Una luz de optimismo dentro del berenjenal: Alcaraz y su conocimiento del medio

"Yo he ascendido y he estado 5 o 6 jornadas sin ganar esa misma temporada. Y, al final, nos han sobrado 5 partidos para ascender con antelación"

Lucas Alcaraz, este mediodía a la salida de la sede del Real Zaragoza antes de su presentación en el estadio.
Una luz de optimismo dentro del berenjenal: Alcaraz y su conocimiento del medio
Guillermo Mestre

Cuando el fútbol aprieta la gente quiere soluciones. Rápidas a ser posible. Flotadores salvavidas que caigan del cielo. Hilos de luz que ayuden a encontrar la gatera de salida en la oscuridad que siempre provoca una mala y larga racha de resultados, o el despeñamiento en la clasificación, o los malos rollos que siempre derivan de un fracaso puntual, de los fiascos futbolísticos que, repetitivamente, salpican cada año a decenas de equipos en todas las categorías, cada uno en su nivel de exigencias. Eso es, justamente, lo que está aconteciendo a estas horas en Zaragoza.

Los ejecutivos responsables del fútbol en la SAD blanquilla acaban de decidir el relevo de entrenador como primera de esas soluciones. Adiós a Imanol Idiakez y bienvenida a Lucas Alcaraz. Nada nuevo en cuanto a la fórmula. Es todo un clásico. Se persigue un revulsivo, un estímulo repentino para una plantilla que se entiende confundida, desorientada, afligida, acongojada por ver que no son capaces de ganar un partido, ni por hache, ni por be. Se efectúa un gesto hacia el exterior para transmitir pulso firme, decisión, propósito de enmienda.

Y aquí, en Zaragoza, se va un entrenador inexperto y novato para dar paso a un veterano, el que más de los que están en activo. Y Alcaraz, con esa vitola y su discurso siempre sereno (nada dado a la galería, por otra parte), dejó en su presentación una de sus ideas terapéuticas para que todo el mundo la agarre como primer asidero moral antes del debut en Elche el domingo que viene. El técnico granadino aludió, como viejo zorro del ámbito profesional en el fútbol moderno español, a sus propias experiencias.

"La Segunda División es una categoría en la que casi todos los equipos pasan por rachas delicadas durante el año. Yo he ascendido y he estado 5 o 6 jornadas seguidas sin ganar en esa misma temporada. Y, al final, nos han sobrado 5 partidos para ascender con antelación", expuso con una clara intención. Es una manera de decir que, ahora mismo, en Zaragoza, todo se ve negro por pura lógica pero que, pese a la negativa dinámica que acumula el equipo zaragocista desde principios de septiembre, los síntomas no son de fracaso definitivo e irreparable. Viene a sugerir Alcaraz que todavía hay tiempo para todo, para rectificar, para venirse arriba, para dejar este feo episodio del inicio liguero en una anédota para la historia, sin más daños colaterales.

"Cuando llegan este tipo de rachas, la fortaleza mental de un equipo es muy importante. Los futbolistas, ellos mismos, saben lo que han hecho cuando antes han ganado. Es necesario recuperar eso, resetearse", aconsejó de igual modo desde sus propias vivencias en otros lugares en casos así. Ha instado Alcaraz, con su pedagógica manera de hablar, a que nadie se sienta inferior, fracasado o con ganas de bajar los brazos en este tempranero trecho de la liga porque el Real Zaragoza lleve 6 jornadas sin oler un triunfo. Que de este tipo de baches y declives puntuales nadie se va a escaquear de aquí a junio, ni siquiera los que mejor clasificados vayan cuando la liga avance un poco más. Es cuestión de salir cuanto antes de aquí y, por supuesto, no volver a reincidir. "Estoy seguro de que todos los equipos van a tener durante el año rachas como esta. No es nada anormal", repicó con su talante de experto en el medio ambiente de la Segunda División, ese inhóspito territorio que tantos disgustos provoca.

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