Bautismo zaragocista con el VAR

El sistema de videoarbitraje se estrenó en el amistoso de Tudela con una sola consulta, en la última jugada del partido. El Real Zaragoza servirá como banco de pruebas a los árbitros de Primera durante toda la pretemporada.

El árbitro, Del Cerro Grande, observa la pantalla de campo, en la banda, una hora antes del choque.
El árbitro, Del Cerro Grande, observa la pantalla de campo, en la banda, una hora antes del choque.
Daniel Marzo

El partido amistoso de este sábado en Tudela queda ya para la historia del Real Zaragoza en sus 85 años largos de vida. La tarde veraniega de julio, este duelo de preparación ante el CD Tudelano de Segunda B, fue el primero en el que el VAR, el sistema de videoarbitraje que va a instaurarse en el fútbol español a partir de la próxima liga (solo en Primera División por el momento), se aplicó con el equipo zaragocista como uno de los protagonistas en juego.

La Liga de Fútbol Profesional, motor de la iniciativa, va a utilizar decenas de partidos de la pretemporada de diversos equipos de Primera y Segunda para que los árbitros practiquen el uso y los mecanismos de tan sofisticado método de revisión de las jugadas. El Mundial de Rusia ha servido de ejemplo, de escaparate global para todos: jueces, jugadores, espectadores... Y ahora toca aplicarlo ‘in situ’ este sábado, en Tudela, el Real Zaragoza, pese a que este año no lo vivirá todavía en su competición de plata, ya se familiarizó con el fútbol que viene, el cibernético, el que afina mucho más con la justicia de las decisiones, el que acaba con el engaño de los futbolistas antideportivos.

Dos horas antes, en el vetusto y entrañable estadio Ciudad de Tudela (el viejo Elola Olaso), el eje de atención de unos y otros era el VAR. Los técnicos de Aragón Televisión, que aportaba la señal de las imágenes desde su transmisión en directo del partido, se coordinaban con los de la LFP para que el material y los contenidos visuales fuesen los necesarios.

En la banda del campo, entre los banquillos y la salida de vestuarios, se colocó la pantalla guía del árbitro principal, a la que acudir a ver la repetición múltiple de cualquier jugada polémica, de producirse durante el juego. Una pantalla subdividida en cuatro cuartos, en cuatro cuadrantres con cuatro tiros de cámara diferentes.

Fuera del estadio, junto a los camiones de producción de la cadena televisiva, había una furgoneta nueva que será común en poco tiempo en los aledaños de todos los campos de la máxima categoría (la previsión es que el VAR llegue a Segunda a partir de la temporada siguiente, la 2019-20). Un vehículo blanco. Sin cartelería. Un furgón carrozado, de momento con matrícula francesa, en cuyo interior estaba montado el dispositivo nuclear del VAR. Las pantallas que van a ser el soporte real de las decisiones cruciales que el partido en cuestión requiera. Es decir, los árbitros del VAR, en este periodo de pruebas, están fuera del estadio. Y así será mientras los coliseos del fútbol español no dispongan de un habitáculo adecuado, que no es necesario como se ve para que esto sea realidad.

Una, diez, cien pruebas de señal. Consignas a los cámaras, que tendrán que especializarse un poco más en el desempeño de su labor con la llegada del videoarbitraje. Nada tiene que perderse en el limbo. Hay que intentar ‘cazar’ todo lo que suceda y allá donde suceda. Desde el fondo, desde los laterales, en primer plano, en un tiro de cámara más lejano...

Protagonistas de primer nivel

Y cuando HERALDO DE ARAGÓN observaba sobre el césped tudelano el milimétrico montaje técnico que requiere el VAR, a falta de hora y tres cuartos para el partido, llegaron los protagonistas humanos de este revolucionario invento que va a cambiar el fútbol de élite de manera radical.

Luis López Muñoz, el exárbitro aragonés, en su papel de delegado de la LFP, aguardaba a los colegiados que iban a pitar, dentro y fuera del campo, este histórico Tudelano-Real Zaragoza. Para dirigir el partido sobre la hierba, el primer lujo de la tarde: Carlos del Cerro Grande, internacional madrileño de Primera División. Con él, un asistente recién llegado del Mundial de Rusia, Yuste Jiménez, mano derecha de Mateu Lahoz.

Y dos minutos después, la guinda del elenco. Los dos árbitros que este sábado se instruyeron como responsables del VAR, los aragoneses Santiago Jaime Latre (el representante en Primera del colectivo) y Jorge Bueno Mateo, su asistente de confianza hace años en la máxima categoría. Ellos estuvieron en el ‘estudio’ volante, fuera del estadio, en el furgón de las pantallas que, por cierto, fue imposible fotografíar por dentro. De momento, los árbitros y La Liga prefieren ir poco a poco en la exhibición de los detalles más concretos del VAR, cuyos titulares van a ser siempre los propios árbitros de Primera.

Del Cerro Grande mostró su convencimiento de que el videoarbitraje va a traer al fútbol menos polémicas, más justicia, más respeto a los árbitros. Jaime Latre también está contento con que la tecnología asome por fin en el balompié del siglo XXI.

Estuvo a punto de acabar el partido sin que se diera uso al método. Pero eso se evitó en el minuto 91. Del Cerro recibió por el auricular la señal de Jaime y Bueno desde el furgón: Carlos Vicente, punta zaragocista, había arrancado en fuera de juego antes de marcar un gol que se anuló. Infalible VAR.

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