Cristian Álvarez, en una urna

Por tercer día consecutivo, el portero del Real Zaragoza no se entrenó con el grupo y lo hizo en el gimnasio. Ante la importancia de su figura en la recta final de la liga, no se quieren correr riesgos.

Cristian Álvarez, fuera del césped en la Ciudad Deportiva.
Cristian Álvarez, fuera del césped en la Ciudad Deportiva.
Guillermo Mestre

Cristian Álvarez, el guardameta titular del Real Zaragoza y una de las figuras clave de la reacción soberbia del equipo desde febrero hasta hoy mismo, está guardado en una urna por parte de los técnicos y del cuadro médico del club. Evitando el más mínimo riesgo de que pueda surgir una lesión que lo aparte de la portería blanquilla. El cancerbero argentino, desde que concluyó el pasado sábado el partido ante el Huesca, no ha vuelto a pisar la hierba ni un solo momento.

Con leves molestias físicas tras ese duelo con los azulgranas, Álvarez ya no se entrenó con el grupo el domingo por la mañana, en la habitual sesión pospartido de tonificación muscular. La misma decisión que adoptaron los responsables del equipo en el primer entrenamiento serio de la semana, el del martes tras la jornada de descanso. Y en la mañana de este miércoles, Cristian Álvarez también se quedó en el gimnasio con los fisioterapeutas, sin formar parte del grupo de manera ordinaria sobre el encharcado césped de la Ciudad Deportiva bajo la intensa lluvia. En total, el portero sudamericano acumula tres ensayos sin dejarse ver con el resto de compañeros, algo inusual hasta ahora.

No se trata de nada importante. Ni existe posibilidad alguna de que Cristian Álvarez pueda causar baja en Vallecas. Es una postura puramente conservadora, preventiva, tras un largo tramo de 8 meses de competición ya consumada y con tan solo 50 días por delante para llegar al final de la liga. A Cristian se le quiere guardar como oro en paño. Que no exista ni un 0, 1 por ciento de posibilidades de que surja un imprevisto por exceso de confianza en términos físicos. Por eso, haciendo el símil, a Álvarez lo han metido en un box, aislado lo más posible de los duendes malignos que pudieran molestar al portero zaragocista de aquí al 3 de junio. De hecho, un guardameta, a estas alturas de temporada, tampoco necesita de demasiada carga de trabajo real bajo palos si, como es el caso, viene jugando los 90 minutos cada fin de semana.

Esta es la razón por la que, sorprendentemente, cada día de entrenamiento desde que acabó el derbi ante el Huesca se echa en falta a Cristian Álvarez. Así que nadie dude de que el domingo, en Vallecas, la alineación titular del Real Zaragoza comenzará un día más con su nombre... y luego vendrán 10 más.  

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