Solo 7 equipos han recibido más goles que el Real Zaragoza en el inicio liguero

Con 8 tantos encajados, el sistema defensivo de Idiakez anda lejos de las prestaciones necesarias para cuajar un buen año.

Momento del segundo gol del Albacete al Real Zaragoza, el pasado viernes en el 2-2 del Carlos Belmonte.
Momento del segundo gol del Albacete al Real Zaragoza, el pasado viernes en el 2-2 del Carlos Belmonte.
Josema Moreno

El Real Zaragoza ha recibido 8 goles en 7 jornadas de liga (uno más si se añade la eliminatoria de Copa ya disputada). No es una buena media para un equipo que aspira a estar en lo alto de la clasificación.

Solo hay 7 equipos de la categoría que han visto batida su portería más veces que los aragoneses. Son el colista, el Córdoba, con la barbaridad de 18 dianas recibidas. El penúltimo en la tabla, el Gimnástic de Tarragona, con 12. Los mismos 12 que ha sufrido otro del paquete del descenso, el Extremadura. También otro que está asomado al abismo, el Majadahonda, acumula 11 dianas en sus redes, la misma cifra que ha padecido la portería del Oviedo, que va de la mano del Zaragoza a mitad de la clasificación. Con 10 agujeros en su portería anda el Numancia, metido en la 16ª posición, ahí abajo. Y, por último, con 9 goles en el baúl, uno más que los zaragocistas, asoma el Lugo (que curiosamente se fue imbatido de La Romareda hace nada).

El resto, hasta 12 escuadras, tienen mejores cifras defensivas (o la mismas, en el caso del Elche) que el actual Real Zaragoza.

Muy lejos está el récord zaragozano de los mejores: el del líder Málaga, que solo ha sufrido 2 tantos en su meta, los mismos 2 que el rocoso Alcorcón, sorprendentemente aferrado a los primeros lugares de la división (es 4º ahora mismo). Una cantidad que, por fuerza, lleva a estos dos bloques a lo más alto del baremo de la Segunda División. Son una fortaleza por ahora en delante de sus porteros.

Con únicamente 4 tantos encajados se hallan Las Palmas (empatado en puntos en la 2ª plaza) y el Sporting de Gijón, que tiene 2 puntos más que los blanquillos.

Les siguen en rentabilidad las retaguardias que han sido superadas en 6 ocasiones con gol: el Granada (2º clasificado por 'golaverage'), el Deportivo de La Coruña (5º, en zona de promoción), el Mallorca y el Osasuna.

Y también, con un promedio inferior a un gol recibido por partido, se encuentra el Cádiz, con 7 dianas en la meta de Cifuentes.

Los 9 equipos que están por delante en la clasificación del Real Zaragoza han encajado menos goles. Son mejores en el primer mes y medio de competición en ese parámetro tan decisivo en una liga de fútbol.

El Real Zaragoza acumula 3 partidos seguidos comiéndose 2 tantos en cada uno de ellos: Almería, Lugo y Albacete. Y así, obviamente, es complicado ganar en un torneo tan ajustado como el de la Segunda española. También tuvo que digerir goles en contra en la victoria ante el Majadahonda (uno, que resultó inerte) y en el empate contra Las Palmas (uno, que hizo volar 2 puntos de oro de La Romareda). En la Copa, el Deportivo también manchó la portería zaragocista con un gol que, como el del Majadahonda, solo abolló algo en tanteador final pero no significó perjuicio a la hora de la verdad.

Total, que solo en 2 tardes el mecanismo defensivo del Real Zaragoza ha salido indemne: en el insuficiente 0-0 de Reus, ante un rival capitidisminuido sin 7 de sus presumibles titulares porque la LFP no permitió su inscripción por motivos normativos, aún en agosto; y en el triunfo por 0-4 en Oviedo, en el día brillante del cuadro zaragocista al que, singularmente, Idiakez culpa de los males posteriores pues considera que "nos hizo mucho daño" esa imagen tan sobresaliente con un éxito incuestionable como fue aquella goleada en el Tartiere.

Los números, ciencia exacta, no mienten. En este caso, denuncian problemas. Y no someros. La defensa zaragocista no está dando la talla. A veces sufre por los laterales pero, sobre todo, tiene un problema de inconsistencia en los carriles centrales. Ahí, la solvencia de los zagueros de cierre no alcanza los mínimos exigibles globalmente. Cuando no es uno el que está desacertado, es otro el que tiene mal día. Cuando no, son los dos de turno los que dan que hablar en negativo. El problema puntual no solo les afecta a ellos directamente. También los apoyos de la línea medular, sus inmediatos antecesores en la muralla defensiva ante los ataques rivales, favorece demasiadas veces la consecución de los goles del adversario de turno.

No es cuestión, seguramente, de citar nombres propios (algo que, implícitamente, sale solo). Es, mucho más, cuestión de sistema, de mecanismo futbolístico, de carácter y perfil de los jugadores elegidos por la dirección deportiva para desempeñar esas tareas en la amplia plantilla de este año en el vestuario del Real Zaragoza.

Si Idiakez no logra suturar la sangría de goles encajados, para lo cual es necesario, primero, disminuir el número de ocasiones de peligro que cada partido revolotea la portería blanquilla, es natural considerar que el éxito al final de la temporada es una quimera. El Real Zaragoza está recibiendo, hasta hoy, goles en demasía. De los varios problemas que manifiesta el juego del equipo, el de la cremallera en defensa es, seguramente, el más nocivo. Lo dicen los números, lo delatan los marcadores, lo evidencia el juego últimamente y lo sufre todo el Real Zaragoza.

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