Real Zaragoza-Valladolid, una final... con comodín

La victoria asegura a los aragoneses su presencia en la promoción de ascenso. Si se diera un fallo (empate o derrota), siempre quedaría la última bala en Barcelona para repararlo.

Los jugadores del Real Zaragoza celebran un gol el pasado domingo, en el triunfo por 4-1 frente al Albacete.
Los jugadores del Real Zaragoza celebran un gol el pasado domingo, en el triunfo por 4-1 frente al Albacete.
Oliver Duch

Real Zaragoza-Real Valladolid es el partido del año. El adiós a la liga en La Romareda después de 10 meses de larga travesía en una nueva campaña en Segunda División en busca de la salida hacia arriba. Un choque directo entre dos implicados en el litigio por jugar la promoción de ascenso a Primera que va a definir en gran medida la clasificación de ambos en estos últimos días del torneo, pero que no tiene por qué ser definitivo. Es una final... pero con comodín, con una segunda bala en la recámara para utilizar en caso de urgencia, de error inicial en el intento de atar una plaza en los 'play off'.

Los zaragocistas saben matemáticamente que, si ganan, están ya clasificados para las eliminatorias de las que saldrá la tercera plaza de ascenso a la élite. Ese es su propósito mayor el próximo domingo en La Romareda (20.30). El triunfo trae premio ya mismo. Su balance numérico dice que, con 3 puntos más, ya son inalcanzables para los que vienen por detrás y pretenden ocupar su sitio in extremis.

Pero, con 6 puntos por disputarse, los de las dos últimas jornadas (el juicio final se dirimirá en el Mini Estadi ante el Barcelona B, el sábado día 2 de junio a las 20.30), cae por su propio peso la existencia de una segunda oportunidad en caso de no lograr el fin a la primera. Así que, cierto es, el calibre del Real Zaragoza-Real Valladolid es de una final un tanto engañosa, porque tiene su cámara de seguridad alrededor para los intereses blanquillos. No será definitivo lo que ahí suceda si tiene una resolución negativa en el partido contra los castellanos, como sí exige etimológicamente la condicion de 'final'. Así que es una final con doble fondo.

De la lectura de las cifras y del análisis de la combinatoria posible en el transcurso de las próximas dos jornadas, las concluyentes del torneo liguero, se extrae asimismo la seguridad de que el último día, en el Barcelona B-Real Zaragoza, el equipo aragonés deberá acudir al Mini Estadi totalmente activado y con objetivos mayores en juego. Será imposible ir de paseo.

En una opción, en caso de que no lograse ganar al Valladolid este domingo en La Romareda, la misión sería vencer al Barça filial para apuntalar la clasificación para la promoción. Y, por otra parte, en la vía buena, la deseada y ansiada por el zaragocismo, si el último viaje al singular campo catalán se produce después de vencer a los vallisoletanos y, de este modo, se tiene el 2 de junio asegurada la presencia en los 'play off' antes del inicio de ese envite en Barcelona, lo que habrá que pelear allí será el mejor puesto posible entre el 3º y el 6º. Una circunstancia de primer orden para ganar bonus de cara al pretendido ascenso, por el factor campo, por el factor de prevalencia clasificatoria en caso de empate en la eliminatoria en disputa.

Así que, final, final, no es lo del Valladolid. Se parece, pero no es exactamente eso. Si acaso, el calificativo de final lo podría obtener el episodio postrero de Barcelona. Ojalá no sea así. Eso será sinónimo de que este domingo próximo, en La Romareda, habrá fiesta cuando el árbitro pite el final del duelo contra los pucelanos.

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