La estabilidad de Natxo

El vitoriano ya es el entrenador que más puntos por partido suma entre los técnicos del Real Zaragoza en el actual ciclo en Segunda División

Natxo González, durente un enrtrenamiento.
Natxo González, durante un entrenamiento.
Aránzazu Navarro

Desde hace cinco temporadas, tras su último descenso, al Real Zaragoza casi nunca le faltaron debates en el banquillo. Un periodo descrito por el destino incierto y agitado de ocho entrenadores y cinco relevos en plena campaña, normalmente al filo del ecuador. A Natxo González, esos episodios de convulsión y fragilidad en un puesto clave del proyecto deportivo también le rozaron la pasada Navidad. Su figura soportó las lógicas dudas que despierta la escasez de resultados. Pero, al contrario que en episodios diferentes, el Real Zaragoza cerró filas en torno al entrenador.

El director deportivo Lalo Arantegui le blindó, defendió y apoyó, con un argumento muy sencillo: el proyecto necesitaba precisamente eso, serenidad y confianza en momentos delicados como ese. Al calor de los números, los cambios de entrenador rara vez había mejorado al Zaragoza, más allá de reacciones efímeras, puntuales.

Ningún entrenador consiguió asentar en el equipo aragonés rendimientos y trayectorias sólidas y sostenidas durante varios meses ni cumplir con las expectativas y exigencias propias del club. Únicamente el cambio de Víctor Muñoz por Ranko Popovic en la temporada 2014-2015 trajo una respuesta a la altura de los objetivos previstos. A duras penas -con un agónico empate en la última jornada en Leganés-, el técnico serbio condujo al Real Zaragoza a las posiciones de promoción y lo dejó a las puertas de Primera División.

Hasta que el tiempo, el trabajo y la paciencia, aquellos ingredientes que Lalo Arantegui utilizó como defensa de un proyecto muy prematuro aún en diciembre, con futbolistas jóvenes, inexpertos, una plantilla reformada, una idea de juego compleja, pendiente de maduración… Todo eso ha brotado ahora en la figura de Natxo González, el entrenador que ha encontrado la estabilidad en el Zaragoza y, por lo tanto, el rendimiento del equipo se ha hecho también regular y fiable.

Como en el fútbol las victorias conducen a nuevas victorias, Natxo González ha encontrado en esta segunda vuelta el punto de normalidad que precisa todo proyecto. El Zaragoza ha crecido al calor de su entrenador, quien ya presenta los mejores números de un técnico en su actual ciclo de cinco temporadas en Segunda. Su promedio es de 1,61 puntos por partido, más del 53%, un porcentaje apreciable en una categoría tan igualada y complicada. Si ese ratio se extrapola a una temporada completa, a 42 jornadas, la proyección es de casi 68 puntos, números claros de ‘play off’ y muy cercanos al ascenso directo. Natxo está firmando estos números con una plantilla que es el 14º tope salarial de la categoría.

Hasta ahora, Lluis Carreras, durante sus meses en el equipo aragonés en la temporada 15-16, había sido el único entrenador, con 1,54 puntos por partido, de este periodo en Segunda que superó el 50% de los puntos sumados, no muy lejos de la horquilla 55%-65%, números en los que suelen ubicarse los equipos de ascenso directo. A Carreras, le seguía Popovic (49%/1,47 puntos por partido).

El resto de entrenadores en las últimas cinco temporadas se ha movido en promedios muy similares, nunca por encima de la media de puntos por partido del Zaragoza de este periodo: 1,30 puntos, una suma del 43%. A ese porcentaje, llegaron Paco Herrera (1,30 puntos) y Víctor Muñoz (1,30 puntos). Ambos se solaparon en las temporadas 13-14 y 14-15. Por su parte, el curso pasado, César Láinez firmó un 41% de los puntos (1,25), mejorando así a sus predecesores, Luis Milla, con un 39% (1,18 puntos) y Agné, con un 38% (1,16 puntos).

De todos ellos, Popovic ha sido el preparador con más estabilidad en el actual Zaragoza de Segunda: 1 año y 24 días, a caballo de dos temporadas. La vida deportiva promedio de un entrenador en La Romareda en las últimas cinco temporadas es de 6 meses y 3 semanas. Natxo ya es el segundo: 10 meses y 314 días, por los 8 meses y 27 días de Herrera, los 8 meses y 6 días de Muñoz, los 5 meses y 7 días de de Carreras, los 4 meses y 22 días de Agné, los 4 meses y 7 días de Milla, y los 2 meses y 15 días de Láinez.

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