Una semana de taller para Alcaraz ante la dura cita de Alcorcón

El equipo blanquillo trabajó este domingo bajo una intensa lluvia en la Ciudad Deportiva, con el resquemor que deja el 6º partido seguido en La Romareda sin victoria.

Algunos de los jugadores del Real Zaragoza, bajo la lluvia, en el entrenamiento del mediodía de este domingo tras jugar contra el Mallorca.
Algunos de los jugadores del Real Zaragoza, bajo la lluvia, en el entrenamiento del mediodía de este domingo tras jugar contra el Mallorca.
José Vidal

Llovía con intensidad, con un ambiente muy frío y un silencio profundo a eso de las 11.00 de este domingo en el campo 4 de la Ciudad Deportiva. La plantilla del Real Zaragoza comenzó a toda prisa el clásico entrenamiento de tonificación muscular pos partido, horas después de haber vuelto a patinar en La Romareda, esta vez ante el Mallorca, que se acabó llevando un empate, 2-2. Es la sexta ocasión consecutiva que el Zaragoza falla ante su afición en campo propio, pues solo cuenta con un triunfo, el 18 de agosto en el estreno de la liga ante el Rayo Majadahonda (2-1).

Por más que, a la conclusión del duelo ante los mallorquinistas, la sensación primera fuera satisfactoria pues habían logrado igualar en la parte final del partido un 0-2 adverso de inicio, el poso madre del empate no deja un sabor redondo y, aún más, denuncia cierta acritud por ver que, pese a los intentos de Lucas Alcaraz por remendar los rotos y problemas que tenía el equipo cuando lo heredó de Idiakez hace ya casi un mes, a este Zaragoza todavía no le da para sacar adelante las victorias en el estadio municipal zaragozano.

Llega una semana larga, pues el siguiente duelo será en la noche del domingo que viene, en Alcorcón, al sur de Madrid, ante un rival clásico ya de la Segunda División, siempre rocoso en su minúsculo estadio con hechuras de campo de barrio que, como ya hacía tiempo que no sucedía, esta temporada está ubicado en la parte alta de la clasificación y anda como un tiro. Alcaraz tiene ante sí prácticamente 7 días para seguir reparando un equipo defectuoso, que cuando no falla en la delantera lo hace en la defensa y, cuando no, en los dos sitios a la vez. Un grupo que no logra alcanzar una velocidad de crucero en sus prestaciones y mínimos de solvencia. La preocupación, pese al balsámico triunfo de Tarragona hace una semana, no ha bajado su alto grado. El pinchazo ante el Mallorca no ha ayudado a ello, por más que se busquen asideros positivos y optimistas con los que elevar la moral de la tropa. La procesión va por dentro.

"Sé que me puede costar arrancar", admitió Alcaraz recientemente en una entrevista concedida a HERALDO DE ARAGÓN. Su diagnóstico previo, ése que dijo tan sinceramente al coger las riendas del Real Zaragoza tras el despido de Idiakez, se está cumpliendo a rajatabla. Le está costando. De sus primeros 4 partidos al frente del banquillo, en 3 se ha ido a casa sin un triunfo. Eso se traduce en que el equipo no está siendo capaz de salir del fango de la parte baja de la tabla. Alcorcón llega en el horizonte inmediato como una prueba control de enorme madurez. Un testigo que dará una analítica interesante con la que deducir por dónde caminan los planes de Alcaraz y, por elevación, los del área deportiva, con Lalo Arantegui y José Mari Barba como mentores principales de todo lo que está aconteciendo alrededor del equipo.

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