctor?

Lo que quiere de mí es que sea yo mismo en la salida de balón y, aunque falle, siga insistiendo para dar juego al equipo. Me da mucha seguridad.

¿Su rol es muy diferente al que tenía con los dos técnicos anteriores?

No. Imanol y Víctor se asemejan mucho. El estilo de juego de Lucas era más resguardado, y ahí me sentía menos identificado, andaba un poco más perdido.

¿Estuvo cerca de su mejor versión en Gijón? Se asemejó más al Eguaras del año pasado.

De esta temporada ha sido el partido que más cómodo me he sentido. En los anteriores no me reconocía. A raíz de la llegada de Víctor y todo el trabajo que llevo se va viendo poco a poco lo que quiero y lo que soy.

Sólo un borrón: una pérdida al borde del área que pudo suponer un gol en contra.

Por fortuna, esa jugada no tuvo ningún efecto en el resultado. Esas cosas las tengo que minimizar. Pero son situaciones que no me generan ni ansiedad ni nerviosismo. Continué haciendo lo mismo y las siguientes salieron bien.

¿Cómo se reducen esos riesgos?

Sabiendo el peligro que incumbe cada posición. Muchas veces hay que jugar fácil para evitar pérdidas de ese tipo. A veces me cuesta porque me gusta arriesgar en el pase interior, tengo que reducir esos errores.

Y la delicia: el envío a Lasure, marca de la casa, que acaba en el gol de Guti.

Yo recibo, no veo muchas líneas de pase, observo que Lasure va corriendo por la banda y la doy. Me gusta que por fuera haya mucha amplitud porque favorece mi pase interior. Si no tengo gente por dentro, esas líneas de pase no serían tan fáciles.

El plan de Víctor exige valentía.

Con este estilo todos debemos jugar a lo mismo. Víctor nos hace hincapié en recuperar rápido una vez perdido el balón. Eso va a ser una parte vital de este modelo.

Para ello, tiene buenos escuderos: Ros, Guti, Zapater, Igbekeme... ¿Cambia mucho jugar con unos u otros?

Cada uno tiene sus características. Todos tienen mucho trabajo físico y con balón son jugadores que da gusto ver, con mucho criterio. A mí me da mucha vida tener gente por delante con tanto recorrido y que quiera el balón.

A su espalda, ¿en qué grado es importante jugar junto a defensas con buena salida de balón como Álex Muñoz o Guitián?

Siempre es beneficioso que te saquen la pelota bien jugada. Estás más seguro de que el balón te va a llegar en perfectas condiciones. Esa limpieza me favorece a raíz del toque en corto y el balón raso.

¿Es muy diferente el 4-1-4-1 de Víctor al famoso 4-4-2 en rombo?

Es parecido. Lo único que cambia es la figura del mediapunta. En Gijón, tuvimos gente por fuera como Guti o Pombo que se metían para dentro. Ahí generaban superioridades y dejaban mucha profundidad a los laterales. Los jugadores del Sporting, con un doble pivote, no sabían donde meterse.

¿Qué efecto generaría una tercera victoria consecutiva el próximo domingo?

Confirmaría la asimilación de lo que queremos sobre el terreno de juego, generaría esa nueva ilusión en la afición y, por qué no, el pensar más allá.

La afición volverá a ser una pieza fundamental.

Ver a casi 25.000 personas animando te da muchísimo. Cuando estás pasando momentos malos, el saber que tienes que dar lo mejor de ti para correspondérselo, es algo que en otros equipos de Segunda no se vive.

¿Cuál es el techo de este nuevo Real Zaragoza?

Se irá viendo durante los partidos. En la situación que estamos, primero hay que llegar a los 52 puntos de la salvación. El año pasado también se torcieron las cosas pronto y el objetivo llegó solo.

Periodo de mercado invernal. ¿Cómo se vive en el vestuario la posibilidad de que unos compañeros salgan y otros vengan?

Cada uno como puede, dependiendo de la situación. La gente que está con contrato lo vive más tranquila, la gente que acaba tiene cierto nerviosismo. Lo que si te puedo decir es que todos en este vestuario estamos con la cabeza centrada en el Zaragoza.

El suyo finaliza en junio de 2020. ¿Se plantea renovar?

Son cosas que si tienen que llegar, llegarán. Ahora mismo estoy tranquilo sabiendo que me queda un año y medio de contrato. El futuro decidirá. Me siento muy a gusto en el club, en la ciudad y con el trato que tiene la gente conmigo.

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