Finalmente, el Reus va a retirarse de la competición de manera inminente. Así lo decidieron ayer sus jugadores, que no han cobrado desde el inicio de la liga, en una asamblea celebrada en el vestuario reusense, lo que fue el siguiente eslabón de debates tras la reunión que llevaron a cabo horas antes en Madrid (en la tarde-noche del martes) con el presidente de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), Javier Tebas.

Y, ante esta situación, el Zaragoza está especialmente atento al desenlace con Miguel Linares, delantero aragonés de 36 años, natural de Fuentes de Ebro. El Zaragoza tiene avanzada su incorporación si, finalmente, Linares queda libre en los próximos días, con el objetivo de inscribirlo el próximo 1 de enero. Linares sería así, de concretarse esta operación, el relevo en la plantilla de Jeison Medina o Gaizka Toquero, que pueden dejar la entidad en el próximo mercado de enero. Linares jugó en el filial del Real Zaragoza y en los últimos años se ha forjado una solvente carrera en Segunda, en equipos como el Elche, el Recreativo y sobre todo el Oviedo.

El Reus, condenado

Los jugadores del Reus están aún dilucidando si jugar este fin de semana contra el Córdoba, en el Campo Municipal de Reus, el que sería su último partido del curso y, a continuación, el lunes por la mañana, presentar -de manera individualizada- las correspondientes denuncias ante la LFP por impago de sus salarios o si, por el contrario, ya no se presentan siquiera a disputar la siguiente jornada, este próximo fin de semana. Al haber transcurrido ya los 3 meses reglamentarios que, como tope máximo, recoge la normativa de La Liga en caso de que un club no abone los emolumentos a su plantilla, los futbolistas quedarán automáticamente libres, sus contratos se extinguirán en ese mismo instante y podrán fichar por otros clubes a partir del 1 de enero, en 19 días, dentro del mercado invernal.

Esto quiere decir que la plantilla del Reus no ha aceptado la propuesta de Tebas, que se comprometió a pagarles de los fondos de la LFP los meses debidos para evitar que la liga se quede coja, con solo 21 equipos, algo que afectará al calendario en lo sucesivo, a las transmisiones televisivas y también a los puntos que faltan por jugarse. Los jugadores del cuadro catalán, sabedores de que al final de la liga, aunque aceptasen seguir en tan precarias circunstancias, el descenso administrativo del Reus será un hecho inexorable, no quieren actuar como un equipo fantasma en el torneo liguero, sin ninguna perspectiva de futuro en aquel lugar y con las dudas y las tentaciones siempre a su alrededor en cada partido que disputasen de tal guisa. Por lo tanto, el Reus va a desaparecer de la faz de la Segunda División y, por ello, muy probablemente también se certificará su liquidación como entidad deportiva en un futuro muy próximo. Este atípico episodio, sin precedentes en el fútbol profesional español, supondrá que uno de los cuatro descensos a Segunda B ya estará definido en diciembre: el que supone la plaza del Reus. Y, por lo tanto, solo quedarán tres puestos más a dilucidar en la competición liguera de aquí a junio.

En cuanto a cómo se recompondrán los baremos de puntos de la liga de Segunda, tras unas horas de confusión, la Liga ha señalado que se aplicará el artículo 77 del Código Disciplinario del Reglamento de la competición, que reza así para este caso: «En el supuesto (...) de retirada de la competición, el culpable será excluido de la competición con los efectos siguientes: a) Siendo la competición por puntos, se respetarán todas las puntuaciones obtenidas por los demás clubes hasta el momento, y en el resto de los encuentros a celebrar se dará por vencedor a los oponentes por el resultado de la media de los goles encajados por el equipo excluido. (...).

Es decir, que ya no está en vigor el matiz que rigió durante años al respecto y que, en caso de retirada en la primera vuelta (pasó en divisiones inferiores y regionales de vez en cuando), se anulaban los marcadores y se retiraban todos los puntos de los partidos jugados por el equipo retirado. Y solo se daba la victoria a los rivales si el abandono de la competición se llevaba a efecto en la segunda vuelta.