Un relevo para Eguaras

Guti es la opción preferencial de Natxo González para relevar al mediocentro navarro, baja en León por sanción. El Real Zaragoza no presentará alegaciones a su tarjeta amarilla

Eguaras, en un entrenamiento con los balones medicinales.
Eguaras en un entrenamiento del Real Zaragoza
Toni Galán

Una inoportuna pérdida de balón de Bruno Perone más allá de su área de acción, en una tarde aciaga e imprecisa, obligó a Íñigo Eguaras a sacar el viejo manual del fútbol y frenar el contraataque del Sevilla Atlético con una falta inevitable. La amarilla era obvia, de puro reglamento, y el colegiado Pulido Santana se la mostró al centrocampista del Real Zaragoza sin ningún tipo de duda. Esta amonestación no es una amonestación más: supone la quinta amarilla del primer ciclo disciplinario de Eguaras, por lo que recibirá desde el Comité de Competición una sanción de un partido y no podrá jugar el próximo encuentro del Real Zaragoza, el domingo frente a la Cultural Deportiva Leonesa.

Eguaras ha resistido dos meses al filo de la suspensión, desde que vio la cuarta el pasado 19 de enero contra el Granada. Ha aguantado con cuatro amarillas en una zona del campo de elevado tránsito de rivales. Pero era cuestión de tiempo que la quinta apareciera a la vuelta de la esquina. Además, no hay perdón posible. Ante la complicada defensa de argumentos que ofrecen las imágenes de la jugada, el Real Zaragoza ha decidido no presentar alegaciones a la cartulina amarilla, por lo que Eguaras es baja certificada contra la Cultural.

Esta ausencia altera notablemente la planificación de Natxo González. El mediocentro navarro es la figura desde la que gira todo el entramado táctico del Real Zaragoza desde que el equipo aragonés levantó el vuelo al llegar la segunda vuelta. En este sentido, el técnico aragonés lo considera la figura más específica del plantel y, por lo tanto, la que menos alternativas claras de recambio posee. Su rol y sus funciones como vértice inferior del rombo -desde donde Eguaras se ha convertido en el mejor recuperador de Segunda y en el segundo más pasador- no son fáciles de suplantar sin que el equipo pierda su código base, su guía y esencia de juego. El navarro es un jugador puramente posicional y ninguno de los demás centrocampistas del Zaragoza se acerca a ese perfil.

Por eso a Natxo González se le presenta una semana de ensayos, pruebas y disyuntivas. Su opción preferente para relevar a Eguaras es Raúl Guti. Hace quince días, con el partido contra el Lorca bien atado, el técnico ya realizó un primer simulacro, sacando a Eguaras del campo y ubicando al aragonés como mediocentro único. Natxo le observa a Guti mejores garantías en los usos del balón, una mayor capacidad, por cuestiones de talento, visión y técnica, para asumir la organización del juego, aun siendo un centrocampista completo, mixto, con mucho recorrido y radio de acción.

Hay dos alternativas más: Alberto Zapater y Oliver Buff. El capitán ya asumió durante los primeros meses de la liga, cuando el Zaragoza también formuló el rombo en el centro del campo, las tareas de organizador, aunque Natxo ahora, tras aquella experiencia, como un jugador de complemento e ida y vuelta. El suizo, por su parte, conoce la posición de su etapa en el Zurich y en las selecciones juveniles suizas. Tiene buen tacto con la pelota y lectura del juego, aunque la posición exige calidad defensiva, ya sea a través del trabajo o del posicionamiento.

Si Natxo acaba reubicando a Guti o a Zapater, tendrá que cubrir una de las plazas de interior. El regreso de Javi Ros o Febas aparecen como soluciones.

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