Una plantilla enchufada

En la segunda vuelta, Natxo González ha repartido esfuerzos y responsabilidades, un factor determinante para elevar la competitividad y el rendimiento del grupo.

Varios jugadores del Real Zaragoza, en un entrenamiento reciente en la Ciudad Deportiva.
Varios jugadores del Real Zaragoza, en un entrenamiento reciente en la Ciudad Deportiva.
Oliver Duch

Justo cuando la temporada entra en su tramo definitorio, Natxo González ha conseguido generar en el vestuario del Real Zaragoza un escenario de un valor incalculable. A dos meses para que concluya la liga, con el ascenso a Primera División en juego, el gran grueso de la plantilla zaragocista se encuentra en dinámica competitiva. Enchufada, preparada para jugar con plenas garantías cada fin de semana. Un factor que puede ser tremendamente decisivo ahora que el calendario agota las piernas y demanda al colectivo por encima de las individualidades.

La competencia interna, además, está siendo un elemento vertebrador para el crecimiento del grupo durante la segunda vuelta del campeonato. Apenas tres o cuatro futbolistas tienen asegurado su puesto en un once inicial que presenta cada semana matices y variaciones. El nivel individual aumenta y el colectivo se siente mejorado en cada una de sus líneas. Evidente es el ejemplo de la defensa, con cuatro centrales capacitados para entrar en el once inicial. La salida de Jesús Valentín en enero y el fichaje de Bruno Perone han elevado notablemente la rivalidad interna. El nivel más fiable de Mikel González, el tramo más regular de Verdasca o la versión más completa de Grippo han llegado a través de la competencia en el vestuario. Grippo ha jugado 801 minutos en la segunda vuelta, Perone 720, Verdasca 630 y Mikel González 203. Una carga que les hace llegar en forma al tramo final de liga pero sin una fatiga acumulada excesiva.

También la competencia entre pares, en este caso en el lateral derecho, está llevando a Alberto Benito a recuperar su notable rendimiento del inicio de campeonato. Con Julián Delmás como recambio de absolutas garantías, la competitividad está asegurada en el carril del ‘2’. El joven canterano apenas ha disputado 90 minutos en la segunda vuelta pero sus actuaciones de emergencia en Soria y León, ante sendas lesiones de Benito, le confirman como un recurso más que útil. En el lateral izquierdo, la segunda vuelta ha sido la de la consolidación de Daniel Lasure. El zaragozano ha agarrado con firmeza el puesto y su incremento de nivel semanal le han convertido en un fijo en todas las alineaciones. Apenas se ha perdido un puñado de minutos finales ante el Granada, el Lorca y el Sevilla Atlético.

En el centro del campo, Eguaras se ha asentado definitivamente como vértice fundamental del rombo. El navarro ha sido titular siempre que ha estado disponible y apenas se perdió, por sanción, la visita a la Cultural Leonesa. En las otras tres posiciones del diamante, los dos interiores y la mediapunta, la competitividad ha alcanzado un nivel similar al de la pareja de centrales. En los dos interiores, Zapater (942), Guti (808) y Javi Ros (601) se han repartido la presencia sobre el césped con las lesiones y las sanciones facilitando esta distribución de funciones, con tramos de máximo protagonismo para cada uno de los tres.

Variantes ofensivas

Especialmente fructífera está siendo la competencia entre Febas y Buff, dos futbolistas que se están retroalimentando para obtener su mejor versión. Un lujo para Natxo González, que también ha agregado a Giorgi Papunashvili a la ecuación de la mediapunta. El extremo georgiano está demostrando en el último tramo de la temporada una capacidad de adaptación muy útil. En un 4-4-2 sin extremos, Papunashvili ha sido capaz de reinventar su fútbol desde la mediapunta (en León) o la delantera (contra el Lorca o el Huesca) en favor del rendimiento colectivo. En mucha menor medida –por cantidad de minutos–, Alain Oyarzun también ha adaptado sus características de extremo a interior, donde ha actuado los 39 minutos que ha disputado en esta segunda vuelta.

En la delantera, Borja Iglesias (1.066) y Jorge Pombo (948) han sido la pareja habitual, asentada por méritos propios en el once. Con Gaizka Toquero recuperado de su lesión en el muslo, Natxo González ha agregado un perfil más a la causa, además del mencionado Papunashvili. El vasco ya ha participado en tres de los últimos cuatro partidos.

Fija e inalterable ha permanecido la posición de Cristian Álvarez en la portería. Indiscutible, el argentino ha disputado todos los minutos de la segunda vuelta, dejando a Álvaro Ratón en un segundo plano junto a Ángel Martínez, Jesús Alfaro y Vinícius.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión