Ojo al reto: el Reus no encaja un gol en su campo ¡desde el 13 de enero!

El Real Zaragoza visitará el viernes un estadio duro como una roca de granito. Los catalanes solo han recibido 10 tantos en 18 partidos. Ninguno en los últimos 6.

Gol del Reus el año pasado en el partido ante el Real Zaragoza en el Camp Nou reusense. Marcó Querol el 1-0 definitivo.
Gol del Reus el año pasado en el partido ante el Real Zaragoza en el Camp Nou reusense. Marcó Querol el 1-0 definitivo.
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Cualquiera que no atienda a demasiados detalles en el análisis puntual de la Segunda División puede mirar al Reus Deportiu, el próximo rival del Real Zaragoza, con cierto soslayo por aquello de que es un equipo que hace poco ruido en la categoría. No llama la atención por casi nada. Va a lo suyo, como las hormigas, haciendo hogar semana a semana a base de trabajo estajanovista. Y no sufre apenas porque, con sus modos y maneras de entender la vida en la división de plata, la austeridad le da de sí para mantener siempre una distancia prudencial con la crisis del descenso y, aunque no le da para lujos, es feliz en su modestia.

Así fue ya el año pasado, cuando Natxo González, el actual entrenador del Real Zaragoza, lo dirigió por primera vez en el ámbito del fútbol profesional en su centenaria historia. Y así está siendo de nuevo esta temporada, con el exfutbolista del club Asier Lopez Garai como relevo de Natxo en el papel de técnico en el vestuario rojinegro. El curso anterior, el Reus acabó 11º, justo en la bisagra de la clasificación. Ahora, ha llegado a esta jornada en la 14ª plaza y, después de empatar 0-0 en Albacete, subirá un escalón hasta la 13ª posición. Es su hábitat natural. La zona media-baja, viviendo al día, sin deber pero sin que le deban. Autosuficiente. Autárquico en su modo de operar.

Pero este rival tiene trampa. Por eso, seguramente, siempre pesca puntos contra pronóstico, siempre mantiene un ritmo de adición de mínimos que le favorece la calma interna. El principal cepo con el que caza el Reus lo tiene en su pequeño estadio, el Camp Nou (así se llama), lugar que es una roca de granito de miles de toneladas. Dificilísimo de expugnar, de conquistar con un triunfo para los forasteros que pasan por allí cada 15 días.

Para que nadie pueda darse por despistado ante la visita del Real Zaragoza a Reus, ahí van los datos que avalan el baluarte reusense en su minúsculo coliseo futbolístico. Los rojinegros han jugado 18 partidos en su casa, el del Zaragoza será el viernes (21.00) el 19º. En ellos, duelos siempre donde el gol es material caro de ver, ellos han anotado 17 y únicamente han recibido 10 en la portería de su ágil y perenne portero, Edgar Badía. Suman 7 victorias ahí, con 9 empates y solo 2 derrotas. Eso hace un balance como locales de 30 puntos (como llevan 45, se aprecia dónde está el suelo de su salvación: en casa).

Y, en la secuencia del curso, llama poderosamente la atención que el último gol que tuvo que sacar de sus redes Badía en el Camp Nou de Reus data ¡del 13 de enero! Hace, por lo tanto más de tres meses de aquello, una de las dos únicas jornadas en las que alguien osó profanar la casa de los tarraconenses: el Lugo venció ese día 0-1.

Pues bien, desde entonces, el Reus ha jugado 6 partidos más en su rol de local. Y sus marcadores han sido los siguientes: empate, 0-0, contra el Oviedo; victoria por 3-0 ante el Lorca; triunfo por 2-0 contra el Sevilla Atlético; igualada, 0-0, con el Huesca; victoria por 1-0 frente al Almería; y, hace una semana, repetición del marcador, superando los reusenses al potente Cádiz asimismo por 1-0.

¿Qué se observa en esta dinámica? Que el Reus no encaja goles como local desde la primera quincena de enero, con los turrones aún en los armarios y los adornos de Navidad y Año Nuevo aún por retirar. Ahí, a ese sitio, va a ir a jugarse un porcentaje importante de sus opciones de pelear el ascenso a Primera el Real Zaragoza dentro de apenas 5 días.

La tarea, el reto para los muchachos de Natxo González, es de órdago a la grande. Aunque esté oculto por una pátina disuasoria de modestia, la que provoca el perfil bajo que aparenta tener el Reus todo el año. Por más que el cuadro catalán no reluzca por su nombre o por el de los componentes del reparto de su plantilla, por más que sus partidos no tengan nunca picos de belleza ni goleadas impactantes, jugar en el Camp Nou de la capital del fruto seco no es misión sencilla ni agradable, a priori, para ningún adversario que llega allí desde el curso anterior.

Para ganar en Reus hay que marcar, al menos, un gol. Es de Perogrullo, porque eso sucede en todos los sitios a donde se viaja. Pero esa obviedad, en Reus es una labor de máxima exigencia. Y, como el visitante de turno tenga la mala fortuna de que los tarraconenses logren marcar primero y adelantarse en el marcador... remontar se convierte en algo similar a una quimera.

¿Romperá el Real Zaragoza la racha del Reus por la que acumula ya 100 días sin encajar un gol en su estadio? De antemano, los de Natxo González ya saben que, para obtener la necesaria victoria en ese terreno de juego, no les queda más remedio que encontrar la fórmula para que la respuesta a esa cuestión mayor sea afirmativa. Si no lo consigue, es obvio que no habrá éxito en Reus.

Natxo, que conoce bien el percal en este caso (nadie mejor que él), sabrá como desactivar la pócima mágica de su expupilo, López Garai. Eso sí, en la primera vuelta, con los papeles cambiados, este mismo Reus maniató al Zaragoza y, claro está, se llevó su 0-0 favorito de La Romareda. Como antecedente a estudiar, es una buena muestra a meter en el microscopio.

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