Eguaras, toca parar en seco tras el pleno de minutos con Alcaraz

El medio centro del Real Zaragoza, que no se entrenó este jueves tras arrastrar hace días dolores crecientes en aductores y otros músculos de las piernas a causa de la pubalgia, es baja indefinida.

Eguaras, en la Ciudad Deportiva.
Eguaras, en la Ciudad Deportiva.
Toni Galán

A Íñigo Eguaras se le ha acabado la cuerda en su primer bloque de partidos disputados tras estar cuatro meses de baja absoluta a consecuencia de una severa pubalgia que se le manifestó en mayo, a finales de la pasada temporada. Al centrocampista navarro del Real Zaragoza, que no se entrenó este jueves tras arrastrar hace bastantes días diversos dolores crecientes en aductores y otros músculos de las piernas a causa de su molesta y perenne lesión, es baja indefinida.

Eguaras no jugará este domingo próximo ante el Córdoba en La Romareda (20.30). Y su nueva reaparición queda abierta en el tiempo a que el de Ansoáin recupere sensaciones positivas y vaya diluyendo, sin prisas, todas esas molestias y secuelas que ahora le aconsejan parar y que los médicos incluyen dentro de la normalidad del proceso de readaptación al juego después de sufrir un mal de este tipo en la zona púbica. Esa horquilla puede ir de un espacio corto de reposo hasta un tramo de varias semanas sin asomar de nuevo sobre el césped. No se puede prever porque cada paciente es un mundo en el ámbito de la pubalgia. Y no hay dos iguales. Solo el discurrir del calendario de su evolución dirá.

Así que, por este flanco, Lucas Alcaraz ya tiene ante sí la obligación de llevar a cabo un cambio de alto rango dentro de su alineación: el medio centro. Mucho más si se tiene en cuenta que, desde la llegada del nuevo técnico zaragocista a relevar al despedido Idiakez, Eguaras ha jugado todos los partidos... y completos. Hasta ahora era un eje fijo en los planteamientos de Alcaraz: jugó los 90 minutos ante Elche, Granada, Nástic de Tarragona, Mallorca, Alcorcón y Cádiz. Absolutamente todo, siempre titular y jamás sustituido por el granadino pese a que el '16' dio, en cada uno de esos días, claro síntomas de no estar en un buen momento de forma física, carecer de continuidad y, en términos comparativos, moverse en un grado de solvencia muy alejado del que ofreció en la mejor parte de la campaña anterior. El criterio era que, únicamente jugando, se puede mejorar el tono físico. Nunca parando o alternando con el banquillo. Pero eso se ha terminado.

Eguaras, que tras ser diagnosticado -sin que trascendiera- en mayo pasado de su pubalgia todavía jugó algunos partidos del final del curso, como los de la Promoción ante el Numancia (descansó antes en el último de la liga regular en Barcelona o fue sustituido ante el Albacete en Zaragoza en plena crisis de dolor), se perdió toda la pretemporada tras un verano de dudas y problemas. Los especialistas decidieron en su caso -no así en el semejante de Raúl Guti- la aplicación de un tratamiento conservador, por lo que no pasó por el quirófano y fue ejercitándose paso a paso hasta familiarizarse con las algias que produce su patología. No llegó en condiciones al inicio de la competición y estuvo fuera de juego en las 6 primeras jornadas (7 con la primera eliminatoria de Copa), el primer mes y medio de liga. No hubo noticias suyas en los duelos ante Majadahonda, Reus, Las Palmas, Oviedo, Almería, Lugo y, en el torneo copero, ante el  Deportivo de La Coruña.

Su expectante reaparición se dio el 28 de septiembre en Albacete, jornada 7ª, donde Idiakez, mediatizado por las lesiones súbitas de Papunashvili y Verdasca al inicio del partido, lo tuvo que dejar los 90 minutos sobre el césped. Después, aún con el técnico donostiarra que acabaría destituido, continuó en la titularidad frente al Osasuna (70 minutos), Numancia (45) y Cádiz en la Copa (70). Idiakez lo dejó fuera en el partido que significó su cese, ante el Tenerife en La Romareda.

Y, tras esa breve pausa, la llegada de Alcaraz dio forma a la tacada de 6 partidos que acaba de concluir y que tendrá un antes y un después en la cita del domingo ante el Córdoba. Eguaras necesita oxígeno en sus células. Sosiego en su mente. Un nuevo giro de tuerca en el procedimiento médico adoptado para intentar salvar sin intervención quirúrgica un mal tan concreto. Así que el centro del campo del Real Zaragoza, a partir de la cita contra los cordobeses, volverá a tener cara nueva. Curiosamente, el pasado fin de semana reapareció Raúl Guti, el otro centrocampista que acabó el pasado curso con pubalgia y que, en su caso sí, fue reparado en una operación en Burdeos (Francia) hace 3 meses. Tal vez uno le dé el testigo al otro sobre el terreno de juego.

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