Grippo vuelve a escena

El central suizo parece la apuesta de Natxo González para suplir a Verdasca en Vallecas. Cristian Álvarez todavía no se entrena con el grupo, al sufrir molestias.

Simone Grippo charla con Peronne, duranrte un entrenamiento.
Grippo vuelve a escena
Aránzazu Navarro

Simone Grippo es el principal candidato a retornar al bloque defensivo del Real Zaragoza el próximo domingo en Madrid en el partido clave ante el Rayo Vallecano (18.00). El suizo ocupará el hueco que deja, respecto del último duelo contra el Huesca, el portugués Verdasca, que vio la 5ª tarjeta amarilla de su segundo ciclo sancionador y será castigado con un partido de suspensión.

Natxo González, el entrenador blanquillo, trabajó ya ayer diferentes aspectos tácticos con la línea de zagueros que, con casi toda probabilidad, se verá en el estadio de Vallecas dentro de 4 días: la conformada por Benito, Mikel González, Grippo y Lasure.

En un campo pequeño de dimensiones como es el de la populosa barriada madrileña, que lo hacen diferente en su formato y en el que suele predominar el fútbol directo sobre el área en muchas fases de los partidos, los defensas siempre tienen mucho que decir y que aportar a una victoria.

Sobre este aspecto va a girar en buena media la tarea preparatoria de la semana que ya dio ayer sus primeros pasos en la lluviosa y fría mañana del miércoles en la Ciudad Deportiva del Real Zaragoza.

Era 11 de abril; pero podía haber sido cualquier día de diciembre, enero o febrero. Puro invierno con la primavera ya lanzada en la Ciudad Deportiva del Real Zaragoza. El equipo blanquillo debió entrenarse en unas condiciones atípicas, con lluvia intensa, aguanieve por momentos, y apenas 4 grados de gélida temperatura. Y, por supuesto, con el césped encharcado porque las precipitaciones incesantes sobre la capital aragonesa venían desde el día anterior. Natxo González y la plantilla ensayaron aspectos tácticos de cara al crucial partido del domingo. Lo hicieron con sumo cuidado, con precauciones obligadas ante el peligroso estado del terreno de juego. Un día desagradable de los que pocos ha habido en los meses invernales, donde hubiese sido más natural este escenario.

Por tercer día consecutivo, Cristian Álvarez, guardameta del Real Zaragoza, no se entrenó con el resto de compañeros. El portero argentino, una de las figuras clave de la reacción soberbia del equipo desde febrero hasta hoy mismo, está guardado en una urna por parte de los técnicos y del cuadro médico del club, evitando el más mínimo riesgo de que pueda surgir una lesión que lo aparte de la portería blanquilla.

El cancerbero argentino, desde que concluyó el pasado sábado el partido ante el Huesca, no ha vuelto a pisar la hierba ni un solo momento.

Con leves molestias físicas tras ese duelo con los azulgranas, Álvarez ya no se entrenó con el grupo el domingo por la mañana, en la habitual sesión pospartido de tonificación muscular.

La misma decisión que adoptaron los responsables del equipo en el primer entrenamiento serio de la semana, el del martes tras la jornada de descanso. Y en la mañana de ayer, miércoles, Cristian Álvarez también se quedó en el gimnasio con los fisioterapeutas, sin formar parte del grupo de manera ordinaria sobre el encharcado césped de la Ciudad Deportiva bajo la intensa lluvia.

En todo caso, no se trata de nada importante. Ni existe posibilidad alguna de que Cristian Álvarez pueda causar baja en Vallecas. Es una postura puramente conservadora, preventiva, tras un largo tramo de 8 meses de competición ya consumada y con tan solo 50 días por delante.

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