El Real Zaragoza cae goleado por 5-2 ante el Leganés en Calatayud

Los madrileños, rival de Primera, dejan en evidencia que el equipo de Idiakez está inmaduro e incompleto a 15 días para el inicio de la liga. Soro y Clemente, los goleadores.

Pombo conduce el balón durante el encuentro.
Pombo conduce el balón durante el encuentro.
Daniel Marzo

Baño de realidad el que recibió este sábado el Real Zaragoza en Calatayud ante el CD Leganés, rival de Primera División. Cayeron derrotados los de Idiakez por 5-2, marcador que refleja a ciencia cierta la enorme diferencia de juego y efectividad que mostraron ambos equipos sobre el césped bilbilitano. Fue un nuevo ensayo de los aragoneses, pero esta vez su potencial actual quedó medido por un fedatario estricto, un buen Leganés que sirvió de aviso contundente para Lalo Arantegui, el director deportivo, de cara a redondear el cierre de la plantilla con piezas clave que aún faltan por venir.

Nada que ver lo ocurrido en la primera parte ante el cuadro madrileño con lo visto tres días atrás en Tafalla ante la Real Sociedad. El cuadro zaragocista estuvo este sábado desdibujado, fuera de sintonía con lo que le pedía el juego del Leganés, de mucha presión y gran rapidez en la salida por las bandas. Y, por si fuera poco esa sensación de cierta dejadez en las marcas y en el manejo de la pelota, los zaragocistas también fallaron a balón parado en la defensa de los córners. Así, bajo ese manto de apatía y lentitud, el Zaragoza se vio 2-0 abajo en apenas 22 minutos. Un mazazo para desarrollar los planes previstos por Idiakez en este nuevo ensayo de nivel ante un equipo de la máxima categoría.

Fue engañoso el hecho de que las dos primeras llegadas a un área con peligro las protagonizara el equipo aragonés. Pombo, ubicado como cabeza de rombo novedosamente por detrás de Soro y Medina (los puntas), quebró a su marcador al borde del área y, en el minuto 12, disparó fuera por poco. Y en el 14, Medina no llegó por centímetros a rematar en el área un centro raso de Delmás que punteó Bustinza. Estos dos ataque acabaron siendo un engaño anecdótico. En el 16, Avilés no alcanzó a empujar a gol un pase de Ojeda al área pequeña porque se le adelantó Cristián Álvarez in extremis, en lo que fue el aviso de lo que venía.

En el 17, el central argentino Ezequiel cabeceó en todo lo alto un saque de esquina favorable al Leganés y marcó un buen gol de estrategia ante la pasividad general de la zaga zaragocista. En el 20, se repitió a pies juntillas la acción. Otro córner, otro remate de Ezequiel con la testa y, por fortuna, esta vez el balón salió fuera lamiendo el poste izquierdo, con el portero del Zaragoza superado. Del susto se pasó al disgusto enseguida. En el 22, Avilés se fue en velocidad en diagonal por el flanco donde debían pararlo Delmás y Grippo y asistió a placer a Ojeda para que empujara con clase el balón de nuevo a la red. Era el 2-0 y el Zaragoza notó anímicamente ese mazazo.

Apenas pudo ligar una jugada, con Verdasca, un día más probando como distribuidor de juego con éxito nulo. Además, esta vez, ni Javi Ros ni Nieto, sus interiores, le dieron ayudas en una tarde obturada. Los balones largos a Medina y Soro eran material perdido. Solo Pombo, por el centro, era capaz de encarar alguna vez y abrir espacios, pero sin poder dar continuidad jamás a sus iniciativas por ausencia de apoyos. Atrás, Aguirre, en su rol de lateral, sufrió permanentemente a sus espaldas con las acometidas de Ojeda. Y por el otro lado, el chico del filial leganense Avilés fue un obús cada vez que encaró a Grippo y Delmás, como en el minuto 37, cuando estuvo en un tris de hacer el tercer tanto madrileño de no ser porque Cristian Álvarez salió a taparle en el mano a mano con acierto. Justo antes, Rolán había lanzado un golpe franco directo desde el pico del área que el guardameta argentino del Zaragoza rechazó a dos puños junto al palo cuando la pelota iba dentro.

En la recta final del mal primer tiempo de los de Idiakez emergió el que ya es la revelación de la pretemporada: Alberto Soro. El taustano-ejeano (al 50 por ciento) recibió un balón entre líneas, se fue hacia el área con dos quiebros, evitó una falta clara de Tarín y disparó con dureza para que la pelota, tras rozar en un defensor del Leganés, se fuera dentro cerca del poste izquierdo de un inédito Serantes (el portero pepinero no tuvo que hacer una sola parada en 45 minutos). Soro fue la luz de un equipo en tinieblas. Tanto que casi fue el arquitecto del 2-2, en el minuto 43, asistiendo a Pombo tras un control mágico en una jugada que concluyó con un disparo de éste fuera, rozando la escuadra. Apenas estas dos individualidades salvaron al Zaragoza de un suspenso colectivo. Ellos estuvieron por encima de los demás claramente.

En el descanso, Imanol Idiakez ensayó un sistema nuevo atrás: defensa con tres centrales (Grippo, Verdasca y Perone, que sustituyó a Álex Muñoz) dando salida arriba con libertad a los laterales. Igbekeme relevó a Ros para montar un doble pivote con Nieto en la medular. Como ocurrió en el arranque del partido, la ocasión inicial de Pombo, a los 45 segundos, con un disparo en el área que salvó Serantes en una gran parada, resultó un espejismo. A continuación, en un error morrocotudo de Verdasca en la salida del balón, le regaló letalmente un control a Gabriel que encaró la portería y cedió a Ojeda para que marcase a placer el 3-1 ante el estupor general.

El portugués, alterado por su pifia descomunal, aderezó su rato de histeria con una entrada peligrosa sobre Vesga en el centro del campo que el árbitro saldó con tarjeta amarilla pero que, en partido oficial, seguramente será roja siempre. Episodios, todos ellos, ya conocidos en los días malos del luso, que fue sustituido de inmediato por Idiakez para evitar males mayores en todos los sentidos (entró Torras y el experimento de los tres centrales solo duró un cuarto de hora, pasando a jugar de nuevo con el 4-4-2.

El Leganés, como en la totalidad del duelo, fue el dueño y señor del timón del juego. Jugó con criterio, manejó la pelota con mucha más idea que los zaragocistas. Y con la llegada de los cambios, esa sensación aún aumentó más. En comparativa, este Leganés pareció mucho más equipo que la Real Sociedad tres días atrás. Con esas coordenadas, de inmediato sucedió lo esperado: el 4-1. Lo firmó el ariete de refresco, Carrillo, tras una imprecisión de Aguirre, que abrió un agujero mortal en el área.

Hubo una ligera reacción zaragocista de entre la nada, con un cabezazo de Baselga al larguero a centro de Benito en el 73 y con el 4-2, logrado por Clemente al rechace de un córner, con un zurdazo seco en el área madrileña en el 78. Parecía que eso edulcoraba un poco la goleada cuando, en otro error de intensidad atrás, de nuevo el tanque Carrillo cabeceó solo en el segundo palo el 5-2. El roto era ya serio.

Y así, entre una sensación de realismo, con la certeza de que el Leganés había puesto al Real Zaragoza en aviso de su verdadera posición en el universo a 4 de agosto, a solo 15 días de que empiece el fútbol de verdad, se llegó a la conclusión de este amistoso rotundo. El contrapunto a la cierta euforia que provocó el triunfo por 2-1 ante la Real Sociedad en Tafalla lo puso el cuadro leganense en Calatayud. Una bajada a tierra en toda la regla. Es evidente que el equipo de Idakez está inmaduro, incompleto y con las abolladuras propias de las bajas de alto rango que arrastra desde el primer día de verano. Nótese los nombres destacados en goles y demás acciones de mérito: Soro, Clemente, Baselga… Esto no era lo previsto en el proyecto para estas fechas.

Ficha Técnica

CD Leganés: Serantes (Tejero, 80); Tarín (Juanfran, 70) ,Bustinza, Ezequiel (Siovas, 46), J.Silva (William, 80); Gabriel (Rubén Pérez, 57), Vesga (Gumbau, 70); Rolán (Facundo, 70), Kleandro (Carrillo, 57), Ojeda (El Zhar, 70); y Avilés (Raúl García, 70).

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Delmás (David Vicente, 70), Grippo (Benito, 70), Álex Muñoz (Perone, 46), Aguirre (Clemente, 70); Verdasca (Torras, 60), Javi Ros (Igbekeme, 46), Nieto, Pombo (Baselga, 70); Soro (Raí Nascimento, 70) y Medina (Pep Biel, 46).

Árbitro: Aranda Anquela (Comité Aragonés). Amonestó a Kleandro (16), Medina (29), Verdasca (55) y Delmás (62).

Goles: 1-0, min. 17: Ezequiel. 2-0, min. 22: Ojeda. 2-1, min. 40: Soro. 3-1, min. 51: Ojeda. 4-1, min. 68: Carrillo. 4-2, min. 78: Clemente. 5-2, min. 80: Carrillo.

Incidencias: Tarde extremadamente calurosa en Calatayud, con 37 grados. El césped del campo de San Íñigo presentó un aspecto excelente. Asistieron al partido alrededor de 1.000 espectadores. El Real Zaragoza vistió de rojo y azul, mientras que el Leganés lució su primer uniforme, blanquiazul la camiseta y blancos el pantalón y las medias.

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