El Zaragoza gana en León y vuelve a la pugna de la cabeza tras un mal partido

Un gol de Borja Iglesias en la primera parte devuelve a la senda de la victoria a los aragoneses, que sufrieron sobremanera en el campo de la Leonesa, rival de la parte baja de la tabla.

Borja Iglesias en el partido ante la Cultural Leonesa.
Borja Iglesias en el partido ante la Cultural Leonesa.
César Manso

El Real Zaragoza obtuvo un triunfo vital para proseguir en su pugna por el ascenso de categoría en un partido sin calidad futbolística, muy disputado y concluido con largos minutos de nervios y agonía por el constante dominio de la Cultural Leonesa, rival que está desde hace dos meses en el vagón de equipo que bajaría a Segunda B al final de temporada.

El cuadro zaragocista, en el que destacaba sobremanera el retorno de Verdasca y Javi Ros a la titularidad en los puestos de Perone y del sancionado Eguaras, comenzó con mando en el partido, generando dos ocasiones claras en apenas 3 minutos. En la primera, Pombo se quedó mano a mano ante Palatsí tras un pase al hueco precioso de Borja Iglesias, pero el portero local taponó su remate forzado con el cuerpo y evitó el primer gol de la tarde. En la siguiente acción, Zapater lanzó una falta en el pico del área, rozó en la barrera leonesa y salió a córner cerca del larguero. Enseguida se desperezarían los locales, gracias a un disparo de Buendía en el minuto 10 que se le marchó alto desde el borde del área y, sobre todo, con un remate de Rodri a quemarropa a centro de Señé en el 17 que, pleno de acierto y fortuna, despejó a córner bajo palos Cristian Álvarez en una intervención de reflejos. Ahí, todo estaba ya equilibrado.

El Real Zaragoza tocaba más y mejor la pelota, pero las contras leonesas, en cuanto cortaban la pelota en la medular, entrañaban siempre peligro. Verdasca dudó en un par de cesiones al portero, muy arriesgadas, y por ahí hubo dudas. Borja Iglesias, muy activo en el arranque del choque, volvió a dar vida al ataque zaragocista en el minuto 19, en una jugada individual en el área, con dos quiebros rodeado de defensores, que concluyó con un remate cruzado que rechazó Palatsí cuando la pelota iba dentro. Fue el aviso del ariete gallego de lo que aguardaba en el 26, el gol que abría el marcador.

Iglesias recibió un pase de Javi Ros en vertical y se metió en el área con decisión, marcado por la zaga local. El ‘9’ zaragocista aguantó el balón y buscó un espacio con un toque suave y colocado para rebasar al central y al portero de la Cultural y colocarlo con suspense en el palo contrario, dentro del marco. La alegría estalló en el rincón de la afición blanquilla para celebrar con el equipo el 0-1 que auguraba otra tarde de éxito lejos de casa. Buff dio el susto a continuación, quejándose de un golpe en una pierna que estuvo a punto de provocar su sustitución prematura por Papunashvili (Febas no estaba vestido al ser el descarte de los 19 expedicionarios esta vez), pero el suizo aguantó finalmente en juego, aunque muy apagado desde entonces. Pombo también se alborotó tras un buen inicio y el ataque aragonés desapareció hasta el descanso.

La Leonesa aprovechó este apagón y el hecho de que el Zaragoza apostara por atrincherarse demasiado atrás y dominó por completo el último cuarto de hora del primer periodo. El exzaragocista Rodri, en el 31, cabeceó cruzado otro centro de Señé, el mejor de los blancos, que protagonizaría el último chut a puerta antes del intermedio, en el minuto 36, que atrapó bien Cristian Álvarez, en dos veces por la dureza del mismo. Se echó en falta en esta fase mayor calma y poderío con el balón de los zaragocistas, demasiado espesos en el centro del campo, con Ros guadianesco, Guti y Zapater irregulares y Buff sin capacidad de enganche. Atrás, Grippo fue el jefe, ayudando a Verdasca, con los laterales, Benito y Lasure, poco ágiles para salir hacia arriba, sobre todo el primero.

El descanso iba a servir para que Natxo reparase este bajón en el ritmo de juego de los suyos y para intentar ampliar la exigua ventaja de un gol. La Leonesa, con síntomas de nervios profundos a causa de su peligrosa clasificación (en puesto de descenso a Segunda B), tenía que jugárselo el todo por el todo y se barruntaban 45 minutos de mucha más presión ante el marco de Álvarez.

Buff, que salió a probarse en los primeros minutos, enseguida pidió el cambio y saltó al césped Papunashvili en labor de cabeza de rombo en la línea medular. Y a Natxo se le multiplicaron los imprevistos al caer lesionado también Benito en el minuto 6 de la reanudación, por lo que tuvo que llevar a cabo su segundo cambio forzado y meter en danza a Delmás. Fue un inicio de segundo tiempo realmente accidentado en este sentido para el Real Zaragoza, que no tenía sintonía con el balón y vivía de nuevo atrás del todo. Señé gozó de una falta peligrosa a favor a 20 metros del marco de Álvarez, pero estrelló el balón en la barrera rojilla (así vistieron los aragoneses en esta ocasión). El primer desahogo zaragocista lo dio Borja Iglesias, en el minuto 54, pero su remate en carrera salió alto, mal dirigido.

La Cultural había salido espoleada y prosiguió con su dominio lleno de corazón, aunque carente de calidad futbolística. En un córner, Señé cabeceó a gol y el propio Borja Iglesias salvó bajo palos un peligro serio para que hubiese llegado el empate en el minuto 56. Los locales relevaron a su mediapunta, el inédito Antonio Martínez, metiendo en juego al incisivo Ibán Salvador. Y el público leonés ayudó a la presión con su ánimo desde las tribunas. A base de saques de esquina el agobio fue in crescendo sobre la portería de Cristian Álvarez. Fútbol del de siempre en días estas hechuras con tanta responsabilidad para unos y otros.

Ciertamente, faltó más posesión del balón por parte zaragocista. Algo de combinación, como al principio del duelo. No la hubo durante largos minutos y Palatsí, el portero local, fue un espectador más. Y como la insistencia culturalista iba en aumento, fue normal que surgiera la polémica de la tarde en el minuto 64, cuando Rodrí cayó en el área ante la presión por detrás de Verdasca. Pudo haber pitado penalti el árbitro, pero no lo vio así y el ambiente se caldeó en grado extremo. En ese jaleo, el Zaragoza tuvo el 0-2 en pies de Delmás tras una gran contra de Papunashvili, que fue zancadilleado en la frontal del área por Zuiverloon antes del pase al lateral canterano. Palatsí salvó el gol en el mano a mano, con el pie, sacando la pelota a córner. Pero el árbitro mostró la segunda amarilla al central local por su clara acción punible y la consiguiente roja, dejando a la Leonesa con 10 hombres a falta de 23 minutos para el final. El partido cambiaba de clave y se ponía muy favorable para el Real Zaragoza, que debía aplicar la inteligencia para sacar adelante tan importante victoria en León.

La Cultural jugó a la desesperada con un doble cambio a falta de 10 minutos, con dos hombres de ataque como Guarrotxena y Sergio Marcos como balas definitivas. Ello coincidió con la expulsión tonta de Grippo, por doble amarilla, al cometer una falta llena de peligro, que Buendía lanzó rozando el larguero en el 82. De repente, la ventaja numérica zaragocista había desaparecido y la Leonesa creía en rescatar al menos un punto a través del empate. No supo manejar el Real Zaragoza los tiempos en un final tan ajetreado, le faltó oficio y lo que el márchamo del choque exigía. Su mejor aliado, en tales circunstancias, era el reloj. Natxo introdujo a Mikel González para restañar la zaga y todo se centró en dejar consumir el tiempo en medio de un sufrimiento intenso.

Fue un suplicio el epílogo de la tarde. Con el Zaragoza metido en su cueva, incapaz de hilvanar dos pases y darse aire. Con infinidad de balones colgados al área de Álvarez y el empate merodeando el marco aragonés sin cesar. Algo inconcebible 20 minutos antes, cuando todo lo tuvo a favor para rematar a un adversario histérico. Además, el árbitro, que había concedido 4 minutos de añadido, extendió el partido 3 más por tener que atender a Ros tras un cabezazo tremendo con Rodri en una de las infinitas acciones defensivas por alto en el acoso local. Cuando Milla Alvendiz tuvo a bien pitar el final, los brazos al aire de los zaragocistas denotaron la relevancia del triunfo y, sobre todo, lo mal que lo pasaron en la recta final de un partido feo, espeso, repleto de defectos que, por el contrario, supuso 3 puntos de oro para los de Natxo González en el inicio del esprint final de la liga, cuando todo va a decidirse.

El éxito de León deja en grado de accidente puntual la derrota inesperada del pasado fin se semana ante el colista Sevilla Atlético en La Romareda y devuelve al Real Zaragoza de lleno a la pelea por el ascenso a Primera División. La afición desplazada a León así lo celebró en los minutos finales del encuentro, con una fiesta que desagravió la agonía final.

Ficha Técnica

Cultural Leonesa: Palatsí; Isaac (Guarrotxena, 79), Zuiverloon, David García, Víctor; Yeray, Mario Ortíz (Sergio Marcos, 79); Emi Buendía, Antonio Martínez (Ibán Salvador, 55), Señé; y Rodri.

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Benito (Delmás, 52), Grippo, Verdasca, Lasure; Javi Ros, Zapater, Raúl Guti, Buff (Papunashvili, 49); Pombo (Mikel González, 85) y Borja Iglesias.

Árbitro: Milla Alvendiz (Comité Andaluz). Expulsó a Zuiverloon, por doble amarilla (45 y 67) y a Grippo por el mismo motivo (66 y 81). Amonestó a Ibán Salvador (64), Delmás (76), Pombo (79), Rodri (79), Cristian Álvarez (89) y Borja Iglesias (91).

Goles: 0-1, min. 26: Borja Iglesias.

Incidencias: Tarde gélida en León, con apenas 5 grados y un viento helador, que hizo que la sensación térmica fuese mucho más baja todavía. El césped del estadio Reino de León presentó un excelente estado. En sus graderios, alrededor de 10.000 espectadores en un aforo total de 13.500 butacas, entre ellos más de 500 zaragocistas.

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