"Fortaleza" en la adversidad

El ejemplo del trabajo de Verdasca ante las pasadas lesiones de sus compañeros y la situación de Gual con un estreno que se le resiste, dos apartados clave y positivos en el alegato de Idiakez.

Imanol Idiakez supervisa en segundo plano el trabajo de sus jugadores.
Imanol Idiakez supervisa en segundo plano el trabajo de sus jugadores.
Toni Galán

El Real Zaragoza convirtió el grave problema de las lesiones que atizaron a sus futbolistas desde el comienzo de la pretemporada en una “fortaleza”. Así lo cree su entrenador, Imanol Idiakez, que se vio obligado a buscar soluciones en sus alineaciones debido a las grandes ausencias que mermaron el día a día del equipo. No obstante, la mayoría de esas bajas ya se van recuperando y poniéndose a tono, así como a disposición del míster. Solo faltan Eguaras, que ultima su recuperación, Raúl Guti, al que le resta mes y medio para empezar a entrenar, y Gaizka Toquero, sin fecha todavía de regreso aunque no se espera que se demore en demasía.

El claro ejemplo de la reflexión del vasco es el caso de Diogo Verdasca. El portugués, que el sábado pasado recuperó su posición natural, ha sido hasta entonces el sustituto de Iñigo Eguaras en el pivote. “Diogo nos  ha hecho un favor a todos porque su trabajo ha sido tremendo”, ha recalcado Idiakez. El defensa portugués, quien marcó su primer gol con la camiseta zaragocista en Oviedo y completó un partido más que notable desde la retaguardia, jugó los tres primeros partidos de liga y la mayoría de encuentros preparatorios antes del inicio de competición oficial por delante de la defensa. No es preciso esconder que cometió errores groseros de carácter individual, y que quizás la salida de balón no fluyó bien por sus botas, pero ha ido de menos a más y su dedicación es irreprochable. La vuelta de Zapater le ha devuelto a su demarcación.

En general, para el entrenador blanquillo, su “mayor alegría ha sido la actitud del equipo desde el principio”. Confianza ciega en sus jugadores. Los sistemas de juego, a los que Idiakez ha dotado de riqueza y dinamismo durante el desarrollo de los partidos, se difuminan en virtud del despliegue de sus futbolistas: “Yo solo creo en ellos. Interpretan muy bien los espacios, están sacando ventaja de las posiciones y saben leer cada circunstancia que se da durante los partidos”. En esta afirmación encaja a la perfección la situación de Marc Gual. Al delantero belutense le está faltando el gol. Única y exclusivamente, el abrir su cuenta tanteadora.

Un jugador que genera espacios a sus compañeros, que lidera una presión al rival con mucho sentido y de manera eficaz, que combina de maravilla con sus socios de ataque y del centro del campo, que no rehúye las labores defensivas y que lo intenta, a pesar de que la suerte no parece estar de su lado de cara a puerta. “Está haciendo un gran trabajo y su situación no me preocupa porque está teniendo oportunidades de hacer gol. Sé que le van a entrar”, ha confiado Idiakez.

Al fin y al cabo, diferentes situaciones que refuerzan la unión y la credulidad del grupo pieza por pieza. Más aún, en ciertas tesituras individuales, que por unas cosas o por otras, han ido adquiriendo protagonismo en las últimas semanas. El mensaje es claro: fe, positividad y abrigo para los jugadores. Idiakez ejerce de padre, y su papel es más que convincente. Además, este guión se traslada al vestuario, del que solo emanan palabras de apoyo a sus figurantes.

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