Las turbulentas aguas del Barça B

El filial azulgrana consumó su descenso en la última jornada tras empatar con el Albacete. En medio de un ambiente enrarecido, el Zaragoza intentará asaltar el sábado el Mini Estadi para afrontar el 'play off' desde la mejor posición posible.

Raúl Guti pelea un balón con Ruiz de Galarreta bajo la lluvia, en el partido de ida en La Romareda
Raúl Guti pelea un balón con Ruiz de Galarreta bajo la lluvia, en el partido de ida en La Romareda
José Miguel Marco

Se pueden extraer abundantes conclusiones del empate a cero entre Albacete y Barça B en la última jornada de Segunda. La más clara es que este resultado devolvió al filial azulgrana a la categoría de bronce del fútbol español tan solo una temporada después. Pero, derivado de este descenso, aparecen análisis de mayor calado que están originando una convulsión interna en la entidad catalana. De este ambiente enrarecido es del que el Real Zaragoza se quiere aprovechar para obtener la victoria este sábado en el Mini Estadi. Si el conjunto de Natxo González obtiene la victoria y el Sporting cae en Córdoba, los aragoneses finalizarían la fase regular de la competición en la tercera posición, con los privilegios que ello conlleva: obtener el factor campo en las dos eliminatorias por el ascenso y no necesitar acudir al punto de penalti en caso de empate, pues sería la posición en la clasificación la que prevalecería.

El Barcelona B no ha podido mantenerse en la categoría de plata en un curso marcado por la irregularidad. En total, el club ha ejecutado hasta 16 incorporaciones -11 en verano y cinco en el mercado invernal- sin que estas hayan logrado revertir el curso de los acontecimientos. Tampoco ha contribuido la lesión de José Arnaiz, fichaje estrella en agosto y uno de los puntales junto con Aleñá. El equipo azulgrana atravesó su particular éxodo por el desierto desde el 18 de febrero hasta el pasado día 12. Casi tres meses sin obtener una victoria (cuatro empates consecutivos y siete derrotas también encadenadas) que supusieron una china en su zapato de considerables proporciones. El equipo, a la deriva.

La dirección deportiva ratificó su confianza en el técnico Gerard López, exjugador de la primera plantilla, durante gran parte de esta racha. Los marcadores seguían sin acompañar al filial y, tras caer ante el Rayo Vallecano (2-3) en el noveno partido seguido sin ganar, López fue sustituido el 25 de abril por otro gran conocedor de la casa blaugrana: Francisco Javier García Pimienta. El entrenador barcelonés, desde 2001 en Can Barça, venía avalado por el reciente triunfo del equipo juvenil del FC Barcelona en la Liga de Campeones. Un título continental alzado por un míster con carácter provisional que sustituyó a Gabri García, director de orquesta de la plantilla en los primeros compases del curso.

Tras caer ante Almería y Reus, el Barça B recuperó con brillantez el pulso tras doblegar al Sporting en El Molinón y al Cádiz en El Mini Estadi, dos potentes rivales que aspiran al ascenso. Sin embargo, el mencionado empate ante el Albacete precipitó su caída a Segunda División B. Desde algunos sectores críticos del club se habla de un cambio de entrenador tardío a falta de seis jornadas para el final. De que García Pimienta, en definitiva, no ha tenido margen de error.

El deficiente rendimiento del filial en su propio estadio también ha sido parte indisoluble de su descenso. Con 20 puntos en 20 partidos (cinco victorias, cinco empates y 10 derrotas), es el peor local de toda la Segunda División en un campo que suele registrar una pobre asistencia. Aun así, el Barcelona B ha logrado hallar una pizca de estabilidad con la contratación del barcelonés, que ha firmado hasta el año 2020 y del cual se espera el retorno a Segunda con la incorporación a la segunda plantilla de juveniles como Abel Ruiz -marcó el tanto de su equipo en La Romareda-.

Este sábado, el Zaragoza tratará de desarbolar la resistencia de un rival ya descendido pese a su pequeño rebote de optimismo y resultados. Será también una oportunidad para vencer a un filial por primera vez en el curso, tras empatar con el Sevilla Atlético en el Viejo Nervión (2-2) y caer en La Romareda (1-0); y empatar en una lluviosa tarde ante los azulgranas (1-1). Para demostrar una mutación radical respecto a la primera vuelta. Le ayudará un Barça B al que se le está haciendo muy larga la temporada.

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