De aquellos dos empates con muchos goles y epílogos en el minuto 90...

Real Zaragoza y SD Huesca igualaron 2-2 y 3-3 en los dos primeros duelos en La Romareda en la era moderna, tras el reencuentro en Segunda en 2009.

Dos momentos de lío entre los jugadores del Real Zaragoza y la SD Huesca en los partidos jugados en La Romareda en 2008 y 2015.
De aquellos dos empates con muchos goles y epílogos en el minuto 90...
Oliver Duch/Aránzazu Navarro

El Real Zaragoza-SD Huesca de este próximo sábado en La Romareda (18.00) será el cuarto enfrentamiento entre ambos equipos aragoneses en liga desde que, en la era moderna, el destino los volvió a juntar en Segunda División tras más de 50 años desde la última vez, a mitad del siglo pasado, cuando el fútbol era aún en blanco y negro y tenía hechuras sociales e industriales bien diferentes a las actuales.

En los dos primeros choques de esta retomada serie el marcador final señaló sendos empates, ambos con muchos goles, 2-2 en la temporada 2008-09 y 3-3 en la 2015-16. Se trató de dos partidos frenéticos en sus tramas de juego, con infinidad de alternativas, de incidencias en forma de expulsiones, de detalles cambiantes hacia un lado y otro que, sobre todo, llevaron la euforia a las aficiones de manera dispar y alternante cuando los epílogos de cada uno de los dos partidos trajeron consigo goles decisivos para evitar la victoria del rival. En el primer caso, fue el zaragocista Ewerthon quien echó abajo el triunfo del Huesca con un doblete en los últimos 19 minutos, pues los azulgranas llegaron a la recta final del partido ganando 0-2 en La Romareda. Y en el segundo episodio, fue el oscense Carlos David, en la última jugada del duelo, casi pasado el tiempo de aumento, quien igualó a tres el partido y derribó el triunfo zaragozano que estaba escriturado por 3-2 hasta ese instante último. Dos tardes festivas, con partidos de gran valor plástico como demuestran los guarismos, repletos de matices propios de este tipo de enfrentamientos deportivos de máxima rivalidad e interés en todos los sentidos, dentro y fuera del campo.

El primer derbi aragonés de liga en color tuvo lugar en el estadio blanquillo el 6 de diciembre de 2008, al inicio del puente festivo de la Constitución y la Inmaculada de ese año. El Huesca se puso 0-2 en dos golpes certeros en ataque encadenados en el cuarto de hora inicial de la segunda parte. Primero, de penalti, marcó Rubén Castro en el 56. De seguido, fue José Vegar, en el 60, quien llevó el delirio a la amplia hinchada oscense que se dio cita en La Romareda, calculada entonces en más de 6.000, curiosamente más de los que caben en el aforo de su estadio, El Alcoraz. El Zaragoza jugaba con un futbolista menos desde el minuto 44 pues, justo antes del descanso, el árbitro madrileño Hevia Obras, había expulsado por doble amarilla a Arizmendi. Todo parecía decantado definitivamente hacia el lado del Huesca... pero no fue así.

Ewerthon, el pichichi blanquillo, marcó el 1-2 en inferioridad en el minuto 71. A continuación, el azulgrana y exzaragocista Luis Helguera también fue expulsado por dos amonestaciones, en el minuto 76. Y, de nuevo con el equilibrio numérico reestablecido, de nuevo el brasileño Ewerthon anotó el 2-2 en el 85. Un final efervescente que pocos imaginaron media hora antes visto el márchamo del juego ese día.

Por el Real Zaragoza, en aquel histórico día del reencuentro, Marcelino García Toral alineó a López Vallejo; Chus Herrero (Antonio Hidalgo, 73), Pulido, Ayala, Paredes; Zapater (Caffa, 61), Gabi; Jorge López, Arizmendi; Ewerthon y Oliveira (Braulio, 67). En frente, el técnico de los oscenses, Antonio Calderón, puso en juego a Eduardo; Robert (Vara, 68), Dorado (Ripa, 83), Borrego, Rigo; Luis Helguera, Sastre; José Vegar (Rodri, 71), Camacho, Rubén Castro; y Roberto.

La segunda edición de este partido entre zaragocistas y oscenses en La Romareda tardaría en llegar algo más de 6 años. Se disputó el 3 de enero de 2015, en plenas fiestas de Navidad y Año Nuevo. En el ínterin, el Real Zaragoza había subido a Primera (justo el año de la primera experiencia reseñada), el Huesca había descendido a Segunda B... El fútbol volvió a juntar a los dos equipos aragoneses en esa campaña 15-16 y, al final de la primera vuelta, el 3-3 fue el marcador final en otro duelo repleto de apuntes, incidencias y emociones diversas.

Bajo un intenso aguacero, el Zaragoza se fue ganando al descanso por 1-0, con un gol de Ángel en el 39. Pero el propio goleador blanquillo resultó expulsado con roja directa en un encontronazo en la banda con Carlos David justo antes del intermedio, en el 44. El Huesca, con uno hombre más, salió lanzado en el segundo tiempo y, en apenas 2 minutos de inspiración, Fran Mérida y Héctor Figueroa, en los minutos 56 y 58, voltearon el marcador y pusieron el 1-2. Como años atrás, todo lo tenía entonces de cara el equipo de Anquela, que superaba en todo a los de Carreras, que parecieron noqueados en esos instantes delicados. De repente, Ortuño, recién salido al campo, empató en el 63 en el primer balón que tocaba. Ese 2-2 inesperado metió la contienda en otras coordenadas bien diferentes a las barruntadas. Tanto que Diamanka, que también había salido desde el banquillo minutos antes, aprovechó una contra del capitidisminuido Zaragoza para anotar el 3-2 a falta de 17 minutos. Los aficionados zaragocistas se frotaban los ojos ante tamaña remontada y los oscenses no daban crédito a la mala administración del juego por parte de los suyos.

Cuando el duelo encaró los últimos 10 minutos, el péndulo hizo otro bamboleo radical y provocó un final poco previsible en plena euforia local y en pleno desconcierto visitante. Porque, tras el 3-2 con el que el Zaragoza había volteado en inferioridad la ventaja del Huesca, el árbitro, el andaluz Munuera Montero, expulsó a Fran Mérida por doble amarilla en el 80. Ahí pareció morir el cuadro azulgrana... y sin embargo, revivió tras ese golpe disciplinario. Acogotó al Zaragoza en su área y, en el minuto 93, con todo el aumento ya consumido, una falta larga colgada al área blanquilla fue rematada a bocajarro, a trancas y barrancas, por Carlos David para firmar así el 3-3 definitivo. Las alegrías y tristezas histéricas de otra tarde loca sufrieron en un instante una nueva mutación radical y todo acabó de manera bien diferente a lo olisqueado pocos minutos antes.

El Zaragoza de Carreras fue ese día el compuesto por Bono; Marc Bertrán, Vallejo, Cabrera, Rico; Morán, Dorca; Pedro (Ortuño, 63), Ortí (Diamanka, 51), Hinestroza (Isaac, 79); y Ángel. Por su parte, el Huesca de Anquela formó con Leo Franco; Ramírez (Aythami, 46), Íñigo López (Héctor Figueroa, 55), Jesús Valentín, Carlos David, Morillas; Bambock, Fran Mérida, Camacho; Tyronne (Gaspar, 77) y Machís. 

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