El muro de Los Pajaritos

El Numancia, próximo rival del Real Zaragoza, ha edificado una fortaleza en su estadio ganando diez encuentros y encajando solo seis goles.

Dani Nieto conduce un balón en el Numancia-Real Madrid de Copa del Rey.
Dani Nieto conduce un balón en el Numancia-Real Madrid de Copa del Rey.
Valentín Guisande

Apenas seis goles recibidos, cinco jornadas consecutivas sin encajar, diez victorias en trece partidos… el currículum del Numancia esta temporada en su estadio es uno de los más potentes de la categoría. Con Jagoba Arrasate al mando, el conjunto soriano ha edificado en Los Pajaritos un muro que solo el Granada y el Nástic de Tarragona han sido capaces de superar. Los numantinos ocupan la sexta plaza, con billete al 'play off', gracias a una regularidad casi milimétrica en su campo. Cada quince días, cuando el calendario señala partido en casa, el Numancia ha demostrado este curso una fortaleza propia de un aspirante al ascenso directo.

De las 13 jornadas que ha disputado en Los Pajaritos, solo ha recibido goles en tres: en la goleada 5-1 al Albacete y en las derrotas ante el Granada (1-3) y el Nástic (1-2). En el resto, Aitor Fernández, uno de los porteros más sobrios y seguros de la categoría, ha sellado con hormigón su portería. Hacerle un gol al Numancia en Los Pajaritos en un ejercicio ciertamente complejo. Sus victorias con la portería a cero ante Huesca (1-0), Almería (1-0), Sporting (3-0), Barcelona B (1-0), Alcorcón (1-0), Lorca (1-0), Reus (1-0) y Cádiz (1-0) así lo demuestran. Solo el Huesca, que también ha encajado seis goles en su campo, se acerca a discutir los registros defensivos del conjunto soriano.

El equipo de Arrasate madura a fuego lento los partidos y los lleva hacia el terreno que más le conviene según el rival y la tipología del encuentro. A veces, domina a través de la pelota. En otras ocasiones, busca transiciones rápidas y un fútbol más vertical. No le incomoda cambiar de piel. Su banda izquierda, con el lateral Saúl y el exzaragocista Marc Mateu como extremo, es profunda y afilada. Junto al gobierno de Íñigo Pérez en el centro del campo, es la base habitual de su ataque. El Numancia es un equipo que se estira por la izquierda para terminar por dentro, con Manu del Moral y Pere Milla, que parte desde la derecha, como elementos diferenciales en el remate.

Lo que es inmutable y permanece estable en cada partido es su fortaleza defensiva cuando se sitúa por delante en el marcador. Si el Numancia marca primero, suma los tres puntos. Es matemático. Siempre ha sido así esta temporada, un dato que habla muy bien de su sistema defensivo, con el oscense Dani Calvo y Carlos Gutiérrez como centrales de cabecera. Un camino, en este sentido, que está comenzando a trazar el Real Zaragoza en el 2018 en La Romareda, donde ha amarrado sus victorias ante Tenerife, Córdoba, Lugo y Oviedo adelantándose primero en el marcador.

Además de contra la probada solvencia del Numancia, el Real Zaragoza deberá competir este sábado en un estadio que no ha sido históricamente favorable. En sus diez visitas a Soria, los aragoneses solo han conseguido sumar los tres puntos en una ocasión. Hace 18 años, con Txetxu Rojo en el banquillo y Yordi como goleador (1-2). El curso pasado, con Luis Milla como técnico, los sorianos vencieron 2-1 y hace tres temporadas, un 2-0 en la decimocuarta jornada supuso la destitución de Víctor Muñoz.

Sin embargo, el Real Zaragoza llega este sábado a Soria en su  momento más álgido del campeonato, convertido en el mejor equipo de la segunda vuelta. Enlaza tres victorias seguidas y vive un notable momento de fluidez y competitividad en su fútbol. Además, estará arropado por alrededor de 2.000 aficionados en las gradas. Argumentos sólidos a los que agarrarse para escalar el muro de Los Pajaritos.

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