Lalo Arantegui confirma a Lucas Alcaraz hasta junio delante de la plantilla

El director deportivo del Real Zaragoza informó de esa postura estratégica a los jugadores al término del desayuno de ayer en la Ciudad Deportiva, donde el ejecutivo tomó la palabra.

Lucas Alcaraz, ayer en la Ciudad Deportiva, observa en solitario y con atención el entrenamiento de sus jugadores.
Lucas Alcaraz, ayer en la Ciudad Deportiva, observa en solitario y con atención el entrenamiento de sus jugadores.
Guillermo Mestre

Lalo Arantegui confirmó ayer a Lucas Alcaraz, delante de toda la plantilla, como entrenador del Real Zaragoza hasta el final de la actual temporada, el 30 de junio como mínimo. Este mensaje del director deportivo de la entidad zaragocista fue el colofón del discurso que dio al equipo al final del primer desayuno de la semana en el comedor privado del equipo en la zona de restaurante de la Ciudad Deportiva. Un encuentro a primera hora de la mañana, en torno a las 9.00, con el que el grupo retomaba la rutina después de dos días de descanso y desconexión total para asimilar la derrota del viernes ante el Cádiz en La Romareda y la consiguiente caída de nuevo a la zona de descenso a Segunda B.

Por esta razón de peso, que tiene ubicado al Zaragoza en su globalidad –equipo, cuadro técnico, ejecutivos deportivos y la SAD entera– en una situación incómoda, imprevista, de dura digestión y con enormes riesgos societarios a futuro de no mediar una reacción rápida, el de ayer no fue un desayuno ordinario, como el de los demás días del curso. El matiz de solemnidad lo quiso aportar Lalo Arantegui –al que acompañaba el secretario técnico, José Mari Barba– con dos piezas diferenciales, una vez que todos los futbolistas tomaron el primer alimento del día y antes de que se fuesen a los vestuarios para acometer la primera sesión preparatoria semanal.

La primera fue el uso de su palabra. No ha sido habitual hasta ahora que Lalo hable en el comedor cuando el día amanece. Es una rareza. Y ayer ocurrió, forzado el máximo responsable del ámbito futbolístico de la entidad por el estado de desazón que reina en el zaragocismo desde la noche del viernes y la constatación horas después de que el equipo se despeñaba a la 19ª posición en la tabla. Esta vez no hubo escenificación de visitas a la caseta, de trajín por el pasillo de vestuarios (aunque, después, Lalo sí acudiría allí como cada día del año). En esta ocasión, Arantegui decidió que el foro de actuación fuera el comedor, con el zumo, el café, la fruta y las tostadas sobre las mesas.

Hubo filípica para la plantilla. Lalo posó sobre sus espaldas la principal responsabilidad de lo que viene ocurriendo en el campo en la mala racha de resultados que ha desembocado con un bagaje de solo tres victorias en 16 jornadas de liga. Y pidió reacción, solidaridad entre ellos, ruptura con los pensamientos individualistas (Zapater lo repitió más tarde en su rueda de prensa). Y, como cuestión nuclear de su mensaje, Lalo, con Alcaraz delante de sus pupilos, confirmó al entrenador hasta junio, por encima de que ahora sus números no avalen ningún progreso tras haber relevado a Imanol Idiakez hace ya mes y medio (6 jornadas).

Un gesto de presión, jerárquico. Una estrategia que tiene sus intenciones en el emisor y que tendrá sus lecturas en los receptores. Nada nuevo, por otra parte, en la historia del fútbol profesional. Arantegui y Barba, después de haber precipitado la destitución del primer entrenador del curso a mitad de octubre, saben de los riesgos que conllevaría tener que acudir a un tercer técnico durante el curso. Para el proyecto, para todo el mundo, ellos incluidos. Así que es natural que intenten dotar de fortaleza a la figura de Alcaraz mientras los resultados no aprieten de manera inaguantable.

La segunda pieza diferencial del día del retorno tras el fiasco ante el Cádiz fue una charla extraordinaria, de casi 40 minutos, que Lalo Arantegui pensó como método de reflexión psicológica del grupo en días de problemas, bajo el lema de la superación personal en momentos extremos. La impartió Carlos Sanz, ex árbitro, deportista paralímpico y trasplantado de hígado en cuatro ocasiones.

Reiniciado el camino en medio de la zozobra, aplicadas las primeras medicinas elegidas por Lalo y con el Córdoba en el horizonte como examen de alto rango en La Romareda, hoy hablará Cristián Álvarez, otro peso pesado.

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