La hierba de La Romareda tiene 11 años de vida, casi el triple de lo recomendable

El último cambio de césped data de octubre de 2007, tras quedar arrasado en un concierto de Héroes del Silencio en Pilares. Aquel había sido instalado a su vez en 2003.

Encabezamiento de la página de HERALDO DE ARAGÓN del 18 de octubre de 2007, donde se informó del anterior cambio integral del césped de La Romareda.
Encabezamiento de la página de HERALDO DE ARAGÓN del 18 de octubre de 2007, donde se informó del anterior cambio integral del césped de La Romareda.
Heraldo Documentación

Por fin, tras varias temporadas de evidente deterioro progresivo y de que los jardineros hayan tenido que hacer dibujos, álgebra y requiebros imposibles para mantener con vida la hierba de La Romareda con unos mínimos aceptables para jugar a fútbol en categoría profesional, el césped del estadio municipal va a ser sustituido íntegramente dentro de una semana. Lo hará prácticamente 11 años después de que fuese instalado sobre el terreno de juego. Un periodo de tiempo que triplica lo habitual y recomendable por los especialistas desde que el material vegetal sobre el que se disputan los partidos de élite es de tepes (rollos de hierba precultivados y de enraizamiento rápido) y no de siembra discrecional, como antaño.

La página de HERALDO DE ARAGÓN que acompaña esta información da fe del último cambio de tapete que tuvo lugar en La Romareda: justo después de las fiestas del Pilar de 2007, el 17 de octubre, se procedió por aquel Zaragoza neoagapitista a restaurar la hierba, que había quedado "arrasada" en un concierto pilarista que ofrecieron los Héroes del Silencio en el coliseo futbolístico de la ciudad. Entonces, aquel césped que quedó tan maltrecho y necesitó un relevo obligatorio, tenía 4 años de vigencia, pues la anterior obra similar databa de septiembre de 2003, cuando en la época de Soláns, con el Real Zaragoza recién ascendido a Primera de la mano de Paco Flores, empezaba a jugar en la máxima categoría y, en un verano de enorme calor, el 'efecto lupa' en varios riegos quemó irreversiblemente muchas zonas de la superficie del campo.

Esa cadencia de sustitución de tepes, cada 3 o 4 años, es considerada normal y es la que se sugiere a los clubes para evitar problemas. Como resulta obvio, que el césped de La Romareda haya alcanzado los 11 años de vida rezuma problemas serios de índole económica que, en esta última década, han llevado a la SAD a una situación límite como entidad en la que la actual propiedad, con los patronos de la Fundación Zaragoza 2032 al frente, prosiguen su ardua labor de reflotamiento desde la ruina más absoluta en todos los ámbitos del club. Lo del césped es otro apéndice de las consecuencias nefastas de la anterior gestión de la sociedad: durante muchos años, no ha habido liquidez ni para reparar el césped, cuestión mayor en cualquier temporada de cualquier club del nivel del Real Zaragoza.

Ahora, por fin, ha llegado el momento. Forzosamente, porque la hierba ya no da más de sí. De hecho, resulta milagroso que haya servido para su cometido hasta alcanzar los 11 años. Ahí, merecen un reconocimiento especial, entre otros, los jardineros Paco Corrales y José Luis Calvo, auténticos druidas en los días de mayor peligro de haberse quedado sin césped en el terreno de juego, que han sido muchos desde 2011 o 2012.

Esta simple mirada retrospectiva con el asunto de la hierba del campo como excusa vuelve a poner en coordenadas el abismo por el que ha venido caminando el Real Zaragoza desde que el agapitismo lo agarró, lo estrujó y casi lo ahogó letalmente. Es una barbaridad que, en septiembre de 2018, vaya a llevarse a efecto el segundo cambio de tepes en La Romareda desde 2003, o sea, en 15 años. Una auténtica barbaridad. Basta pensar en que, en las madres de las briznas que componen hoy el manto vegetal del estadio, pisaron las botas de los Milito, Ayala, D'Alessandro, Oliveira... La hierba es la misma.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión