El Conjuro de Alcorisa, la intrahistoria de un hecho aglutinador de sentimientos

24 de enero. Borja Iglesias acude a la peña alcorisana en plena crisis zaragocista. Señor, Cedrún, Pepe Melero... una charla-coloquio. Un acto emblemático que corre viralmente desde entonces. Así ocurrió.

Un momento de la charla-coloquio del 24 de enero en Alcorisa (Teruel). De izda. a dcha., Vicente Casanova, Borja Iglesias, José Luis Melero, Pepe Formento, Juan Señor, Andoni Cedrún, Paco Giménez (de pie, detrás) y Luis Peralta.
Un momento de la charla-coloquio del 24 de enero en Alcorisa (Teruel). De izda. a dcha., Vicente Casanova, Borja Iglesias, José Luis Melero, Pepe Formento, Juan Señor, Andoni Cedrún, Paco Giménez (de pie, detrás) y Luis Peralta.
Peña Juan Señor de Alcorisa

Les voy a contar un secreto… que solo conocían hasta hace nada 200 alcorisanos (con su teniente alcalde Luis Peralta al frente), Borja Iglesias, Juan Señor, Andoni Cedrún, Pepe Melero, José Formento (presidente de la peña zaragocista de Alcorisa), los empleados del Real Zaragoza Miguel Pérez y Luis Vallespín (del gabinete de prensa del club), el presidente de la Federación de Peñas, Vicente Casanova, y un servidor, quien firma esta información. O sea, un secreto sui géneris porque, dicen que si hay más de dos que saben algo, lo de secreto es más que discutible. Es tan singular este asunto de índole privada y reducida que, en las últimas 3 o 4 semanas, se viene extendiendo como la pólvora por las redes sociales de determinados sectores del zaragocismo más fiel y puro, el de las pasiones sin intereses y el del cariño natural al Real Zaragoza de siempre.

Se trata del, en su día, cuando nació espontáneamente, llamado ‘el Conjuro de Alcorisa’, transformado inmediatamente por ese mago de los giros lingüísticos que es Andoni Cedrún en 'el Embrujo del Aceite'. Cosas de Andoni que, como todos, adora el sabor del verde-amarillo zumo de las olivas del bajoaragón alcorisanas, excelentes año a año. La cosa ocurrió en la noche del miércoles 24 de enero, en el salón de actos de la Casa de Cultura de Alcorisa (Teruel). Allí, en su semana cultural, los responsables de ayuntamiento local programaron una charla-coloquio con el Real Zaragoza como eje. Como cada año en ese pueblo tan blanquillo, tan aragonés, tan participativo en sus dispares iniciativas.

Veníamos de perder en Granada 2-1 en la 2ª jornada de la segunda vuelta. Tras una primera vuelta muy deficiente. Pésima, por momentos. Con los peores números de la historia del Zaragoza en su paso por Segunda. En el aún reciente parón navideño había habido crisis soterrada en las entrañas deportivas del club. Digamos que el viaje a Alcorisa llegó en un momento delicado para acometer un acto de cara al público de este perfil (ya había pasado el curso anterior, por cierto). El invitado era de enjundia: Borja Iglesias. El goleador zaragocista, que en lo individual también andaba mustio por entonces. No había marcado aún un solo tanto en jugada ligada en La Romareda en toda la primera vuelta, acababa de fallar un penalti contra el Tenerife días antes, el entorno no estaba demasiado convencido de sus dotes como punta… Como moderador, uno tenía claro qué hacer y por dónde llevar las riendas… siempre que el público (siempre masivo en Alcorisa) no decidiera lo contrario.

Desde Zaragoza, ese día montamos expedición Señor, Cedrún, Melero y Giménez, a eso de las 5 de la tarde. El viaje de ida, hora y cuarto de carretera por El Burgo, Belchite, Lécera, Albalate del Arzobispo y Andorra, gravitó alrededor de la preocupación seria por el estado deportivo del Real Zaragoza. De comentar un momento de mala salud en el equipo. De lamentar esa continuidad temporal que unía la primera vuelta lacerante del Real Zaragoza con el susto vivido el año pasado, cuando se vio el descenso a Segunda B y la desaparición del viejo club tan de cerca. La clasificación, las hechuras del equipo (reiteradas horas antes en Granada), no daban para más en aquellas vísperas de San Valero. El partido que venía, en La Romareda ante el Córdoba, se antojaba una final ante un rival directo en la cola de la tabla. Ése era el escenario. ¿Lo recuerdan?

Y todo se puso en marcha a las 7 y media. Con la sala abarrotada, unas 200 personas, muchas de pie. Con Borja Iglesias algo tenso: “Fue una charla complicada de vivir para mí. Era un momento muy complicado dentro del equipo. A la gente le costaba mucho ser positiva. De entrada, era un marrón para mí”, rememora Borja ahora mismo, tras su doblete ganador en Pamplona, tras la 6ª victoria seguida.

El acto duró casi 2 horas… pero porque hubo que parar de raíz. Aquello tendía a irse a la medianoche y había que volver a Zaragoza en plena semana laboral. La cara larga de Borja Iglesias al iniciarse la charla nada tenía que ver con la felicidad que mostró el ariete gallego al salir de la Casa de Cultura de Alcorisa. ¿Una premonición de lo que aguardaba? “El conductor fue fantástico, fue capaz de que las opiniones no se pasaran nunca de la raya y, al final, disfruté mucho. Estuve muy a gusto, me lo pasé genial. ‘El Conjuro de Alcorisa’, desde aquel día, está funcionando. Así que espero aguante. No sé si será el aceite, pero ha sido algo espectacular”, recuerda Iglesias con regocijo casi dos meses después de aquello.

¿Cómo surgió esta historia del conjuro, que ahora fluye en cientos de teléfonos móviles, en Whatsapp, en Twitter, en Facebook… nada más que acaban los victoriosos partidos del Real Zaragoza? Borja Iglesias tiene grabado a fuego aquel momento: “Me acuerdo de la frase del presentador del acto aludiendo al optimismo del presidente de la peña de Alcorisa, Pepe Formento. Le dijo ‘vamos a empezar a ganar partidos a mansalva, uno detrás de otro, y este señor que está aquí sentado (que era yo), marcará por fin goles de jugada en La Romareda y los meterá de dos en dos, como churros’”.

Formento es el aglutinador en los últimos 30 días de este caso que tiene a su pueblo por abanderado oculto de la reacción del Real Zaragoza. “Se te ocurrió lo del ‘Conjuro de Alcorisa’ y la hemos liado. Hiciste alusión a que, si había alguien en el zaragocismo capaz de creer que el Zaragoza podía ganar 15 partidos de los 19 que quedaban entonces, ése era yo. Y asentí diciendo que por qué no. Por eso ahora la gente está con esa copla: ‘al final vas a tener razón’, me dicen por todos los sitios. Nada más que acaba un partido del Real Zaragoza con triunfo en los últimos fines de semana, el primer mensaje de decenas de peñistas y amigos es el mismo: ‘el Conjuro de Alcorisa’ sigue adelante”, cuenta con emoción el presidente de la peña que lleva el nombre de Juan Señor. “Lo saben ya todas las peñas, lo sabe todo el pueblo, se ha extendido por lo increíble que está resultando esta reacción del equipo coincidiendo con lo de aquel día”, apostilla Formento.

“Ya han dicho las peñas que, si esto acaba con el Real Zaragoza en Primera División, habrá una peregrinación peñista a Alcorisa para honrar al Conjuro”, anuncia el responsable de los blanquillos de la localidad turolense con orgullo. Y, si ese día llega, Borja Iglesias y el resto de protagonistas de aquella noche invernal de enero, cuando todo era negro, también se apuntan. El ‘9’ zaragocista ya es sabedor de la idea: “Habrá que volver a Alcorisa. Ese conjuro no se puede perder. Ojalá, el día que subamos a Primera, nuestra primera cita sea ir de nuevo a ese mismo sitio, al del conjuro. Yo me apunto ya mismo”, asegura el compostelano.

Juan Señor y Andoni Cedrún, también protagonistas en la noche del embrujo de Alcorisa en enero, miran con la sonrisa en la boca aquel episodio que lleva camino de ser viral. “Llevamos 7 victorias, 6 seguidas, desde ese día. Y un empate. Una racha excelente. Ojalá vaya agrandándose, porque partidos propicios vienen para ello. En aquel momento, lo normal era ser escépticos porque el Zaragoza daba malas sensaciones. Hemos dudado mucho porque el equipo, durante muchos meses, ha generado muchas dudas por sí solo. Por eso, esta reacción es extraordinaria y, en el fondo, yo no creo en conjuros y sí en que las cosas pasan por una causa. Si son malas, porque algo se hace mal, y si son buenas, porque algo se está haciendo bien”, dice Señor.

Por su parte, Cedrún echa la mira atrás de este modo: “Aquello fue un alarde de zaragocismo que hicimos. Borja vino acongojado a Alcorisa y se marchó feliz en aquellos tiempos tan fastidiados para todos. Y fíjate lo que ha sucedido desde ese día. En aquel acto peñista lo teníamos complicado los ponentes porque había truenos y relámpagos en la gente de la sala, el pesimismo lo envolvía todo. Ser capaces de que todo el mundo saliera creyendo de la charla fue lo más grande que se logró. Hasta el propio jugador, Borja Iglesias, creo que agradeció lo que pasó allí esa noche. Ir a una peña hoy, en plena euforia, es facilísimo. Lo que hubo que hacer en Alcorisa fue funambulismo. Por eso es para presumir visto lo ocurrido”, indica ufano el exportero blanquillo.

Y Pepe Melero, el adalid del zaragocista de cuna, el forofo con el que cualquier fábrica de hinchas en cadena troquelaría el molde del zaragocismo universal, también tiene muy presente aquella premonición de Alcorisa que también quiere sacar a la luz una vez observado el devenir de las cosas. “Esto va a traer cola, va a ser historia del Real Zaragoza”, asegura Melero. “Yo recuerdo las risas en el viaje de vuelta cuando Andoni cambió ‘El Conjuro de Alcorisa’ por ‘El Embrujo del Aceite’. Y también cómo, en el cierre del acto, tú acuñaste el término después de la chanza con Pepe Formento sobre los partidos que se iban a ganar hasta junio para remontar hasta la zona de ascenso. Y todos los demás dijimos que nos íbamos a conjurar para que esto vaya adelante. Y así ha ocurrido. Está saliendo todo literal. Fue un momento glorioso. Estamos en camino de que haya un antes y un después de nuestra visita a Alcorisa. Desde ese día ha cambiado la suerte, los resultados, la rentabilidad del buen juego”, indica el bibliófilo aragonés. “Y ahora, con Borja Iglesias, Señor, y Cedrún, tendremos que volver los mismos personajes a Alcorisa para cerrar el círculo. Cuando todo acabe felizmente, la fiesta que montaremos allí será gorda. Que vayan buscando en el club un día en junio para rendir homenaje al Conjuro”, remata la visión retrospectiva Melero.

Cuando oigan hablar del Conjuro de Alcorisa, ya saben de qué va esta historia.

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