Con la pólvora mojada

Al Real Zaragoza le está costando concretar sus oportunidades en este arranque liguero. En Reus disfrutó de menos ocasiones, las más claras las tuvo Álvaro Vázquez.

Marc Gual trata de marcharse de Gus Ledes ante la mirada de Buff.
Marc Gual trata de marcharse de Gus Ledes ante la mirada de Buff.
Tjerk Van Der Meulen

Se hizo larga la tarde de este sábado para la delantera del Real Zaragoza. 93 minutos que, aunque se hubieran duplicado, no habrían supuesto un cambio diferencial en el marcador del Camp Nou de Reus. 10 tiros, 4 de ellos a puerta, de los que Edgar Badía solo tuvo complicaciones en un remate de cabeza picado de Grippo a la salida de un córner botado por Oliver Buff.

La línea de arriba tuvo problemas. Jorge Pombo, que fue uno de los mejores, muy enérgico y desequilibrante dentro del área, no disparó ni una vez. Marc Gual, al que le está costando rematar la faena, este sábado más desdibujado, tan solo lo hizo en una ocasión... Y cuando salió Álvaro Vázquez en el minuto 78 en sustitución de Pombo, la situación no mejoró. El de Badalona sí tuvo un par de ocasiones ventajosas de hacer gol, pero las desaprovechó en la ejecución. En primer lugar, el canterano Alberto Soro, que volvió a sacarle brillo a sus minutos, le puso un balón en la cabeza desde el costado zurdo que Álvaro remató fuera. A continuación, en la última del partido, la que tenía que ser pero no fue, finalizó raso y suave a las manos del portero una gran asistencia de Papu que superó a la defensa por arriba con un ligero toque de calidad.

La aportación ofensiva, aunque suene raro en un principio, fue más defensiva que otra cosa. El técnico vasco ideó un plan para desarmar al Reus en la salida de balón que salió bien. Una línea de tres arriba acechando la pelota: con Buff en el medio saltando a los centrales, y tanto Gual como Pombo tirados a la banda para atacar la zona lateral en cuanto el balón pasase por allí.

De este modo, los dos puntas del conjunto aragonés recuperaron balones importantes, que desencadenaron acciones de peligro sobre el área local. El Reus, que sufrió mucho en este sentido, se fue dando cuenta de la situación y cedió el balón al Zaragoza, que dominó la posesión y el partido, sin éxito ni mordiente en los metros finales.

Falta rodaje, engrasar, coordinar y trabajar la compenetración. Los ingredientes están, parecen fiables, pero la receta final todavía sale desaborida. Falta tiempo de cocción. Porque Marc Gual llegó tarde y se le nota y Álvaro Vázquez apenas ha podido poner los pies en Zaragoza porque nada más llegar se subió al autobús en dirección a Reus.

Esta situación condiciona en buena medida la alegría del gol. En la primera jornada liguera también se pudo apreciar esta debilidad, en principio, momentánea. Dos goles en 15 remates. Uno de ellos, todo sea dicho, de Jorge Pombo. Pero en definitiva, muy poca efectividad. Sobre todo, el fallo de ocasiones manifiestas derivaron en un sufrimiento final. No se mató el partido, y el disgusto contra el Rayo Majadahonda estuvo más cerca que lejos.

Esto es Segunda División. Hay que marcar las que tienes. Suelen ser pocas las oportunidades...

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