Ranko Popovic: "El Zaragoza está en el camino adecuado hacia la promoción"

El último entrenador que clasificó al Zaragoza para un ‘play off’ de ascenso analiza la situación del equipo a las puertas de la cita contra el Almería, el club que le trajo a España.

Ranko Popovic, durante su etapa como entrenador del Real Zaragoza.
Ranko Popovic, durante su etapa como entrenador del Real Zaragoza.
Oliver Duch

¿Qué es de su vida?

Ahora, en Belgrado. Hace unos días pasé por Zaragoza tras acabar mi temporada en la liga India. También estuve la Semana Santa por Almería. Estoy contento y feliz de volver a Europa y visitar mis tierras, porque también he estado en Austria en unos actos del Sturm Graz. Estoy descansando, disfrutando de familia y amigos.

¿Le cuesta despegarse de fútbol ahora con tanto tiempo libre?

Imposible. Estoy atento a todo: torneos europeos, ligas nacionales, partidos de selecciones… Es mi obligación. Pero es cierto que hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto de unas semanas libres, visitando España, Serbia o Austria, lugares con mucho significado en mi vida.

¿Y qué significado tienen Almería y Zaragoza?

Mucho. Son dos épocas clave, siento una emoción profunda por ambas ciudades y ambos clubes. Subótica, Graz, Almería y Zaragoza han definido mi vida. En lo profesional me siento afortunado, pero más aún en lo personal, porque en Almería y Zaragoza me tocó conocer a gente estupenda. Es un lujo y una felicidad poder decirlo.

¿Cambian mucho esas experiencias de vivirlas de jugador a entrenador?

Es distinto, pero igual. La perspectiva es diferente, porque cuando eres jugador, eres más joven, tienes menos presión. Juegas el partido y ya. Como entrenador, la exigencia es mayor. Puedes hacer las cosas muy bien y aun así no obtener resultados. Yo en Almería me enamoré de España. Me acogieron con un cariño único allí. Si Almería fue la primaria, Zaragoza fue mi universidad. Aprendí mucho, disfruté también mucho pese a la exigencia. En Zaragoza encontré amigos que nunca imaginé. Y ahora mi mujer y una de mis hijas viven ahí. Con eso digo todo el cariño que tenemos a la ciudad. Ahora, ambos equipos se enfrentan. Me gustaría un empate, pero sé que les vale poco. Quiero que el Almería se salve y el Zaragoza suba.

¿Qué le parece el actual Real Zaragoza?

Tiene madera de campeón. Es muy distinto al de la primera vuelta. Gana de ese modo que solo ganan los equipos ganadores, como contra Osasuna. Sufrió, pero venció. Creo que está en el camino adecuado para ir a la promoción.

¿Conecta con su forma de jugar?

Sí. Es un bloque muy ordenado. Concede muy pocas ocasiones. Y si las concede, tiene un portero asombroso. Es muy importante, y lo digo porque fue central, que una defensa sepa que si falla poco, no va a recibir castigo aún así. Un portero como Cristian da mucha confianza. Creo que el Zaragoza es ahora un equipo con todas las letras, muy compacto y que ha conseguido regularidad.

¿Quién le llama la atención?

Pombo, por ejemplo. Estaba en el filial cuando entrenaba yo al primer equipo y sé lo que ha sufrido. Este chico puede ser un futbolista muy serio, con mucha relevancia. También me gusta Guti. Es trabajador, completo y constante. Buff tiene mucha calidad, le falta ese punto de regularidad, pero es normal porque es su primer año en España. Sé lo que es eso. Lo mismo que Papu. Me transmite grandes cosas este jugador. Me ha encantado los ratos que le he visto. Y luego están Ros, Cristian… hay buen material.

Siempre dijo, también en su despedida, que el Zaragoza necesitaba ser consciente de su realidad. ¿Cree que ya ha dejado de ser un equipo de Primera en Segunda y ya es un equipo de Segunda que quiere volver a Primera?

Exactamente. Siempre he dicho que la gente, por fin, ha bajado a Segunda con el equipo, pero esa forma de decirlo es más precisa. Veo más tranquilidad. Yo en mi etapa allí ya dije que eso era fundamental. Que había que tomar consciencia de dónde estaba el Zaragoza. Ahora se respira un clima más favorable, se está trabajando bien en el club y ese ambiente ayuda mucho.

¿Echó en falta esto en su época en el banquillo de La Romareda?

Ya dije el día que me fui que el Zaragoza necesitaba tiempo y tranquilidad. Ya hace casi tres años de eso. Yo me sentía muy arropado, tenía una confianza superlativa en la gente que dirige el Zaragoza y ellos también en mí. La relación era magnífica, pero existía una necesidad ‘exterior’ y no tenían margen. Veo que eso ha cambiado. Este Zaragoza necesitaba un periodo de adaptación, un proceso, y al proyecto le han dado eso. Fíjese, se ha tenido paciencia con el equipo a dos puntos del descenso, mientras que a mí me despidieron a un punto de la promoción.

Fue el último entrenador en clasificar al Zaragoza al ‘play off’ y en jugarlos hasta quedar al filo del ascenso. ¿Cuál es la clave en esta recta final?

Evitar la euforia. Vivir con normalidad. La oportunidad es muy grande. No es fácil en Zaragoza porque se vive todo con mucha pasión, pero la gente se entrega mucho cuando vive estas situaciones. La clave será la serenidad de todos. La Romareda también. Será un motor. Todos deben empujar juntos, sin dudas. Lo mismo vale para jugar la promoción si se da: la gestión emocional es lo principal. Convertir la ansiedad o la responsabilidad en algo positivo. Eso llena el tanque de confianza.

Usted habría estado en el largo camino... ¿qué sentiría con un Zaragoza en Primera?

Lo deseo con todo mi corazón. Me emocionaría. No soy nadie para repartir carnés de zaragocismo y tengo mucho respeto al aficionado de siempre, pero siento este club como algo muy profundo en mí. Y me alegraría, además de por la afición, por la gente que dirige el club. Arriesgaron su patrimonio, su dinero y su imagen. ElZaragoza era una misión imposible y la convirtieron en posible.

Es obvio que le gustaría volver a entrenar en España...

Mentiría si dijera que no. España es especial para mí. Es lo que quiero, porque estaría cerca de mi familia.

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