Gual, ahora el gol en La Romareda

El delantero badalonés, a la séptima intentona, rompió por fin en Albacete el último día su mal fario ante el gol. Ahora le falta redondearlo con su primer tanto en casa.

Gual celebra su primer gol como zaragocista, en el último partido en Albacete. En primer plano, Zapater, tras darle la asistencia, recoge el balón para sacar deprisa de centro.
Gual, ahora el gol en La Romareda
Josema Moreno

El gol de Marc Gual en Albacete fue, en el último partido del Real Zaragoza la pasada jornada, una de las cuestiones más positivas en una noche de claroscuros para los aragoneses. El delantero badalonés, a la séptima intentona en partido de liga, consiguió quitarse de encima el mal fario ante la portería contraria que lo persiguió desde su mismo debut como zaragocista, a mitad de agosto. Gual, que anotó el 2-1 en el inicio de la remontada parcial que logró el equipo de Idiakez hasta empatar tras un 2-0 adverso en el descanso, respiró hondo en el estadio Carlos Belmonte y salió, por fin, sonriente del vestuario tras una cita liguera, momentos que hasta ese día habían sido siempre de gestos torcidos, lamentos y preocupación creciente.

Gual ya mira hacia arriba y no ve un yunque de hierro fundido sobre su cabeza. Su mente está mucho más limpia, su ánimo parte ya sin esa cortapisa que lo atenazó durante muchos lances en partidos precedentes al de Albacete y le provocó reacciones de impotencia, de incredulidad al ver cómo la pelota no entraba nunca cuando él remataba, por sencillo que pareciese el gol de antemano. Con seguridad, el punta catalán afrontará este lunes ante el Osasuna un partido diferente en su cerebro, olisqueando que su racha negativa puede estar a punto de tornar en feliz. Son las cosas de los delanteros, que viven del acierto, de los números y, por ello, de las rachas o dinámicas en su tino ante los porteros rivales.

Ahora, para redondear este volteo de los hados de la fortuna, Marc Gual busca enlazar más goles ante el Osasuna. Porque, para concluir la disolución del hechizo que provocó durante mes y medio el debate sobre su facilidad (o no ) para anotar goles en las porterías contrarias, el jugador cedido por el Sevilla necesita estrenarse como goleador en casa, poder gritar un tanto con su público, en el santuario de La Romareda donde se espera una buena cosecha de ellos, por el bien del proyecto. Será uno de los alicientes anexos a un choque donde el Real Zaragoza necesita sumar los 3 puntos, cuatro partidos después de su último triunfo, aquel de Oviedo.

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