La hora del cambio

El Real Zaragoza busca una reacción a su reciente mala dinámica con una victoria contra el Albacete Balompié.

Imanol Idiakez y su ayudante, Mario Gibanel, no pierden detalle del entrenamiento de ayer.
Imanol Idiakez y su ayudante, Mario Gibanel, no pierden detalle del entrenamiento de ayer.
Guillermo Mestre

Nunca el Zaragoza de la pasada temporada, el equipo moldeado por Natxo González, enlazó tres derrotas consecutivas en algún punto del calendario. A lo sumo, sufrió dos seguidas, nada más empezar el campeonato, casi tal como ahora le ha sucedido a la versión de Imanol Idiakez, cuando se mordió el polvo en La Romareda contra el Alcorcón y en la visita a Lugo. Ya no sucedió más. Es un buen punto de partida, antes de que el Zaragoza se enfrente esta noche (21.00/Gol TV) al peligroso Albacete, para contextualizar la dinámica en la que ha entrado el conjunto aragonés tras empalmar sendas derrotas frente a Almería y Lugo.

Pero, más allá de la pérdida de puntos, el Zaragoza exhibió una problemática mayor: fue irreconocible. No se le apreció un trazo colectivo, una identidad o una claridad en su juego posicional, especialmente, a la hora de atacar. Estos rasgos sí se le observaron durante la pretemporada o en los primeros partidos, pero, sin verdaderas razones de fondo, su técnico, Imanol Idiakez, emprendió un nuevo camino táctico que el equipo no ha sido capaz de asimilar. Todo ello busca en Albacete una salida natural. El Zaragoza necesita ganar, pero sobre todo volver a ser el Zaragoza.

Queda aún en el aire si Imanol Idiakez optará por reformas profundas en la estructura del equipo. Durante la semana, una semana, la primera del curso realmente espesa, de complicada digestión, se han sucedido los debates internos, la búsqueda de soluciones y la reflexión en el cuerpo técnico. La súbita caída del equipo ha sorprendido por su fondo y por sus formas. Idiakez ha meditado cambios.

En este sentido, se abre como posibilidad la vuelta al rombo más definido en el centro del campo, a ese 4-4-2 que dio personalidad al Zaragoza de la pasada temporada y que inauguró este curso, en una clara vocación de continuismo de un sistema y un modelo que no solo ha funcionado, sino que la plantilla ha demostrado adaptarse con naturalidad dada su composición y piezas. Idiakez ha sacado en las últimas semanas al equipo de ese carril y eso le ha puesto en el centro de los debates, en una encrucijada que deberá empezar a desmadejar desde esta noche en el Carlos Belmonte.

La lógica de Segunda División, su propio ordenamiento durante las últimas campañas, dice que todavía es pronto para sacar cualquier conclusión acerca de las dinámicas de un equipo. Es tan igualada, impredecible y democrática que no hay que medirla por semanas sino por meses.

El Zaragoza es vivo exponente de esto, tal y como demostró la pasada campaña, en la que multitud de juicios sobre su marcha inicial se manifestaron prematuros. Por eso, en el Zaragoza reina la tranquilidad: las distancias con los rivales, por mucho que parezca, aún no se han abierto con carácter decisivo.

El Albacete, de momento, aparece como uno de esos equipo que puede estar arriba, en la misma batalla. Está invicto tras seis jornadas, lo que introduce la complejidad del partido que se le viene al Zaragoza. Suma 12 puntos, cuatro más que los aragoneses, y es tercero.

Una derrota hoy ya tendría ciertas consecuencias en las matemáticas. Imanol Idiakez intentará combatir eso con un once en el que apunta a estar Giorgi Papunashvili. Su entrada elevaría a Pombo a la delantera, al hábitat del segundo punta, la posición en la que realmente es un futbolista determinante, afilado, diferencia: las zonas próximas al área son las que iluminan su instinto.

Por lo tanto, o Álvaro Vázquez, con gol pero con menos sentido colectivo, o Marc Gual, sin acierto pero con mejores recursos a la hora de jugar, caerían al banquillo. La gran noticia en el Zaragoza es el regreso de Eguaras a la convocatoria, con opciones ya de sumar minutos: si está para jugar 50 no debería extraña que, incluso, pueda alzarse a la titularidad. El funcionamiento del equipo, desde luego, lo necesita como faro y guía cuanto antes.

De la citación, por problemas físicos de última hora, se caen Buff y Aguirre, además de los lesionados James, Guti y Toquero. Raí y Álex Muñoz son los descartes iniciales, aunque Idiakez aún deberá dejar fuera hoy a otro futbolista. Jeison Medina y Pep Biel parecen jugarse una de esas plazas.

El Albacete, por su parte, tiene la baja del extremo Susaeta por lesión y la duda de su portero, Tomeu Nadal, convaleciente ayer de una gastroenteritis. Es un equipo animoso, bien representado por el vibrante juego de Aleix Febas y con una buena nómina de delanteros: Zozulya, Acuña, Ortuño, Manaj o Bela. Ramis, de momento, está exprimiendo al máximo a este grupo de futbolistas. El Zaragoza no debe descuidarse en un partido en el que se exige un cambio.

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