Jorge Pombo quiso limar asperezas con el grupo de aficionados que increpó a los futbolistas en la calle, a la salida de los vestuarios de La Romareda tras la derrota 0-1 ante el Cádiz, y su gesto bienintencionado ha terminado por derivar en un lío mayúsculo de repercusión interna en el equipo. El canterano, como todos los demás, fue motivo de queja oral en la explanada del estadio cuando abandonaba el estadio en la noche del viernes, episodio que se repitió durante una hora mientras los componentes del Real Zaragoza iban marchándose a casa una vez duchados. Pero Pombo quiso dar la cara e intercambiar un diálogo con esos seguidores en esos tensos momentos. De esa iniciativa, con matriz loable, a lo que finalmente ha ocurrido, un lío tremendo, va un abismo que, seguramente, el joven jugador zaragozano estará lamentando a estas horas.

En el intercambio de palabras entre Pombo y esos hinchas zaragocistas, el jugador vino a sugerir cuestiones que aluden a los demás jugadores del equipo. En el fragor de la disquisición, el '8' blanquillo dice que "a alguno lo cogería de los huevos" y, al parecer, también que "hay algunos ahí dentro que no quieren". Todo esto, con el aderezo propio de la vida actual, en la que los teléfonos móviles sirven como mecanismos de difusión inmediata de cualquier incidencia a través de grabaciones de vídeo y sonido que, en un par de golpes de tecla, se difunden sin control por las redes sociales. Eso le sucedió a Pombo ya en la medianoche que unía el viernes y el sábado.

Y el mediapunta aragonés se convirtió paso a paso, minuto a minuto, hora a hora, en el protagonista involuntario y polémico de la madrugada. Varios vídeos, uno de toma más lejana, otro grabado a quemarropa, llevaron esas imágenes a todos los confines del zaragocismo. Y el lío fue ya imparable. 

Pombo cumplimentó en la mañana de este sábado el entrenamiento del equipo con cara amarga, con una seriedad nunca vista. El resto de compañeros no diferían mucho a la salida de la sesión de vídeo, sabedores del follón, añadido a la mala marcha deportiva del equipo, que este episodio de Pombo ha podido introducir en el grupo en lo sucesivo.

En el club, donde el caso ha caído a peso como algo realmente molesto y poco procedente por las repercusiones que pueda acarrear, el enfado es patente. Pero, de entrada, se aguarda el paso de las horas para evaluar lo acontecido y no hay una postura oficial que hacer pública.