El Real Zaragoza iniciará su duelo con el Osasuna en el 12º puesto

El Real Zaragoza, como consecuencia de cerrar la 8ª jornada en la noche del lunes ante el Osasuna a las 21.00, jugará con todas las referencias prácticamente exactas (solo quedan por definirse las del Rayo Majadahonda y el Sporting de Gijón, que también se miden este lunes en Madrid a las 20.00). Los de Idiakez ya saben cuáles son sus metas puntuales en este partido ante los navarros y el punto desde el que parten en realidad para acometer la conquista de estos 3 puntos de gran importancia en el estadio zaragozano.

El equipo aragonés, con sus 9 puntos como bagaje provisional, ha perdido durante el transcurso de la jornada dos posiciones. Venía de ser 10º tras la pasada fecha, donde empató 2-2 en Albacete, y ahora ha caído a la 12ª plaza, rebasado por el Oviedo y el Numancia, ganadores de sus duelos respectivos ante el Albacete y el Extremadura (ambos por 1-0). Desde ahí mide sus nuevas distancias, a expensas de sumar los 3 puntos frente al Osasuna.

Hacia arriba, hacia su sentido lógico, natural y positivo, el que dicta su papel de favorito para pelear por el ascenso durante todo el año, la zona de promoción queda a 5 puntos: la marca, en la 6ª plaza, el Mallorca, con 14 puntos, tras golear por 4-1 al Tenerife. Bastante más lejos dista ya la locomotora que permite subir directamente a Primera, que abarca los dos primeros lugares del escalafón. El Granada, 2º clasificado, tiene 17 puntos, 8 más que el Zaragoza tras ganar 1-2 en Reus. Y el líder, el Málaga, tras igualar 1-1 en La Coruña, tiene 19, justo 10 más que los zaragocistas.

Es decir, el Real Zaragoza necesita adicionar la cosecha de la victoria ante el Osasuna para quedarse a 3 puntos de la promoción y a 5 del ascenso directo. Se trata de vencer para mantenerse a una distancia de los objetivos que aún no suene a exagerada, para que no se abra una brecha enorme a estas prematuras alturas del torneo. Con un triunfo ante los osasunistas, el equipo de Idiakez acabaría la jornada en el puesto 8º, igualado con el Oviedo, o quizá 9º, si el Sporting de Gijón gana también el lunes en su visita al Majadahonda. Esa es la aspiración máxima por ahora.

Si la mirada es al retrovisor, en previsión de que pudiera suceder otro tropiezo, lo cierto es que el reparto de puntos por la zona baja ha ido amontonando equipos al rebufo del grupo en el que viaja el Real Zaragoza. El montacargas que baja a Segunda B en junio con los 4 equipos más torpes queda a un partido de distancia, también a expensas de que el Majadahonda aclare del todo la foto fija por abajo. Si los madrileños caen ante el Sporting en el Metropolitano, se quedarán con 6 puntos marcando la línea de la catástrofe, con 3 menos de los que tiene el Zaragoza antes de recibir al Osasuna. Si los majariegos puntuan, bien con un empate o ganando a los de Gijón y, por ello, alcanzan los 7 o los 9 puntos, sería el Tenerife el que marcaría con esos 7 el nuevo ras del descenso. Un punto más cerca de los de delante, Zaragoza incluido.

Así viene la mano en tiempos de las fiestas del Pilar, en los albores de octubre. El choque contra el Osasuna, por estos precedentes, adquiere el valor de un partido bisagra de alto rango. Después de 3 semanas de frenazo en seco en la suma de puntos (en los enfrentamientos ante Almería, Lugo y Albacete, con un parcial de uno de 9), estos 3 que se dirimirán ante el Osasuna son puntos que, de lograrse, relanzarán al Real Zaragoza hacia su pugna por la zona noble o, en sentido contrario, lo meterían en el barrizal de la parte baja por pura inanición durante un largo mes. Éste ya no es un partido cualquiera. La liga empieza a tomar forma, rostro, tendencias.