La Romareda, penúltimo escalón hacia el cielo

El Zaragoza no tropieza en Soria y espera abrochar la eliminatoria el sábado al cobijo de su afición.

Borja y Papu, durante el partido
Borja y Papu, durante el partido
José Miguel Marco

El Zaragoza no se trastabilló en Soria en su escalera hacia el cielo. Marcó y no perdió en el fortín del Numancia (1-1), premisas necesarias que satisfizo para disfrutar ahora de muchas más opciones para resolver el silogismo de esta primera eliminatoria por el ascenso a Primera. El cruce se resolverá el sábado (18.00) en La Romareda, careo al que el conjunto aragonés accederá con la ventaja que concede el gol anotado en el feudo rival y la energía que emanará de un graderío repleto por 34.000 seguidores arremangados. Hay que jugar y plasmar estas fortalezas añadidas sobre el césped, pero cualquier juicio apriorístico concede ahora mismo notables posibilidades al equipo del león rampante.

Se introdujo mucho mejor el Zaragoza en el baile por el ascenso. No era la guitarra deliciosa de Jimmy Page endulzando el ‘Stairway to heaven’ zaragocista, sino la derecha maravillosa de Zapater. El que no tenía buen pie... decía el que no distingue un balón de un tambor de Semana Santa... El pie en verdad era un guante. Lanzamiento canónico al ángulo oscuro. No era el arpa de Bécquer, sino el Stradivarius de Zapater. Limpio violín acariciado por el lutier de Ejea (0-1). Contestó rápido el Numancia. El Zaragoza no encontró su fútbol después, aunque ya había encontrado lo primero que buscaba, el resultado. Marcar y no perder, dicho está, era el objetivo perseguido. Y alcanzado.

También hubo un penalti sobre Papu. Penalti claro que hubiera sido mucho más claro de no mediar la hipérbole del georgiano. Toda exageración desvirtúa la realidad. En el fútbol, mucho más si es dentro del área. El elogio de la simplicidad no va con Papu. El fútbol simple, el verdadero, el productivo, desde luego va con Borja, asidero de un Zaragoza que tampoco padeció demasiado aunque pilares básicos no ofrecieran su mejor versión, como Eguaras, el referido Papu o Pombo. Eso sí, que Cristian no se manchara el traje enseña muchas claves. No sufrió el Zaragoza para alcanzar un final en el que la tensión la aportó la eliminatoria, la altísima trascendencia del marcador, no el juego en sí.

 

En el otro lado del cuadro por el ascenso, hoy toman la salida en Pucela (20.30) el Real Valladolid y el Sporting de Gijón. El programa finisemanal resolverá las dos primeras ecuaciones por el ascenso. Pitará en Zaragoza Adrián Cordero Vega, que no tiene muy complicado hacerlo mejor que Aitor Gorostegui Fernández ayer. El "a ganar, a ganar, el Zaragoza va a ganar...", que anoche reverberaba sobre el nido de Los Pajaritos cantado por las gargantas aragonesas, será multiplicado por una Romareda dispuesta a elevar al Zaragoza en el penúltimo escalón de la escalera hacia al cielo.

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