El zaragocismo cree más que nunca

En un nuevo ejercicio de fe, ilusión y optimismo, Soria fue una fiesta antes, durante y después del partido.

Los seguidores zaragocistas celebran un gol aragonés en Los Pajaritos.
Los seguidores zaragocistas celebran un gol aragonés en Los Pajaritos.
José Miguel Marco

Solo superaron el medio millar porque no había opción de adquirir más entradas, pero representaron fielmente el sentimiento zaragocista, ese que sueña desde anoche más fuerte que nunca con el ascenso a Primera División. Ese que se deja la garganta en cada jugada. Ese que viaja con su equipo haga sol, llueva, sea miércoles o domingo. Si hubiera podido, la afición del Real Zaragoza habría llenado dos veces el estadio de Los Pajaritos.

Porque el zaragocismo tiene ganas, como desde hace mucho tiempo, de ver a su equipo, de ver a unos jugadores que siente como propios, que le representan sobre el césped. Unos jugadores a los que alentaron y arroparon antes, durante y después del partido. No importaba que fuera un día laborable o que las previsiones de intensa lluvia se cumplieran a media tarde. La afición del Real Zaragoza sabe, como lo saben los futbolistas, el cuerpo técnico, la directiva y todos los estamentos del club que es momento. El momento de regresar a Primera División.

El himno antes del arranque y el clásico bufandeo aragonés hacía presagiar lo que vendría después: 90 minutos de animación blanquilla, obviamente inferior en número a la soriana pero claramente superior en sonoridad y color. El Real Zaragoza jugó fuera, a domicilio, pero el más de medio millar de aficionados que viajaron a Los Pajaritos se encargaron de que apenas se notara. Si este miércoles sonó así la grada, lo que viene este sábado en La Romareda... En su gran mayoría desde la esquina del fondo norte de Los Pajaritos, con otros desgranados por diferentes puntos del estadio, los aficionados zaragocistas hicieron suyo el "volveremos a Primera, volveremos otra vez", ese lema que suena con fuerzas en las últimas semanas en la capital aragonesa. El "sí se puede, sí se puede", es su acompañamiento.

En una jornada de cordialidad y hermandad, la única nota discordante fue la denegación de la entrada del responsable de seguridad del encuentro a un grupo de medio centenar de aficionados aragoneses que portaban su entrada conforme a la legalidad vigente. Todo ello a pesar de la insistencia y de la mediación del club, que tratará de aclarar en las próximas horas el incidente.

La fiesta zaragocista fue creciendo durante el día. Desde los primeros seguidores, que llegaron a primera hora de la mañana o incluso a última de anteeste miércoles, hasta los que comparecieron justos, tras cumplir con sus obligaciones laborales en Zaragoza, en el estadio de Los Pajaritos. La jornada dejó historias curiosas, como la de los hermanos Antón. Uno, Álvaro, llegó desde Logroño y el otro, Pablo, desde Granada. Antes del mediodía ya degustaban un torrezno en las céntricas calles de la ciudad, optimistas con su equipo, esperanzados con el regreso a Primera División. Pese a desplazarse desde Granada y Logroño, fueron de los primeros en llegar a Soria. "Cuando vi que nos metíamos en el ‘play off’ pensé que tenía que estar, por lo menos, en el primer partido. He seguido durante todo el año al equipo y ahora no se puede fallar en el momento más importante. He salido a las 5.00 de la mañana con la esperanza de disfrutar de un gran día de zaragocismo", relataba sonriente Pablo, ejemplificando que el zaragocismo cree más fuerte que nunca.

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