Borja y Mata, duelo al gol

El Zaragoza-Valladolid enfrenta a dos de los mejores delanteros de la categoría. Entre ambos arietes, han anotado esta temporada 51 dianas en Segunda.

Borja Iglesias y Jaime Mata
Borja Iglesias y Jaime Mata

El Zaragoza-Valladolid del próximo domingo puede comenzar a explicarse desde las figuras esbeltas y graníticas de sus delanteros centro, los hombres que coronan sus ataques: Borja Iglesias y Jaime Mata. Un duelo al gol como sustancial línea de guión de un enfrentamiento decisivo en la batalla por la clasificación al ‘play off’ de ascenso a Primera División. Otras muchas claves construyen la antesala de este partido de altura, desde el punto de vista táctico, las estrategias defensivas, los mecanismos de creación de juego… Pero este pulso entre artilleros concentra, por sí solo, el nudo argumental del choque. Muy posiblemente, aquel delantero que se imponga habrá empujado a su equipo hacia el triunfo.

En Borja Iglesias y Jaime Mata hay muchos lugares comunes. Su físico, en cierto modo, introduce su modo de jugar, pero, en un sentido, de forma confusa o tramposa. Son delanteros clásicos por anatomía, altos (1,87 Borja y 1,86 Mata) y anchos de hombros, pero muy modernos por comportamiento. Son grandes y pesados, pero, a su vez, destacan por su movilidad. Pueden parecer arietes poco profundos, pero son jugadores letales en el juego de espacios. Y, lejos de ser delanteros muy concretos y toscos, interpretan las necesidades colectivas y engranan en el circuito asociativo, con pases, fintas, regates… Evidentemente, también son dos tipos con instinto. Aunque no siempre fue así.

Madrileño, formado en las categorías inferiores del Pegaso y del Rayo Vallecano, Jaime Mata, camino ya de los 30 años –los cumple en octubre–, es un clásico de la categoría. Hasta este año no había dejado, ni por asomo, pistas acerca de la explosión goleadora de este año. Era un punta con gol, pero no con un volumen serial, digno de hablar de él como un depredador del área. Llegó al Girona en 2014 tras destacar en el Lleida de Segunda B e incluso estar en el radar del Zaragoza para su filial. Tenía entonces ya 24 años. En Montilivi, marcó 12 goles y 10 en sus dos campañas allí, antes de firmar libre de contrato con el Valladolid. Su primer curso allí se saldó con solo 5 goles. No son números, los precedentes, propios de un especialista del gol. Pero sí lo son los 32 de esta temporada. Nadie le ha hecho sombra en el pichichi. Una cifra mastodóntica. Un récord en Segunda. Con sus tres goles de la pasada jornada al Lorca, Mata igualó los 32 de Jonathan Soriano hace siete temporadas con el Barcelona B. Tiene dos partidos ahora para rebasarle.

Por su parte, Borja Iglesias siempre acreditó grandes estadísticas goleadoras. A sus 25 años, se estrena en el fútbol profesional –tarde, como lo hizo Mata– y lo ha hecho, de momento, con 19 tantos. Le falta uno para alcanzar la veintena, la cifra mágica de los goleadores. En la ida ya le hizo dos dianas al Valladolid y en su fusil descansan las balas que deben conducir al Zaragoza al ascenso.

No se le da tampoco mal el Zaragoza a Mata. Hablamos de una de sus pesadillas en su actual ciclo en Segunda. No había marcado Mata mucho en Segunda hasta este años, pero al Zaragoza le firmó con el Girona, todos en La Romareda (dos de ellos en la célebre eliminatoria por el ascenso del curso 14-15). Más un quinto tanto en Zorrilla en el duelo de la primera vuelta. Aún está lejos de verdugos históricos de ayer (Messi, Raúl, Rubén Navarro o Tamudo) y siempre (Begiristain, Rexach, Quini, Panizo o Alfonso), pero Mata es una espina fijada en la carne del Zaragoza.

Con sus brillantes temporadas, tanto Mata o como Borja, apuntan a la Primera División. El Getafe parece el destino del delantero del Valladolid. Y a Borja el Celta le quiere renovar el año que le queda allí de contrato, aunque el jugador no negociará hasta que se aclare si en esa Primera División está o no el Real Zaragoza.

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