Una defensa al alza

Entre los pilares fundamentales del crecimiento del Real Zaragoza están su mayor solidez y fiabilidad

Cristian Álvarez, en un entrenamiento del Real Zaragoza
Una defensa al alza
Guillermo Mestre

La obsesión de Natxo González desde los primeros pasos de la temporada no fue otra que aproximar al Real Zaragoza a los niveles de fiabilidad y a las garantías defensivas que distinguieron su trabajo en el Reus la pasada temporada, cuando transformó al humilde equipo catalán en un ejemplo de solidez táctica, consistencia posicional y grandes números en defensa. Todo eso se le resistió al técnico en la primera vuelta. El Zaragoza no acababa de competir bien porque concedía goles, ocasiones y ventajas a los rivales. Una veces, varias, por cuestiones puntuales de naturaleza individual. Otras, porque el equipo no terminaba de robustecerse.

La situación ha cambiado. El Zaragoza ya no está camino de ese ideal defensivo de Natxo, de convertir los partidos en tardes de pocos goles y resultados binarios (0-0, 1-0, 0-1…), de cerrar su portería por encima de todas las cosas. El Zaragoza ya ha alcanzado esa meta. Sus números de la segunda vuelta, su formidable reacción, descansan, entre otros factores, en uno fundamental: el crecimiento defensivo. Ya se sabe que la Segunda División recompensa las defensas musculadas más que los ataques generosos. Ascienden más equipos con el Zamora de la categoría que con el Pichichi. Es una ley escrita en las últimas cinco temporadas. Y el Zaragoza ha entrado en ese carril.

Es el tercer conjunto que menos goles encaja en esta segunda vuelta tras Sporting y Albacete (con un partido menos) y solo los asturianos has dejado más veces la portería a cero desde el intermedio de la temporada (en la primera vuelta, los aragoneses fueron el 14º conjunto que menos encajaba o, visto de otro modo, el 9º que más encajó). No es ninguna casualidad, entonces, que Zaragoza y Sporting sean los mejores equipos de las últimas 13 jornadas y protagonicen las gran escalada clasificatoria desde enero.

Natxo González ha logrado, por fin, que su equipo plasme los rasgos que siempre definieron sus bloques, sea cual fuera su categoría, conjuntos fuertes y precisos en defensa desde el rigor posicional y el uso de la pelota, como Sant Andreu, Alavés o Reus. El Zaragoza ha evolucionado en ese sentido. En la segunda vuelta encaja la mitad de goles que en la primera. Su ratio era de 1,23 tantos recibidos por partido hasta la jornada 21 y desde entonces es de 0,61 goles encajados, aun considerando que dos de los 8 tantos sufridos, contra Oviedo y Osasuna, llegaron en el último segundo de esos partidos y no incidieron en el resultado. Solo el Sporting presenta una mejor progresión. Con 34 goles recibidos en toda la liga, el Zaragoza ya está entre las defensas más destacadas de la categoría, solo le mejoran Cádiz (20), Osasuna (28), Sporting (29), Huesca (30) y Albacete (33).

En solo dos meses, el Zaragoza se ha convertido en el Zaragoza que siempre deseó Natxo González: un equipo fiable, rocoso, de líneas cerradas y eficiente en defensa. El Huesca puede dar fe.

LAS CLAVES DE LA MEJORA DEFENSIVA

Los rasgos del rombo. Hay un evidente componente táctico en la mejora defensiva del Zaragoza. El rombo permite al equipo tener más balón -el rival lo tiene menos, ataca menos- y presionar más arriba, con dos delanteros de gran carga de trabajo. Además, los interiores de recorrido (Ros, Guti, Zapater...) dan un gran equilibrio defensivo al sistema. El impacto de Cristian. Cuando el Zaragoza no ha reducido las vías de gol al rival y su solidez colectiva se ha resentido, ha sobrevivido en defensa gracias al impacto colosal de su portero Cristian Álvarez. El argentino se ha consolidado como un guardameta que sostiene victorias y salva puntos, y no al contrario. La competencia en la zaga. El rendimiento de los centrales de la plantilla se ha disparado. El fichaje de Perone y la salida de Valentí, un movimiento de despacho, ha elevado la competencia interna. Eso se traduce en rendimiento. Perone, Grippo, Verdasca y Mikel han tenido minutos, batallando por dos puestos y exponiéndose a la suplencia inmediata si su nivel baja. La eficiencia en la estrategia. Fue uno de los asuntos principales en el debate táctico del Zaragoza: su forma de defender las jugadas de estrategia. Natxo tiene un sistema peculiar, con la línea muy retrasada. Es un método complejo y necesitado de tiempo, y se atragantó en la primera vuelta. Ahora, este tipo de defensa también ha mejorado. 

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