Aquellos años de nuestras vidas

Natxo González y Rubi crecieron como entrenadores prácticamente al lado el uno del otro, en el fútbol catalán, en la Tercera División y el potente grupo III de Segunda B, entre ascensos y enfrentamientos directos

Natxo González, en un entrenamiento del Real Zaragoza.
Natxo González, en un entrenamiento del Real Zaragoza.
Raquel Labodía

En un oficio con cada vez menos anónimos, en el que el exfutbolista de prestigio, bien reconocido y mejor rodeado, encuentra sencillos atajos hacia el banquillo saltándose etapas y categorías a golpe de nombre y apellido, cuesta encontrar la figura del entrenador hecho a sí mismo, cocinado a fuego lento, salpicado del barro y el polvo duro de las divisiones regionales. Con kilómetros de autobús y horas de sol. De trayectorias profundas, que hunden sus raíces en los campos de Tercera, las liguillas y fases de ascenso o la extenuación de la Segunda B. Por supuesto, con gloria, pero también con despidos. Y así, llegamos a los dos técnicos del inminente derbi aragonés. A Natxo González (Vitoria, 1966) y Joan Francesc Ferrer ‘Rubi’ (Vilasar de Mar, 1970). Al cerebro del Real Zaragoza y al estratega del Huesca. Ellos son dos de esos entrenadores forjados en todas las latitudes del fútbol. La vida los ha puesto cara a cara batallando un ascenso a Primera División, pero mucho antes, en aquellos orígenes, Natxo y Rubi se tocaron en sus trayectos. Ambos crecieron en su profesión prácticamente al lado el uno del otro, muy cerca, en el mismo ecosistema: el fútbol catalán y el poderoso grupo de Segunda B que engloba además a clubes levantinos y baleares.

Uno y otro se empaparon de un estilo, una filosofía y unos métodos muy concretos que presiden el fútbol catalán desde hace varios años, muy influenciado por el Fútbol Club Barcelona y los jugadores criados en canteras como la del Espanyol, La Masía, la Damm… Puede decirse que Natxo, aunque vasco, se acabó moldeando en esa escuela y que Rubi comparte lugares comunes con él: juego de posición, culto a la pelota… Pero ambos entrenadores también fueron rivales. No hay muchos precedentes entre ellos, pues a Rubi, vía Girona (relevando a Raúl Agné), le costó menos alcanzar el fútbol profesional y asentarse en él, ya en Segunda (Girona y Valladolid, con un ‘impasse’ como asistente técnico del Barça) o en Primera (Levante y Sporting) . Por eso, el único antecedente en Segunda entre ambos es el Huesca-Zaragoza de la primera vuelta.

Sin embargo, Natxo y Rubi cruzaron sus equipos mucho antes. La primera vez fue en la temporada 2003-2004, en Tercera División. Natxo acababa de iniciar su primera etapa en el Reus, aunque como director deportivo, antes de tomar el banquillo y ascender a los rojinegros a Segunda B. Rubi lideraba al Hospitalet. El Reus se impuso 0-5 en la primera vuelta, con empate a cero en la segunda. Ambos equipos se clasificaron para la fase de ascenso pero no subieron.

Los caminos de Natxo y Rubi como rivales se separaron. El técnico del Huesca alternó Tercera y Segunda B con Sabadell y Espanyol B –con ascenso a Segunda B–, mientras Natxo hacía lo mismo con el Reus. Tardarían en enfrentarse. En el curso 2008-2009, en Segunda B, Natxo acababa de ascender al Sant Andreu con un célebre plantilla en el fútbol catalán, con Lanzarote, Edu Oriol, Máyor, Abraham Minero, Luso Delgado…, que casi se mete de golpe en Segunda. Rubi entrenaba al Ibiza de Javi Moreno e Ibón Begoña, un vestuario donde apenas duró 11 partidos. Natxo se impuso 2-1, hasta que el año siguiente, en la campaña 2009-2010, volvieron a encontrarse. Rubi dirigía ahora al Benidorm. En tierras alicantinas, el Sant Andreu de Natxo se impuso 2-4, repitiendo victoria 3-1 en la otra cita del curso.

La huella de Guardiola y Tito

Ya no volverían a cruzarse hasta el duelo de hace unos meses en El Alcoraz. Natxo y Rubi, además de trayectorias próximas, también comparten focos de influencia y la cercanía a uno de los tándems más relevantes del fútbol de la última década: Pep Guardiola y Tito Vilanova. El trabajo de ambos técnicos en el fútbol catalán no pasó desapercibido. Natxo mantiene una gran relación con Pep desde que su Sant Andreu le disputó el título de Tercera de la campaña 2007-2008, la primera de Guardiola en los banquillos. Subieron los dos equipos finalmente, pero el Barça B fue a remolque todo el año del conjunto de Natxo, hasta la jornada 34. A Pep y su ayudante siempre les atrajo la fortaleza posicional y defensiva de los equipos de Natxo. Incluso le firmaron una carta de recomendación. Con Rubi sucedió algo similar. Muy cercano a Tito, intentó sacarlo del Girona para unirlo a su cuerpo técnico en 2012 tras relevar a Pep en el Barça. No pudo hacerlo hasta un año después. Rubi llegó como ojeador de rivales y diseñador de la estrategia. Apenas pudo compartir unos días con su valedor debido a su fatal enfermedad. Pero siguió en el puesto con el Tata Martino.

Ahora, Natxo y Rubi buscan un destino en Primera. Quizá sea allí donde sus vidas vuelvan a entrelazarse.

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